Valeria
Entramos a la habitación que adecuo mi tía para Fernando Lizarraga y para mí, y como siempre nunca escatima en los arreglos ja, lo más triste de todo es que siempre vive reprochándome que tengo que no gastar tanto y ella no se mide, camino por la habitación mirando todo lo que mi tía adecuo
—¿Es hermoso cierto?, —Las manos de Fernando rodean mi cintura jalándome hacia el, me giro y qué más da, empiezo con mi gran actuación, mientras él se apoderó de mi boca y parte de mi cuello, con una de sus manos la lleva hasta las tirantes de mi vestido jalándola hacia los lados quitándome el vestido por completo quedando solo en ropa interior ante la mirada llena de lujuria de Fernando quien al verme en ropa interior se lame los labios y se deja caer de rodillas quedando de frente ante mi z
