Narrado Isabella
Jamás me he puesto enferma, en toda mi vida la gente se rompía partes del cuerpo o enfermaba de varicela, gripe, pulmonía o enfermedades víricas, bacterianas o la que fuera, pero yo jamás me puse enferma y eso no era porque me mantuviera aislada del mundo, interactuaba con la gente pero pasara lo que pasara, no enfermaba, no me ponía mala, siempre evitaba eso de los dolores menstruales, los dolores por cualquier cosa o incluso ponerme enferma, era esa alumna de asistencia perfecta, la que a final de curso siempre le daban un premio por su asistencia perfecta. Había muchas veces que toda mi clase se ponía enferma pero a mi no me pasaba nada, nunca me contagiaba sin hablar de las veces que mi madre se ponía mala y se aislaba para no contagiarnos pero cuando pasaba cerca nuestro o comíamos con su cuchara, pasara lo que pasará, no me podía mala.
Siempre pensé que era una mujer indestructible, hasta ahora que estaba metida en una camilla.
Note un aire que no era normal en mi nariz, me lleve las manos a esa zona para ver que tenía un tuvo ahí, era oxigeno, no se porque pero me estaban dando oxigeno, abrí mis ojos para intentar recomponerme pero el dolor me mataba.
—No te muevas—me pidió la enfermera.
Abrí mis ojos para ver la luz de la enfermería, era un poco parpadeante y me molestaba pero con unos pocos parpadeos me fui adaptando a la luz pero antes de que tuviera que mirar por mucho tiempo a la luz, la enfermera me adapto la camilla para mantenerme sentada. Agradecí poder sentarme porque estar tumbada siempre me daba dolor de cabeza, mire mis manos para ver que tenía una vía en la mano izquierda, me estaban dando algún tipo de medicación, puede que estuviéramos en una época donde la medicación era la forma más rápida de aliviar el dolor y que usarlo no era nada malo, no me gustaba para nada usar medicación, no era partidaria de drogarme para tener que mi cuerpo pudiera funcionar correctamente, me ponía demasiado nerviosa que mi cuerpo no pudiera actuar solo y necesitara ayuda de fuera.
—¿Recuerdas lo que has pasado?—me pregunto Chiqui y lo mire estaba sentado a mi lado.
Recordaba demasiado bien lo que había pasado, lo recordaba con todos los pelos y señales, como Matt golpeo al señor Miller, como me golpee con las taquillas haciéndome daño en la espalda.
—¿Qué tengo?—le pregunte.
Chiqui me miro, creo que el mismo tenía demasiadas dudas, lo mire para ver que estaba jugando con la postal que Eva me había enviado, me mire dándome cuenta que no llevaba el uniforme puesto sino que tenía una bata de hospital y ya estaba.
—Cansancio físico—dejo claro y le mire sorprendida—¿Cuántas asignaturas estas cursando al mismo tiempo?—me pregunto haciendo que me quedará callada.
En forma normal un alumno de bachillerato, no curso más de trece asignaturas, cinco asignaturas obligatorias de la rama que hubieras elegido y otras cinco opcionales, y tres extra que te ponías para matar el tiempo, en mi caso al no haber decidido la carrera que haría, mi madre seguía diciéndome que estudiar medicina era la mejor opción, mi padre creía que por mi posición lo mejor era derecho ¿Qué posición? La de una duquesa o una futura reina. Mientras que para mi una filología o periodismo eran carreras muy bonitas, por lo que sin que mis padres me dieran permiso elegí literatura e historia, latín y griego pero ellos me impusieron matemáticas, psicología, biología, matemáticas avanzadas, lo bueno era que filosofía era obligatoria porque sino creo que mis padres me hubieran quitado todas las oportunidades de estudiar letras.
—Eso no importa—me queje mientras intentaba moverme pero me dolía demasiado la mano.
—Isabella—me miro y le mire—No te lo estoy recriminando porque no estés aprobando, estas sacando dieces, en algunos casos han pensado incluso en ponerte matriculas de honor, no dudo que si te hiciéramos cursar todas las asignaturas, sacarías buenas notas, eres la alumna soñada para todos nosotros—me dejo claro y le mire—Pero como tu tutor, creo que estas haciendo demasiado esfuerzo para algo que realmente no amas, jamás serás doctora, puede que te guste ayudar a los demás pero no es un trabajo que ames como por encima de todo, serás abogada o periodista por lo que, te vamos a quitar toda asignatura que no necesites sin que figure en tu historial, sin que perjudique a tu media ni recorrido—me dijo y le mire impresionada.
—No podéis hacer eso—me queje mientras veía como mi tensión y mi pulso se aceleraba—Mi madre me va a matar, creera que estoy rechazando a su familia, su opinión, me llevará a otro internado, quizás no me quite las amistades pero hará de todo para destruirme y que vuelva a estudiar esas asignaturas—me queje.
Chiqui me miro mientras se acercaba a mi y agarraba mi mano.
—Tenemos opciones, entregaremos dos boletines, uno para tu padre donde pone todas las asignaturas que ellos creen que vas a cursas y otro en el que queden para el estado las que hacer realmente—me dijo y le mire—Lo que no podemos permitir es que al de un golpe te caigas o te pasen estos bajones por la falta de la mitad de las vitaminas que tenemos en el cuerpo—me aviso y le mire.
—No empieces tú también —me queje cerrando mis ojos.
Estaba agotada, demasiado frustrada de que todos tuvieran el mismo tema conmigo, no tenía ningún tipo de problema puede que estudiara demasiado o que mi forma de vivir no era la correcta, la gente últimamente solo sabía juzgarme, solo me criticaba por cada cosa que hacía, por cada una de mis decisiones y era algo que me superaba, todo el mundo creía que tenía una mejor idea de como debía vivir mi vida, de las cosas que debía llevar, de lo que debía hacer, todos tenían una vida de mierda pero todos tenían un consejo que darte ¿Tenían ellos la verdad absoluta? Obviamente no, todos éramos unos adolescentes con dos hormonas mal colocadas que nos creíamos los reyes del mundo pero no éramos nada más que unos idiotas. Creíamos que dominábamos la vida, que teníamos todo el poder en las manos pero solo éramos un ratón que los demás controlaban, una pieza más de un complejo mundo.
—No voy a decirte que hacer con tu vida—dejo claro y le mire—No puedo controlar lo que comes, el deporte que haces o cuanto duermes, como ex deportista de elite te puedo dar recomendaciones pero eso es cosa tuya—dejo claro y le mire, Chiqui cuyo nombre real era Andreas Gil, era un chico de un pueblo italiano no concretado que fue a un colegio y se hizo conocido en el mundo del hockey sobre hielo pero en su ultimo año de universidad se rompí una rodilla haciendo que le pusieran una de titanio y dejara el deporte, su apodo era de esa época porque a pesar de ser enorme era tan ágil que se metía en cualquier sitio, tuvo un futuro prometedor que por la rabia de otros se estropeo, y se dedico a ser profesor, pero ya estaba estudiando eso porque siempre tuvo claro que sería entrenador si no le seleccionaban en ningún equipo, era un ser demasiado bueno.
—Puede que haga cosas que la gente no entienda pero yo no me encuentro mal—me queje y me miro.
—Nadie nota los síntomas en ellos mismos, lo notan los demás—comento y le mire—Isabella, no te exijas tanto—me pidió pasando su mano por mi pelo y dando un beso en mi frente—Eres demasiado buena para que el mundo te pierda tan pronto—.
No dije nada por sus palabras, estaba claro que todos creían que estaba fastiando mi vida de alguna forma, que el deporte, mi alimentación no era lo correcto o que mi forma de estudio estaba muy mal organizada, que no estaba haciendo las cosas bien, todo el mundo juzgaba lo que hacía o decía, puede que sea por preocupación o envidia, era verdad que era una persona que siempre intentaba mantener el control de casi todo lo que hacía, no negaba que el control sobre las cosas me daba tranquilidad, cuando tenía que mear, aguantaba para mear a horas concretas y que mi cuerpo se adaptara o cuando tenía que comer que lo hacía solo a una hora en concreto para que mi estomago se adaptara a ese esfuerzo, no estaba loca, solo quería poder controlar mi vida, ser dueña de mi vida, poder controlar eso que no se podía controlar. Puede que pareciera idiota o una locura de una niña mimada, pero toda mi vida la he pasado intentando ser la hija perfecta, la que hace todo lo que sus padres pidieran pero es que ahora podía tener un poco de control sobre mi vida, podía controlar las notas, amistades o cosas que me rodeaban, podía controlar mi cuerpo su resistencia y esas cosas por lo que hacerlo era una sensación de satisfacción pero necesitaba ese control para estar bien.
—Es postal es mía—le deje claro intentando quitarle la postal.
—¿De donde la conoces?—me pregunto y le mire—Es una de las alumnas que desaparición, ella es el motivo por el que los clubes terminaron y el internado se puso como se puso durante muchos años, por lo que si habeís encontrado a esas personas, necesito saberlo porque podemos dar paz a muchas familias—dejo claro.
Suspiré.
—Aunque te lo contará no me creerías—deje claro.
—Vengo de una comunidad de personas demasiado rara, por lo que no te extrañe lo que pueda llegar a creer—me dejo claro y le mire.
Chiqui le hizo un gesto a la enfermera para que se fuera. La enfermera termino de cerrarme el goteo de suero para irse de la enfermería, no es que se fuera a su despacho sino que salió completamente de la zona para no escucharnos darnos toda la privacidad del mundo, eso no lo haría cualquiera, podría ser peligroso
—Hay un portal—dije y suspiré con fuerza—Te lleva a una sala que te conecta con mundos diferentes—explique y le mire para ver su reacción pero estaba de lo más tranquilo—Eva se perdió ahí pero se ha mantenido joven, pero el resto de sus amigos, según ella, han muerto—explique.
Chiqui se paso la mano por la boca y me miro.
—¿Quién abrió el portal?—me pregunto y le mire directamente demasiado sorprendida por la pregunta.
Siempre había sospechado que Chiquí sabía muchas más cosas de las que decía, era él en parte quien colaboro en cual fuese nuestro castigo y quien en parte organizo los dormitorios, quien dormía con quien y esas cosas, creo que este hombre fue el que impulso todos y cada uno de los problemas que habían traído los cambios, creo que era una persona inteligente, seguramente tenía un interés oculto.
—Aiden y yo—le deje claro y me miro.
—¿Quién de vuestros abuelos es quien abrió el portal desde un primer momento?—me pregunto y le mire.
—Ni uno de los dos—deje claro haciendo que se quedará con la duda—Eva abrió el portal y cuando se cerro, Aurora la guardiana y mi abuela biológica, envió a sus dos hijos para cerrarlo, mi tía y mi padre—explique.
No quería dar muchos detalles pero tenía que dar los suficientes para que el me dijera lo que sabía porque era necesario que supiera todo lo posible.
—Eva es mi tía—explico Chiqui y le mire—Nuestra isla es una civilización aparte, aunque estemos cerca de Italia, tenemos gobierno propio y nos autoabastecemos—explico y le mire—Mientras que tú destientes Zira, yo soy heredero de Heylel, mi padre es jefe de la isla—explico y le mire impresionada—En cierta forma somos familia, serías como mi tatataratíaabuela—.
Le miré.
—Mi abuelo mando a Eva este internado, para que pudiera cerrar o destruir el portal, mando a cada uno de sus hijos a los seis puntos de la tierra donde hay portales, para evitar que humanos usaran esos portales para una mala causa, hay mundos en los que la tecnología era demasiado fuerte, por lo que el mal uso de ella, puede que se destruya cualquier mundo y no es algo que nos guste, nuestro labor es protegerlo, un dios caprichoso hace años creara este mecanismo para comunicarnos no significa que las cosas deban salirse de control—me comento y le mire.
—¿El villano de esta historia es el humano?—pregunte y me miro.
—El egoísmo, el deseo de saber más que nadie es el villano de cualquier historia el creerse que puedes dominar algo que no tiene control—me dijo y le mire—Isabella, viajar con cuidado y por dios piensa bien con quien viajáis—me dijo.
Le mire impresionada.
—Pero aparte de eso, hay un enemigo—dejo claro y le mire—El padre de Zira y Heylel y los otros seis hermanos, era gemelo de otra persona, un ser demasiado oscuro, toda la familia fue creada para guiar y cuidar a las personas que viajaban, o a los visitantes de otros planetas, había siete portales cada uno protegido por una tribu pero con el tiempo se fueron muriendo y por eso se cerraron—me explico y le mire—Ese hermano gemelo, Dalton, quiso que solo las personas marcadas viajaran, que fuera un honor para las personas que nacían agraciados—.
Le mire.
—¿Que?—le pregunte demasiado impresionada y me miro—Puedo entender casi todo pero ¿El clasismo? ¿No a los negros o algo así era su plan?—pregunte impresionada.
—Hay personas que creen que cosas como leer el tarrot o comprender la astrología lo puede hacer cualquiera, que todos tenemos esa magia en nuestro interior pero Dalton creía que solo unos pocos pueden hacerlo, los demás solo juegan con ello—me explico y le mire.
—Ese señor es idiota—deje claro.
Chiqui me miro.
—Dalton creo una asociación—me dijo y le mire—Mucha gente esta de su lado, muchas personas que se creen de la elite y estan en todas partes, hasta en el internado—dejo claro.
—Mi tío Ben no es parte de ellos—le deje claro y me miro.
—No se quien es parte de esa asociación, es muy secreta, suelen ir marcados por un pequeño tatuaje detrás de la oreja, es un siete porque todos creen que hay siete elementos principales, siete vidas, siete dioses principales y siete portales—me dejo claro y le mire.
—¿Tatuaje?—le pregunte—Entonces son de esa asociación por elección, un padre puede serlo pero no su hijo—deje claro y me miro analizando mis palabras—No podemos saber quien es de la asociación por los padres pero si podemos ver quien es por esas marcas, porque un adolescente con un tatuaje no es muy común por lo que alguien debió verlo, en los vestuarios o en las habitaciones—deje claro y me miro.
—¿Qué pretendes hacer?—me pregunto y le mire.
—Saber quien es un elitista y quien no, de esa forma podemos controlarlos, ir dos pasos por delante del enemigo, al igual que nosotros muchas personas, esas personas estarán buscando el portal, y no podemos permitir que cualquiera se una al club de herbología y lo pueda abrir—explique y me miro—¿Sospecha de alguien?—.
—Erick Miller—me dejo claro y le mire.
—Puede ser, tiene al director amenazado, sabe un secreto de él y lo esta utilizando para que haga lo que él quiere por eso los cambios que han pasado últimamente—deje claro y le mire—Pero hay una cosa peor —deje claro y le mire.
Me quede dos segundos congelada pensado si era buena idea contarle el secreto de Matt.
—Es el padre de Matt—dije sin pensarlo y Chiqui me miro.
—Debéis tener cuidado, hay gente muy poderosa en medio de este maldito asunto, quiero que viajéis y disfrutéis, y que puedas conocer a otra gran parte de tu familia, estoy muy segura de que cuando conozcas a mi madre, la hermana de Eva, estoy segura de que te adorara—me dijo.
Le mire.
—¿Iris es de ahí?—le pregunte y me miro—Se que sois pareja, desde antes de que ella viniera aquí, estoy segura de que el antiguo director era demasiado amigo tuyo y conseguiste que el profesor de historia lo dejará para tener otra ayudante dentro, pero no se porque has hecho todo esto—.
—Porque no quiero que nadie muera—me dejo claro dejándome bastante sorprendida y asustada.