Capitulo 15

2385 Words
Narrado Cristina Tras andar alrededor de lo que se me hicieron miles de kilómetros me apoye en un árbol cansada, mi rendimiento físico no era el mejor y eso que lo intentaba, siempre estaba corriendo con Matt o haciendo sus ejercicios para cuando entrara al servicio militar pero siempre terminaba tirada en el suelo esperándole, odiaba el deporte, con todas mis fuerzas, más que el aire que respiraba, no era algo para mi, no podíamos coexistir porque los demás lo hacían pero nosotros no compartíamos espacio. —No puedo más—me queje mientras intentaba recuperar la respiración. —Nos queda la mitad—me dijo y ofreció su mano para ayudarme pero es que había dos factores que este chico no contemplaba, sus piernas eran más grandes por lo que un paso de él eran cinco míos o más y el segundo y más importante era que como siguiera andando, me iba a poner a echar mis tripas. —No puedo más—deje claro. Por suerte ya no llovía, había dejado de llover poco después de que saliéramos pero esa no era la cosa, todo el suelo estaba lleno de baro y de charcos por lo que mis zapatos no eran lo más adecuados, eran los zapatos del uniforme, no es que me hubiera pasado por mi habitación a cambiarme, me fui tal cual no el uniforme y los mocasines. Y por mucho que Aiden tuviera el mismo problema, llevaba pantalones y yo falda. —Vale, sube a mi espalda—me dijo y le mire. —Estoy para echar las tripas pero peso demasiado—deje claro y Aiden me miro de reojo. —Cristina, levanto más de cien kilos en el gimnasio, no pesas tanto—dejo claro y le mire. —¿Por que los chicos tenéis la manía de hacer fuerza en el gimnasio?—le pregunte sorprendida. Aiden me miro. —Para poder llevar a la espalda a nuestras novias cuando estén que no puedan con su alma—le dijo bromeando y le mire molesta—En Monte Alto el servicio militar es obligatorio por lo que entreno desde hace años para que no sea tan duro—explico. No me lo pensé por más de dos segundos más, me acerque a Aiden y cuando se agacho me subí a su espalda, pase mis manos por su cuello abrazándole mientras que él paso las suyas por mis piernas haciendo que le abrazara como un coala, agarro con fuerza mis muslos para evitar que me cayera, pero antes de caerme le arrancaba el cuello. —Voy a correr un poco para adelantar más rápido—me aviso y le mire. —¿Conmigo encima?—le pregunte sorprendida. Aiden rio. —Contigo a mi espalda, si—me dijo y agarro algo más fuerte mis piernas. Sin decir muchas más cosas Aiden empezó andando deprisa supongo que para que me acostumbrara a ir botando detrás de él, para ser sincera no era muy cómodo que mis partes intimas estuvieran chocando con su espalda, a ver no era algo demasiado molesto ni mucho menos algo con sentido, no estábamos haciendo algo malo pero no podía evitar ponerme con las mejillas rojas y menos mal que no me miraba porque sino me iba a morir pero el rojo de mis mejillas empeoro cuando se puso a correr, para evitar que los golpes fueran a más me agarré más fuerte a su cuello, enganche mis dedos en su camisa mientras cerraba los ojos para concentrarme en otra cosa. Necesitaba saber como le iba a explicar a Isabella que iba a contar nuestro secreto a Aiden, se que le prometí no decir nada, pero es que las cosas se estaban poniendo complicadas y el chico no es que tuviera un buen momento, por lo que creo que ella puede entender que ocultarle una cosa, y que luego se entere que estábamos ocultando algo, le iba a sentir algo ¿Y si se llegase a enfadar y dejarme? Aiden odiaba la falta de lealtad por encima de todo, pero estaba siendo leal a Isabella aunque con él era ¿misteriosa? No sabía como tomarme las cosas o como se lo tomarían los demás ¡MIERDA! Matt, ese chico si que me iba a matar como le contará a Aiden esto y no a él, me iba a matar, iba a poner la pena de muerte en regla solo por mi, dios, tenía que ir urgentemente a buscarle cuando llegáramos, pero claro Aiden igual se lo tomaba como que estaba evitando querer estar a solas con él peor es que estaba evitando mi muerte ¿Y Gigante? ¿Debería estar enterado de esto? Era una de las personas que más nos ayudaba por lo que contárselo quizás nos vendría bien pero con eso lo sabría Rosa, aunque su abuela nos vendría bien para saber si Eva era de fiar o no. Aiden paso por una mala zona que ni hasta mi agarre evito que mis partes intimas dieran con fuerza contra su espalda ¡Mierda¡ ¡j***r! eso si que había dolido. Necesitaba urgentemente bajarme de su espalda. Y como si leyera mi mente, Aiden paró. —¿Qué pasa?—pregunte sin atreverme a abrir los ojos. —Hemos llegado—dijo y sin dudarlo abrí mis ojos y me baje de su espalda lo más rápido que pude, si antes me dolían las piernas ahora era otra parte la que parecía que me iba a sangrar y no paraba de palpitarme, por suerte no tenía la regla, gracias a la convivencia con Isabella se nos había sincronizado demasiado, y ella tenía apuntado todo en un precioso calendario en su pared que esperaba me diera tiempo a tapar. —Tengo que ir a buscar a Matt—le deje claro y me miro. —Lo llamas desde la habitación—me dejo claro y le mire—Seguro tu teléfono escondido puede ayudarnos—dejo claro y no dije nada porque era verdad que tenía un teléfono escondido. Caminamos hasta mi habitación en silencio, no es que no pudiéramos hablar pero creo que los dos nos estábamos recuperando de la caminata que acabábamos de pasar, al llegar a la habitación y me encontré a Isabella sentada en su cama y a Matt mirando como Eva dormía. —Eres una traidora—le deje claro y me senté a su lado. —Tu estas haciendo lo mismo—me dejo claro y le mire—Luego nos lo explicamos—. Mire a Matt como analizaba las cosas y estaba claro que me iba a tener que explicar muchas cosas porque el que Matt estuviera aquí no me cuadraba muchas cosas. —¿Le podéis decir al simio que me deje de mirar mientras me echo la siesta?—hablo Eva haciendo que Matt diera un paso hacía atrás. —¿Esta viva?—pregunto Matt sorprendido. —No íbamos a tener un c*****r en la habitación—me queje y le mire—Lo hubiéramos enterrado idiota—le deje claro y bastante molesta. No éramos tan tonta. Eva se acomodo su largo pelo y se lo aparto del pelo de la cara y se sentó en el colchón hinchable, miro unos segundos a Matt para después pasar su mirada a Aiden. —Eres el hijo de Juniper—le dijo ella haciendo que Aiden se cruzara de brazos bastante incomodo—Por lo que eres el nieto de Alessandro y Martha—. Esa segunda parte hicieron que Aiden estirara su cuello haciendo que hiciera ese ruido horrible que hacen los huesos. —¿Y tú quien eres?—le pregunto sin rodeos Aiden a Eva. —Eva—dijo ella como si nada y sin dudarlo Aiden nos miro. —Es una de las desaparecidas—explico Isabella y me miro, asentí para darle todas las fuerzas que me quedaban—Era la novia del internado del abuelo—dejo claro Isabella y Aiden la miro—Ya sabíamos que tu madre y mi padre no son hijos biológicos de nuestros abuelos pero bueno, lo que no sabíamos es que ellos eran solo amigos y se casaron para criar a nuestros padres con la esperanza de que vinieran aquí y abrieran el portal para recuperar a sus parejas, el novio de la abuela se llamaba Travis—contó Isabella. Aiden susurró algo bastante enfadado en un idioma que no pude identificar ni entender, mire a Isabella que parecía bastante tranquila, entre los idiomas que hablaba ese no estaba y eso que hablaba Alemán que era diferente a cualquier idioma que pudiéramos imaginar. Miro a Isabella y le grito algo en un idioma que no pude entender, solo pude ver la cara de enfado de Aiden y la cara de paciencia que tenía Isabella como si estuviera contando mentalmente para no matar a su primo. —A mi no me hables así—le dejo ella pasando al español. Aiden la miro. —Pues te empiezas a explicar porque una cosa es ser unos bastardos que no merecen titulo pero ser criados sin un mínimo de amor es algo que puede llevar a la locura—hablo Aiden. Isabella que llevaba un gancho en el pelo se acomodo los dos pelos que le salían del recogido rizándoselos un poco más como forma de calmarse y miro a su primo. —Cálmate—le aviso Isabella a Aiden. —¿Y por que no vinieron aquí?—le pregunto Aiden a Isabella. —No lo se, no tengo respuestas para todo—dejo claro ella. —AH claro, pero para ocultarme las cosas tienes respuestas—dejo claro Aiden haciendo que hasta yo le mirara mal. Isabella se levanto y le hizo un gesto para que se sentará, pero Aiden no se movió y la tensión se hacía más grande, Matt rodo hasta llegar a mi lado donde se sentó. Como se le ocurriera soltar el comentario de las palomitas o que en ese sitio se veía mejor la pelea lo iba a matar, luego lo mataría Isabella y después Aiden. —Primero que nada, a mi no me hables así ¿vale? Si no te he contado esto es porque te pones así como si fuera el fin del mundo, como si tener una familia rota sea un problema pero ¿Sabes que? Nuestra familia nunca ha sido normal ni mucho menos sana, por lo que cálmate y hablemos como personas civilizadas—dijo Isabella sin tomar aire en todo ese discurso por lo que tomo aire con fuerza y miro a su primo—Solo se que esta mujer ha desaparecido hace más de cuarenta años, hace casi setenta pero sigue igual que ese día que desapareció, que no ha cambiado nada pero que los demás están muertos—dijo Isabella. —Sin hablar que sois los propietarios de ese sitio y de este terreno—dije e hice que Isabella me mirara mal. —¿Que?—pregunto Matt sorprendido. Eva se puso de pie haciendo bastante ruido para que todos le miráramos. —Esto lo explico yo—dejo claro Eva haciendo que Isabella respirara tranquila—Alessandro y Martha eran mejores amigos así que criaran como criaran e hicieran como hicieran su familia, la criaron con amor y bondad—dejo claro Eva haciendo que Aiden se relajara un poco—Hace unos siglos, un señor llamado Heylel, llego desde una antigua tribu con su mujer, huían de ahí por haber robado su secreto, la llave maestra de los guardianes—dejo claro Eva y mire con gran atención—Construyo una pequeña casa donde ahora esta el invernadero y construyo una puerta que daba a ninguna parte donde dejo la llave, cuando una guerra paso y se destruyo esa pequeña casa, la magia de la llave se quedo en el terreno, y cuando un descendiente de Heylel o de la tribu se acerca lo suficiente con la intención correcta, la magia sea activa y abre el portal de los mundos—explico. —¿Somos descendientes de ese tan Heylel?—pregunto Isabella. Eva negó. —Sois descendientes de su hermana, Zira—explico Eva haciendo que la miráramos—Ella nació con una enfermedad que le prohibía respirar el aire como los demás o tomar el sol por lo que su padre la dejo en el portal para que cuidará todo, ella fue la primera guardiana—. —¿Qué hay detrás de las puertas? ¿Debemos dejar el portal abierto? ¿Cerrarlo? ¿Por que se cerro en vuestra epoca?—pregunto Aiden y Eva lo miro. —Aurora no me ha contado tantas cosas, así que no lo se—dijo Eva y la miramos decepcionados por no poder saber todo lo que queríamos en un día, sin tener que investigar las mil cosas que nos quedaba—El nombre de la tribu, lo que hay detrás de las puertas y todas esas preguntas deberéis investigarlo vosotros—dejo claro—Viajar por los portales y preguntar a la gente adecuada, esa es la clave de todo—. —Tu vienes de la tribu—deje claro y Eva me miro. —Si, pero eso es hace siglos, la tribu no existe hace miles de años, mi familia solo se dedicaba a cuidar una puerta cerrada cerca del mar por si alguna vez alguien la abría—explico Eva. —¿Quién es tu familia?—pregunte y Eva miro al suelo. —Una de las consecuencias de no envejecer es el olvido, no me acuerdo de mi familia, recuerdo a Martha y Alessandro por estar vinculados a esa habitación y a Travis por vivir mucho con él pero los demás, no se nada, ni el nombre ni como era su sonrisa—comento con algo de dolor Eva y nos miro—¿Os importa si doy un paseo?—. Era una pregunta tan tierna. —Ve pero ven antes del toque de queda—dijo Isabella y la mire. —¿Sigue siendo a las siete?—pregunto y todos asentimos dejándonos como ultimo una risa suya y un susurro de "Hay veces que las cosas no cambian".
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