Capitulo 8

1340 Words
Narrado Isabella Tire mi mochila demasiado furiosa a la primera silla que encontré, estaba demasiado desesperada y dolida, no entendía como las personas , no comprendía para nada el amor. En toda mi vida solo me había enamorado dos veces, la primera vez que me enamore fue cosa realmente caótica, me enamore de un compañero de clase de Italia, un estudiante de intercambio, estuvo solo dos semanas en mi colegio, no supe nada de él, no supe nada pero de todas formas me encanto como trataba a las personas, era un caballero hermoso y lleno de gran corazón, bueno esa segunda parte no estaba segura pero bueno, me encantaba. Y la segunda vez, me enamore de Matt, me enamore de esas cosas pequeñas que hacía todos los días, era una persona agradable, buena y que estaba llena de amor y bondad. Era un gran chico, no solo era una persona que era realmente guapa, no, era una persona llena de cosas increíbles, era demasiado positiva, lleno de amor, lleno de diversión, era una persona que me levantaba el animo y me hacía querer ser mejor persona. No comprendía sus palabras, me mataba demasiado. —j***r—grite desesperada. Me tire en un sofá demasiado desesperada, demasiado rota. Había cosas que me podían molestar pero nunca pensé que iba a ser Matt quien me lo dijera, él era mi mayor apoyo, era esa persona a la que acudía cuando nada tenía sentido, cuando mis inseguridades eran superiores a mi siempre acudía a Matt, puede que conviviera con Cristina y que ella fuese parte de mi día a día pero era demasiado complicado contar tus mayores inseguridades una persona que te veía todos los días, que te veía como un ejemplo a seguir porque no podrías ayudarle pero cuando te habrías con una persona tanto que dejabas que sobrepasara tu piel, eso era demasiado sencillo, contarle que te sentías mal o escuchar cuando él peor estaba, porque sabías que esa vulnerabilidad os ayudaba a conoceros y a conectaros más. —Enfadarte no te va ayudar en lo que quiera que te pase—comento una voz, busque de donde venía y era de la esquina más profunda del invernadero, en una esquina oscura, que estaba rodeada de plantas y nunca me había dado cuenta de que existía, era la zona en la que estaban las plantas que menos luz necesitaban, eran espinosas, estaban llenos de imperfecciones por lo que era el mejor lugar para esconderse, nadie miraría ahí, nadie iría ahí. —Estoy frustrada, no enfadada—deje claro intentando agudizar mi vista para ver que estaba pasando, para ver que era lo que es apersona estaba haciendo o para ver mejor simplemente a la persona porque me estaba volviendo loca con eso de no saber con quien estaba hablando peor igual el misterio, no saber quien era ella y no saber quien era yo, nos daría esa libertad de hacer y decir lo que quisiéramos. Me quede quieta sin querer entrar en la oscuridad, era irónico, me quede en la luz mientras la otra chica estaba sumida en la oscuridad, en una intensa y profunda oscuridad, sabía que estaba senada y que lo más seguro era que estuviera leyendo por una pequeña linterna que apuntaba a un libro antiguo. —¿No deberías estar en clase?—pregunte sin entender porque alguien estaría saltándose las clases, era verdad que yo me estaba saltando una clase pero era por un bien mayor, estaba segura de que en poco podría recuperar lo que había dado en esta hora pero es que no podía con el mal estar que me había dejado el comentario de Matt. —¿Y tú? Podría hacer la misma pregunta—dijo a modo de respuesta. —He tenido un problema personal y necesitaba pensar—explique, mire al suelo sin saber muy bien porque le estaba dando explicaciones—Te toca—. —No soy alumna—dejo claro. —¿Eres alguna profesora nueva?—pregunte con gran interés. —Tampoco—. Sus respuestas no me estaban dando mucha ayuda, eran respuestas cortas y daban la información justa para que no pudiera saber mucho de ella , eso me molestaba, quería conocer quien era la persona con la que estaba hablando, quería saber quien era esa persona que estaba ahí, quizás no su nombre ni su edad, eso podía ser personal pero si en que posición jugaba en este colegio, porque no podía quejarme delante de cualquiera. Suspiré, sabía mucho de este colegio, me gustaba conocer los nombres de todas las personas, y recordaba casi perfectamente las voces de estas personas, no era la enfermera, ni mucho menos era alguna de las limpiadoras o cocineras, ninguna había contratado la baja por lo que no había opción a que hubieran traído a una nueva. Sin hablar que tanto la seguridad como los vigilantes debían estar en sus puestos en este momento, no había opción de que fuera esas personas, su voz sonaba joven por lo que sino era un alumna, debía ser alguien joven que se había colado al colegio. —¿Cómo has entrado? La seguridad es casi imposible de pasar—comente intentando sacarle información, pensé mucho en que si le daba datos quizás ella me los daría a mi, como tocar su subconsciente y hacer que por culpabilidad tuviera que intercambiarme información, no sabía muy bien como gestionarlo. —¿Quién ha dicho que he tenido que entrar?—pregunto. Me congele. —Eres una de las alumnas desaparecidas por el portal—me di cuenta nada más termino su pregunta y mi corazón comenzó a latir con gran intensidad—Mi abuelos estudiaron contigo, se llamaban Alessandro y Martha—conté intentando que la persona dijera algo, pero era ilógico, debía ser mayor, debía ser la persona con mejor genética del mundo, su voz no parecía la de una persona mayor ¿Sería que el tiempo ahí, en el espacio nuevo, no pasaba de forma normal? Nada tenía sentido. —¿Eres su nieta?—pregunto sorprendida y note como había apartado el libro completamente—¿Han muerto?—pregunto tras una pausa y negué rápidamente dándome cuenta de que había hablado de ellos en pasado. —No, no o sea están vivos, a ver mi abuelo esta bastante enfermo y no se si estará mucho más tiempo saludable pero esta vivo o sea la ultima vez que lo vi estaba bien pero la demencia es muy cambiante y sus problemas de salud son demasiado fuertes, mi abuela esta bien, es eterna—deje claro, no estaba segura de que le fuera a interesar todo lo que le estaba contando pero es que no estaba segura de se decía en estos casos cuando conocías a alguien de otra época que parecía joven. La chica se fue acercando a mi y la pude ver completamente bien cuando estuvieron nuestros pies casi que se pegaban, la luz no le daba directamente pero la podía ver casi a la perfección, era joven, aparentaba mi edad completamente y eso era lo que más me preocupada. Ella me miro con mucha más intensidad de lo que yo lo hice, era como si estuviera analizando cada pelo de mi cabeza, cada milímetro de mis ojos, lo estaba analizando todo de mi y no sabía si tener miedo o esperanza. Estaba demasiado perdida en este nuevo misterio que nos estaba rodeando y cada vez me estaba dando más miedo —Encantada de conocerte Isabella, soy Eva—se presento ofreciéndome su mano. Lo tenía claro lo que más miedo me daba era que esta mujer parecía saber todo de mi y yo apenas la estaba conociendo, no había dicho mi nombre y como si nada ella lo sabía, me había mirado a los ojos y sabía quien era ¿Daba ese portar super poderes? ¿Por que era tan joven? En mi cabeza solo podía tener dudas y no me gustaba cuando las respuestas faltaban en mi vida.
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