La clase de matemáticas se me hicieron demasiado pesadas ese día, no es que hubiera deseado dormir más tiempo pero es que creo que mi mente no podía dejar de pensar en lo que había pasado en el gimnasio, de forma normal me hubiera acercado a mi tío para preguntar que tal estaba pero me quede dormida y no pude pasar por el comedor antes de ir a clase, podía haber llegado mucho más tarde pero prefería ir a clase, pero es que necesitaba la rutina y no pude pasar por donde mi tío por lo que la ansiedad y el miedo de que las cosas le sobrepasaran.
Mientras todo salían de clase me quede un poco atrás para poder acercarme a hablar con Chiqui, cuando todos se fueron creo que fue cuando me atreví a hablar por fin. Necesitaba demasiado comentar unas cosas con mi profesor pero no quería que muchos se enteraran o más bien no quería que nadie se enterrara.
—¿Has hablado con mi tío?—le pregunte haciendo que me mirara.
Mi primo se quedo quieto en la entrada para cerrar la puerta y acercarse a nosotros.
—¿No has hablado con él?—me pregunto Aiden y le mire.
—Me quede dormida, y no he tenido tiempo para pasar por ahí—le deje claro y Aiden me miro analizando las cosas—¿Tú lo has hecho?—le pregunte.
Aiden paso su mano por el pelo y me miro.
—No mucho, solo he pasado por su despacho tres minutos—comento y le mire, sin entender nada, las cosas eran muy complicadas, era horrible, demasiado complicado como para solucionarlo en un día, bueno en menos de doce horas, no es que quiera que la gente olvide lo que ha pasado, lo que deseaba es que nadie supiera que estaba pasando, que nadie supiera el secreto de mi tío porque se que la gente pudiera usar eso en su contra.
—¿Cómo esta?—le pregunte y mire a Chiqui para que me diera información.
—Lleva toda la noche trabajando en los despidos y nuevas contrataciones, es demasiado complicado despedir a tantos trabajadores y que algunos vengan solo por un mes—explico Chiqui y lo mire sin entender nada—Hemos decidido que lo mejor será que los demás profesores doblemos turnos y se nos pagué horas extra—explico y le mire—Queremos ayudar pero ser profesor a tiempo completo y ahora vigilante, creo que me iba a volver loco—.
Pase mi mano por mi pelo para quitármelo de cerca de la cara.
—No se si lo esta llevando bien, pero creo que cuando vea un poco de apoyo por los demás alumnos, pues se sentirá mejor— me conto Aiden y le mire.
—No sabemos si van a apoyarlo—me queje y me miraron.
Las lealtades eran necesarias en la vida pero para tener la lealtad de unos jovenes con dos neuronas mal puestas se debía dar algo a cambio, no era una cosa en la que solo debías pedir. Todo el mundo quería algo de los demás, quizás no eran cosas directamente que pudieras ver o no sabías porque querían eso de ti, puede que no lo entendieras pero era importante que supieras de que si no dabas eso a cambio de su lealtad, no ibas a conseguir nada ¿Y que había hecho mi tío? Nada, no había hecho nada por los alumnos, evitar que nos echaran a medio internado pero dejo que los alumnos sufrieran castigos y torturas por lo que las cosas eran demasiado complicadas como para que nadie lo entendiera, por eso sabía que nadie iba a ponerse de lado de mi tío y la falsa tranquilidad era solo por ser primera hora.
—¿Así que no le has contado, lo que anda haciendo Matt?—me pregunto Chiqui haciendo que lo mirara demasiado sorprendida.
—¿Por que todo el mundo se entera de las cosas antes que yo?—le pregunte a mi primo con demasiadas quejas, no era que estuviera metida bajo un puente y que nadie me dijera nada o que las cosas que pasarán a mi alrededor no me importaban, era una persona que sabía lo que pasaba y amaba la información por encima de todo, me fijaba en todo lo que pasaba por encima de nada y sin hablar de que las cosas memorizaba solo por el placer de hacerlo.
—Pues porque en teoría nadie debería decirlo—dijo Matt en la puerta de la clase.
Mire a mi primo que tenía cara de que le molestara todo este asunto pero estaba claro que era el que más sabia del tema y no solo porque mi querido novio fuera su compañero de habitación sino porque estaba claro que los dos sabían cosas que yo no, seguramente maquinaban cosas que yo no sabía a las noches.
—Matt—le llame la atención y lo mire—Mejor dicho Matthew Maximiliam—le llame la atención, y me miro de brazos cruzados en la puerta, apoyado en la puerta como si nada y a su lado estaba Gigante, había varias cosas que no entendía la primera es que no les hubieran dejado juntos en una habitación, Gigante era casi el guardaespaldas de Matt, era su sombra y no necesitaba estar siempre a su lado, detrás de él, solo necesitaba vigilarlo pero le dejaron con mi primo en una misma habitación, pero estaba claro que lo habrían investigado y seguro había mucha más protección de la que se decía, era el heredero más importante del mundo, quien tenía todas las conexiones para hacer un mundo mejor, por eso todos lo querían—¿A cuantas personas has amenazado?—le pregunte.
—Creo que amenazar es algo demasiado relativo—dijo Gigante y lo mire.
Suspiré con demasiado peso, me dolía demasiado que Matt pudiera hacer algo malo solo por mi, mi madre siempre me enseño que la imagen más importante de una familia real era el heredero, Matt era a quien todos mirarían, a quien todos querrán que de explicaciones y ahora, cuando en agosto su madre fuera coronada, todo sería mucho peor y cada una de esas personas, era una persona cable en la vida de cualquier mundo que ahora se quisiera plantear, dios era tanta culpa mía que las cosas le estuvieran saliendo mal, todo era mi culpa que las cosas salieran mal, si en algún momento por la razón que fuera alguien decidía odiarme o matarme porque estaba destruyendo a Matt, lo entendería.
—Trece—respondió Matt sin miedo.
—¿Te das cuenta de que tu destino como heredero esta demasiado en peligro por esto?—le pregunte demasiado molesta.
Chiqui hizo un gesto para sacar a todos de la sala y Matt se acerco a mi pero me gire para darle la espalda, estaba demasiado agobiada, sentía todo el peso del mundo ante mis hombros, la responsabilidad de ser perfecta, no escándalos, los medios y todo lo que rodeaba la realeza era una tremenda mierda, con mayúsculas pero era la que actualmente movía el mundo. Tras que hace pocos años casi el mundo enterró estallará en guerras, las monarquías de todo el mundo fueron la clave para que nada malo pasara, por ello ahora casi todo el mundo dejaba que sus monarquías gobernaran el mundo. Eso dejaba mucho peso en manos de Matt, demasiado como para que lo pudiera gestionar y a mi, como su novia me dejaba una figura que no podía manchar, eso me daba demasiado miedo.
—No empieces tú con eso—me dejo claro.
Me gire para mirarle.
—¿Qué no empiece? Matt el mundo entero podría estar sobre tus manos—me queje y lo mire moviendo mis manos de forma demasiado exagerada, me lleve las manos a mi pecho para evitar parecer mi madre con estos movimientos locos, no quería ser como ella, no quería para nada ser como ella.
—Isabella—me llamo y lo mire demasiado sorprendida—Me puede importar muy poco el mundo entero en estos momentos—me dijo y provoco que relajara demasiado mi gesto, no puedo negar que estaba derritiéndome por completo y enteramente por este hombre pero eso no quitaba mis miedos de encima—Dejaría que el mundo entero se quemará, dejaría que el mundo entero se metiera en mil guerras si se que con eso, me aseguro tú felicidad—me dijo—No voy a mentirte, nunca lo haría porque solo llegaremos a un punto de no confiar y no conocernos, y no me da la gana vivir eso contigo—añadió y se acerco a mi, no me moví, deje que se acercará a mi mientras mantenía mis manos cruzadas en mi pecho, Matt se acerco con cuidado y agarró mis manos para bajar las y moverlas.
—No puedes dejar que el mundo entero, se vaya a la mierda—le dije y me miro negando.
—Isabella, estoy hablando muy enserio—me dijo y e mire sin entender nada—No me importa una mierda el protocoló, ni las normas y te juro que si que sea un heredero de mierda, te pone así, dejo la corona—dejo claro y agarró sus mejillas con sus manos—Eres mucho más importante que el mundo entero—.
—Te han criado para ser rey, no puedes dejar todo por mi—le deje claro y apoye mi frente con la de él.
—No quiero ser rey, no lo seré si tu no eres mi reina—dejo claro y les mire demasiado sorprendida, no podía hacer nada, me sentía demasiado mal, me sentía como si mi tontería de prohibirle ser quien él era. En el mundo había demasiadas personas, más de seis billones, éramos demasiadas personas y la probabilidad de que te enamoraras de una de ellas, es siempre clara, siempre estaba esa posibilidad en la que nos enamorarnos pero ¿De hacerlo de un heredero, bueno y con demasiado amor por dar? ¿Cuál era la probabilidad de ello? Estaba segura que no llegaba ni al uno, y ya que el amor sea correspondido es la posibilidad más rara del planeta.
—Tenemos responsabilidades—me queje y Matt me miro, beso mi nariz con delicadeza y suspiro.
—Si estas a mi lado, se que voy a poder luchar contra todo—dijo y le mire—Eres mi paz, la que me calma cuando peor estoy, cuando todo esta mal, solo con tu presencia ya haces que todo mejore, eres la luz de mis malos días y sigo sin entender como puedo tener la suerte de tenerte en mi vida—.
Le mire.
—Puede que tu te hayas enamorado de mi hace dos años, pero yo me he enamorado de ti por lo que eres, no por tu titulo—le deje claro y le mire dándome cuenta de que jamás le había contado a Matt como me enamore de él, quizás cuando hizo su enorme y preciosa declaración de amor, podía haber hablado yo pero no lo se, creo que era un momento para darle espacio a otras cosas pero quizás ahora me tocaba a mi—No se en el momento exacto que mi corazón se declaro tuyo, pero se muy bien porque me enamore de ti—añadí y le mire—Antes de hablar contigo, te veía como un chico sin ambiciones que solo quería pasárselo bien pero cuando hablamos, me di cuenta de que eras un hombre con un corazón de oro, dabas todo por tus amigos sin importar lo que pudiera pasarte, dabas amor y felicidad a los demás, eres la primera persona que llamaría si estoy triste o necesito esconder un c*****r porque se que sin hacer preguntas me ayudarías—.
—Si tendrías que matar a alguien, yo mismo lo haría porque ese peso, te mataría—me dijo y le mire.
—Todo esto es por mi maldición—me queje y suspiré mirando a otro lado.
—No—dejo claro y agarro mi mejilla—No sabes lo que es realmente esa maldición, no sabes lo que implica ¿Amar solo una vez? Bueno pero eso no significa que sea con intensidad, con dolor o como sea que se pueda vivir el amor, tu maldición como la llamas, te obliga a solo amar una vez, pero eso no significa que no te puedas enamorar más de una vez porque no todo el enamoramiento lleva a amar, ni a querer—dejo claro y le mire.
—Pero yo se que no voy a enamorarme nunca más, porque ya se que te amo—declaré y Matt me miro.
—Bueno pues estamos a mano—dejo claro y le mire—Amemos de forma intensa, amemos hasta que nos duela el corazón pero dejemos amar al otro, cuidarnos y ser libres, lo demás vendrá como tenga que ser—.
Le mire.
Tenía un poco de razón en sus palabras, no estaba segura de como afectaba la maldición en el amor, no es que fuera algo demasiado malo, el solo amar a una persona pero si era algo que te podía doler, antes hace mucho las personas de forma normal se casaban una vez y ya estaba, pero ahora existía los divorcios y estar soltero toda la vida, no era ya nada normal que te casaras con la pareja que tenías en el instituto, no era normal que solo tuvieras una pareja, el mundo había llegado a tal punto que el amor era demasiado poco común, la gente estaba con miles de personas y no había forma de entender ello. Odiaba como el mundo había llevado el amor, el amor en los libros era más sencillo y con Matt todo era sencillo pero no podía dejar de sentirme mal, de pensar que no le gustaba y que solo estaba hechizado, que yo solo era una ilusión, tenía tanto miedo a que me rompiera el corazón que no podía vivir los momentos bonitos o no quitarle importancia a su futuro, no quería que me abandonara.
—¿Me puedes prometer no romperme el corazón?—le pregunte y me miro sorprendido.
—Todo esta conversación es ¿Por que crees que puedo romperte el corazón?—me pregunto y lo miro.
—Se que te gusto por muchas cosas y antes de saber mi maldición, estaba segura de que estaríamos juntos por siempre pero ahora que se esa fuerza que tengo, esa maldición, me da demasiado miedo no ser realmente buena o que las personas no me quieran realmente o estén conmigo por otras fuerzas—explique y me miro.
Matt se apoyo en la mesa y tiro de mi para que me acercará a él.
—Estaría encantado de estar hechizado por ti—me dijo y le mire impresionada—Isabella, no te han criado para ser guardiana, no te ha criado un solo guardián, te ha criado una familia de ricos para que seas una heredera perfecta, las personas que estamos a tu lado no te queremos porque eres poderosa sino porque eres un hermoso ángel en la tierra, eres atenta, inteligente, buena, guapísima, empática, demasiado leal, determinada, y son esas cosas las que hacen que las personas estén a tu lado, nada más—dejo claro y beso mi mejilla, después mi frente, después mi nariz y se paro—Me mata que estés tan insegura—dejo un beso en la punta de mis labios y me miro—No he amenazado a esos tipos por ti, sino por el directo, me cae bien y me siento en deuda con él por no expulsarme por meterme en problemas, es un favor que le debía—dejo claro y le mire.
—Vale—dije.
—Además no eran amenazas importantes, solo les he dejado saber que tu tío es buena persona y merece una oportunidad, por lo que solo hemos acordado que le den los primeros meses del curso que viene, y a cambio yo no les hago la vida imposible—me dijo y le mire cruzándome de brazos, Matt tiro de mi falda para pegarme mucho más a él y lo mire.
—Sabes que te adoro ¿Verdad?—me dijo y pase mi mano por su pelo para peinarlo un poco, baje mis manos para colocarle bien la corbata, tenía la corbata algo doblada cosa que me ponía nerviosa, Matt agarro mis manos y le mire—Bésame—me pidió y le mire demasiado sorprendida, no sabía bien que podía hacer, amaba besar a Matt pero me sentía demasiado preocupada por donde podíamos llegar. Me acerque a Matt, y acerque mis labios todo lo que pude a sus labios.
—Deberíamos irnos a clase—le deje claro y Matt me miro sin decir nada con sus labios a pocos centímetros de los míos, estaba demasiada nerviosa mientras un pequeño nudo se hacía en mi garganta, no era por tener tensión sino que estaba demasiado nerviosa por lo que pudiera pasar, no era una persona a la que le hubieran nunca dicho nada por verla besarse con otras personas, también era mi primera relación pero bueno, creo que me estoy volviendo loca por cosas que no se como van a pasar.
Matt me agarro con fuerza y me beso sin darme tiempo a reaccionar, pero no es que tuviera mucho que decidir y le seguí el beso sin dudarlo, los besos de Matt eran como comer mucho chocolate, me subía todas las hormonas, me alteraba cada parte de mi ser, me subía un hermoso cosquilleo por todo mi cuerpo, desde los dedos hasta mi pelo, todo se llenaba de una energía que no podía comprender.
El amor era intenso pero lo que me hacía sentir Matt, era como si mil demonios se hubieran metido en mi cuerpo, mi espalda se llenaba de electricidad.
Recuerdo mi primer beso, que fue lo peor del mundo, fue en Italia, sucedió en un campamento de clase, nos fuimos unos días unas cabañas en el campo para que las relaciones entre las dos clases fueran mejores. Nuestra anterior coordinadora era partidaria de la rivalidad entre las aulas y que se hiciera un conteo genérico, en que clase era mejor y que estos tuvieran un premio, Pero cuando esta se fue, la nueva coordinadora decidió que lo mejor era mejorar las relaciones para luego poder mezclar las clases, quitando la competencia, nos dejaron tres días a niños en el bosque vigilados por unos jovenes adultos con demasiadas hormonas, por lo que jugamos a la botella y me toco besarme con un chico que intento meter su lengua en mi boca y me chupo toda la boca, demasiado asqueroso, pero Matt era delicado en cada uno de los pasos del beso.
—Tengo clase—dejo claro Chiqui haciendo que me separara de Matt.
—Nos vamos—deje claro y agarré de la mano a Matt pasa salir de la clase sin que nadie dijera nada.
Al salir me encontré a Cristina y a Aiden que nos esperaban.
—Tu y yo tenemos cosas que hacer—me dejo claro Cristina y la mire demasiado sorprendida, no estaba muy segura de que estaba planeando Cristina pero por su cara estaba claro que tenía algo planeando y que era demasiado importante—Y por si queda alguna duda, no estáis invitados—dejo claro Cristina, Matt beso mi mejilla y me reí.
—Nos vamos ha hacer un poco de deporte—comento Matt yéndose con Aiden a donde fuera que tuvieran que irse, me quede quieta mirando como se iban y mire a Cristina que estaba a mi lado, no estaba muy segura de lo que pasaba pero se que si Cristina no hablaba era porque era una cosa demasiada secretismo.
—¿Qué pasa?—le pregunte y me miro.
—He hecho un pedido, llega en cinco minutos, tenemos que hablar con los fantasmas —me dijo y la mire sorprendida, pensaba que esa idea eran broma pero estaba claro que nadie iba a sacar a Cristina de sus ideas, estaba claro que las dos sabíamos que no nos podíamos fiar de alguien ¿Y como íbamos a saber de quien fiarnos si no teníamos respuestas? Estaba claro que eran preguntas demasiado complicadas, puede que las cosas no fueran simplemente mágicas pero si teníamos que acudir a la magia, pues lo haríamos. Aunque otra pregunta importante era ¿Nos podíamos fiar de nosotras mismas? Esperaba que si, porque adoraba demasiado a Cristina, era una de las mejores personas que había conocido en mi vida, creo que era una de esas personas que una vez conoces no podías imaginarte la vida sin ella.