Capítulo 2.

3933 Words
Ethan, que se encontraba en ese momento deambulando por las calles y que no había encontrado aun un sitio lo suficientemente cómodo para entrar, se quedó por allí absorto en la botella que tenía en la mano, ir a alguna parte sin Kendall le resultaba tedioso e incluso un poco innecesario, al fin y al cabo, era ella quien alegraba todo y ponía color hasta en los lugares más oscuros Y era por tal razón, que ninguno de los huecos en donde se habría metido el Ethan de antes le parecían tan llamativos en ese momento, porque ella no estaba, y que ella no estuviera era una sensación difícil de procesar, el chico suponía que así era como se sentía estar enamorado, así era como se sentía amar a esa mujer con cada parte de su cuerpo, sin embargo también se cuestionaba el porqué de las dudas que aún no se despejaban, por qué aun le era tan difícil comportarse con ella Siempre que había ocasión, Ethan la hacía sentir culpable y como la mala del cuento, cuando ambos bien sabían que ella lo único que había hecho era poner sus manos en el fuego por alguien que la estaba quemando, pero así era él, y aunque había intentado por todos sus medios controlarse para no herir a Kendall, siempre resultaba haciéndolo, de alguna u otra forma lo hacía, y no quería saber cómo sería el día en que Kendall se cansara de eso Y si bien quizá se trataba de todos sus instintos naturales que lo vieron crecer solo y que le gritaron en más de una ocasión que el amor no era para él y que estaría solo el tiempo que tuviera de vida en la tierra, tampoco debía ser estúpido y no darse cuenta de que ella era, tal vez la mejor cosa que le había pasado en la vida Las personas eran personas, eso lo tenía claro, y él más que nadie había visto ir y venir a gente de su vida, entrar como huracanes y salir después del desastre, él mismo había sido ese tipo de persona en la vida de muchos, pero es que ¡Dios! El huracán Kendall no había hecho un desastre con Ethan, ella había armado toda una revolución, y aunque eso seguía asustando al chico, debía agradecer por todas aquellas piezas rotas que ella había sanado en él, sin embargo esa idea de depender tanto de alguien lo aterrorizaba Porque al fin y al cabo ¿Qué pasaba si mañana Kendall decidida irse? Él se negaba a permitirle a ella que lo dejara sumido en la miseria, debía aprender a estar solo, tenía que aprender a tratarla, y sobre todo, a darse cuenta de que más allá de ella aun había muchas cosas buenas en la vida, la amaba, sí, pero de alguna retorcida forma sentía que su amor no era el correcto, Kendall era una persona, no una mascota, y debía comenzar a entenderlo si no quería cargarse nuevamente eso que tenía con ella -¿Qué me has hecho Gibson?- Ethan se llevó la mano al pelo y lo desordeno, ella definitivamente lo iba a desquiciar, sin embargo en ese momento, sentía que necesitaba besarla y tenerla entre sus brazos más de lo que había necesitado nada en mucho tiempo Ethan comenzó a caminar a través de los callejones que le daban un atajo para llegar a casa, y entonces, al encontrar el basurero más cercano, tiro el resto de licor que le quedaba a la botella de aguardiente, porque si bien no estaba totalmente ebrio, tampoco quería llegar como un vagabundo donde ella, cuando estaba con Kendall, le gustaba estar sobrio, le gustaba que todos sus cinco sentidos estuvieran dispuestos exclusivamente para ella, desde sus ojos que pudieran verla ruborizándose, hasta sus manos que pudieran tocar cada milímetro de piel en el cuerpo de la chica Ella era sagrada, y al él le encantaba venerarla -¡Ethan Lake!- Un hombre, un tanto mayor y enfundado en un traje n***o, se apareció por una de las entradas al callejón, sacando a Ethan de sus pensamientos sobre Kendall y más que todo, sobre su piel, sin embargo él hizo caso omiso al llamado y siguió caminando como si nada, no conocía a ese hombre, y no tenía ganas en ese momento de jugar un “Adivina quién”-¡Lake!- Volvió a llamar Pero no fue hasta que dos hombres, más grandes, robustos y serios que él se aparecieron por sus espaldas que Ethan pensó en que tal vez contestar era una buena opción -Si, ese soy yo, ¿Qué quiere? - Inquirió continuando su recorrido, aunque no se pensaba dejar intimidar, no era un imbécil, y los acontecimientos de los últimos años lo habían enseñado a tener instinto de supervivencia -A ti- El hombre de canas en la cabeza se detuvo y se cruzó de brazos -Me gustan las mujeres, gracias- Ethan se burló y soltó una carcajada seca que hizo eco contra los ladrillos de la calle- Y tengo novia- Aseguro -¡Pero miren! Si parece que el chico problema ha mejorado su humor con el pasar de los años- El hombre hizo un chasquido con la lengua Ethan se quedó de piedra allí donde estaba, y entonces volteo su mirada, quien era él, y más que todo ¿Por qué quería jugar a que lo conocía? -¿Quién eres?- Ethan lo miro fijamente a los ojos, y no pudo reconocer en él a nadie conocido, y solo dos cosas se pasaban por su cabeza, o estaban tratando e jugarle una mala broma, o entonces todo aquello era parte un complot, y no sabía porque pero cualquiera de las dos opciones le suponía algo que no le daba buena espina, y el problema justo allí en medio de un atajo era, que no veía la forma de escapar más que partiéndose a golpes con los presentes El hombre soltó una risa torcida- Muchachos, tráiganlo- Le pidió al par de gorilas tras de Ethan -¡Hijos de puta no pienso ir con ustedes a ningún lado!- Exclamo Ethan soltándose del agarre de los hombres -No te he pedido que “Vengas con nosotros” les he pedido a ellos que te traigan, a como dé lugar- Sentencio antes de caminar en dirección a la salida -Suerte que nunca se me ha dado muy bien eso de hacer cosas por obligación- Aseguro para entonces darle un puñetazo a uno de los hombres que trataba de retenerlo por la espalda -Déjenlo que se divierta un rato, sabía que daría problemas- El líder, o quien por lo menos lo parecía, se alejó de ellos dejando a un Ethan solo para defenderse de dos enemigos que ni siquiera sabía que tenia Ethan comenzó a lanzar golpetazos a diestra y siniestra, sin embargo el alcohol que estaba presente en su sangre no ayudaba demasiado, además de que el par de hombres con los que peleaba parecían no sentir ni un atisbo de dolor por cada golpe que él encajaba en sus mandíbulas, o en su estómago, Ethan se estaba tambaleando y ellos eran casi de piedra -¿No van a pelear?- Ethan los reto haciendo un ademan con las manos- ¡Venga!- Los alentó, sin embargo ellos seguían igual de imperturbables allí viendo como él trataba de hacerles daño El chico de ojos esmeralda, volvió a asestar un par de golpes más, entonces, sus contrincantes parecieron verse aburridos de aquella escena que al parecer les estaba produciendo no más que sueño, fue entonces, cuando uno de ellos tomo a Ethan por la espalda, y el otro le dio un simple golpe Uno que ni siquiera había alcanzado a dolerle a Ethan, pero fue asimismo uno que lo había hecho caer casi inconsciente -Si vas a pelear, debes aprender cómo hacerlo- Dijo con una voz seria y profunda el más alto de los hombres Ethan intento replicar, o decir algo en su defensa, sin embargo su lengua se sentía anestesiada y su cuerpo adormilado, no sabía lo que le habían hecho, pero fuera lo que fuera lo habían dejado sin sus únicas herramientas para defenderse en ese momento El par de hombres, arrastraron a Ethan a través del callejón hasta llegar al final del mismo, donde una camioneta negra esperaba por todos ellos -Veo que han ido directo al grano- El hombre mayor sonrió y asintió hacia sus subordinados -¿Así que ustedes son los hombres de n***o?- Ethan arrastró las palabras mientras se recostaba contra los asientos de cuero del vehículo e intentaba soltar una altanera risa -No Ethan, no somos los hombres de n***o, y mi nombre es Arthur- Sentencio, mientras el chico se hacía de todo su esfuerzo por no cerrar los ojos y quedarse a la deriva con aquellas personas que por lo menos sus amigos, no eran Kendall toco con impaciencia al apartamento numero 218 esperando poder encontrar a Ethan allí, se estaba haciendo casi de madrigada y ella solo rogaba porque él regresara tan vivo e intacto como había salido de casa -¿Kendall? ¿Qué haces aquí a esta hora? - Harry abrió la puerta y la dejo pasar, para después fijarse en su reloj de mano que estaba sobre la mesa del recibidor -Lo siento, no sabía dónde más buscar, y no sabía que dormías tan temprano- Kendall miro con el ceño fruncido hacia el pelirrojo, y entonces reparo en sus ojos cansados y en el pantalón de pijama que le caía de las caderas -Los finales y el trabajo me tienen agotado- Harry soltó un bufido y entonces tomo una de las camisetas de él que había por ahí tiradas y se la paso por la cabeza, cosa que Kendall agradeció- Pero, ¿Por qué estás aquí? -No sabía dónde más buscar a Ethan, e imagine que quizá él estaba contigo- La chica estaba nerviosa, y más que eso estaba asustada, Harry podía verlo en la forma en la que no dejaba de mover inquietamente sus manos -¿Por qué no habría de estar en su departamento? -Porque yo vengo de allá, y hemos discutido y él simplemente se ha ido- Titubeo con nerviosismo, de algún modo se sentía culpable por haber obligado a Ethan a jugar un juego en donde la única que había resultado perdiendo había sido ella -Debe estar por ahí Kenny, no te preocupes, es Ethan- Harry soltó con euforia- Ya regresara, él siempre regresa- Rodo los ojos -Si, lo que me preocupa son las condiciones en que lo haga- Kendall se sentó en el sofá color n***o de Harry y se llevó las manos a la cara -Oye- Él se sentó a su lado y le quito el cabello que le caía alrededor del rostro- Ethan ya no es el mismo de antes, no ira a meterse en algún lio, o a hacer alguna estupidez, Ethan ha cambiado, y eso es gracias a ti Kendall, ya es hora de que empieces a darte cuenta -Si tienes razón, pero…- La chica se quedó por un momento en silencio, y comenzó a meditar en todos los pero que le revolvían la cabeza en ese momento, y aunque la torturaban, en ese instante de tiempo lo único que deseaba era que Ethan volviera al departamento y le dijera que solo había estado tomándose algo en algún bar, algo de su cabeza imploraba porque Ethan no estuviera con alguna otra chica, ese miedo latente se mantenía allí con ella, ese de que él consiguiera alguien mejor, ese de que se hartara de lo que eran juntos y simplemente la desechara como a un juguete viejo -Pero nada, ahora yo quiero que vayas a tu departamento, duermas y simplemente te relajes, no pueden armar un drama de cada vez que pelean, porque tengo la leve sospecha de que esta no es la primera ni la última de sus discusiones- Dijo Harry entretanto pasaba su brazo alrededor de Kendall -Yo no quiero volver allá, ese departamento es horrible sin Amanda- Bufo tal cual a una pequeña Sin embargo Harry no había tenido tiempo para meditar en el tono de Kendall, porque su corazón había comenzado a latir desbocado al escuchar el nombre de Amanda, aun podía recordar, casi como si hubiera sido hace días y no ya casi seis meses, cuando tuvo que ver como ella se entregaba en el altar a otro hombre que no era él, como ella sonreía y decía que si ante un Mike que probablemente jamás la iba a amar tanto como lo hacía él Y aunque no le deseaba infelicidad, o desdicha, en algún punto si deseaba verla de pie ante su puerta, incluso aunque solo fuera para charlar, tomarse un café, y decirle que lo había extrañado -Lo siento- Kendall se disculpó tras ver la expresión que había adoptado el rostro de su amigo- Se que ella no es un tema zanjado aun- La chica frunció los labios sintiendo una repentina pena por el pelirrojo -No hay problema- Harry soltó una risa que a Kendall le resulto la más falsa que había visto en su rostro en mucho tiempo- Pero dime algo, ¿Cómo esta ella? -Está bien, un poco aburrida, pero supongo que está bien- Kendall levanto los hombros -¿Aburrida? -Si, Mike está viajando y ella está sola en casa, pero ya será cuestión de que encuentre un trabajo que la distraiga- Se rio- Sus padres le han ofrecido algunos, pero ya sabes cómo es Amanda, si no se lo gana, entonces no lo quiere -Irremediablemente obstinada- Harry negó con la cabeza, y Kendall juro ver casi que claramente, la forma en la que sus ojos se habían iluminado al recordarla, era increíble la forma en la que él la quería, pero era más increíble aun, que después de tanto tiempo y de saber que ella estaba casada, no la hubiera olvidado todavía -Si, así es nuestra Amanda- El chico soltó un suspiro, por mucho que le gustara decir que ella era su Amanda, ambos sabían que eso no era cierto, ella jamás había sido suya, mucho menos en ese momento cuando había decidido unirse a otra persona, de hecho alcanzaba a creer que ella no había sido nunca de nadie más que de sí misma, e irónicamente esa era una de las tantas cosas que él adoraba de ella, su libertad y lo mucho que le encantaba profesarla -Kendall, ella… ¿Ella es feliz? - Inquirió con torpeza -¿Por qué no se lo preguntas tu?- Ella lo miro con dulzura, sabía que no estaba bien lo que le estaba diciendo, pero ¿A quién le iba a mentir? Kendall también quería ese reencuentro, ella también sentía esa historia inconclusa -La llamare, si- Harry asintió, y entonces se puso en pie- Después de todo, si no quieres volver a tu departamento, puedes quedarte aquí -No, no puedo- Kendall también se puso en pie, y se dio cuenta de que su lugar no era allí, su lugar estaba con Ethan, en su departamento, estando juntos- Quiero estar en casa si Ethan vuelve -Bien, no hay problema- Harry le dedicó una sonrisa sincera, y entonces la acompaño hasta la entrada de la casa- Vuelve o llámame si necesitas cualquier cosa, y por lo demás no te preocupes, lo solucionaran  Kendall asintió y entonces salió por las puertas del departamento de Harry, siempre venia bien verlo, Harry era como ese polo a tierra que le recordaba que las cosas iban a estar bien, era fácil reconocer en él las razones por las que Amanda le había dado una oportunidad en el pasado -¡Despierta ya bello durmiente!- Arthur le dio una bofetada a Ethan en la cara, haciéndolo estremecer y despertar de su aletargo Ethan se sacudió de golpe, y tal cual a como si hubiera despertado de una pesadilla, se zarandeó y se puso en guardia esperando defenderse de lo que fuera que Arthur tuviera planeado, no estaba para juegos y aquel no le estaba gustando en lo absoluto -¿Ahora si van a decirme que demonios hago aquí?- Inquirió levantándose del gris suelo de aquello que parecía una vieja cochera, había trastos por doquier, una iluminación muy vaga, y el sitio se veía más bien descuidado Arthur se acercó hasta donde estaba Ethan, y saco de su bolsillo delantero un pequeño tarjetero de cuero -Arthur Diaz, agente federal- Aseguro mostrando su identificación entretanto Ethan lo miraba con el ceño fruncido, ¿Los federales? ¿Qué tenían él que ver con ellos? -Un juez me declaro inocente, así que esta con el equivocado- Especifico señalando su pequeña crisis con la ley -Voy a ser claro, llevamos más de dos años tras la banda que lideraba tu padre y Catlyn Carter, hemos estado pisándoles los talones hace mucho tiempo, sin embargo siempre hay algo que nos impide proceder, un asesinato, una huida, o un aviso que los pone en alerta- Arthur hizo un ademan con la mano, sabía que Ethan había sido ese impedimento durante mucho tiempo -Y eso es mi problema, ¿Por qué…?- Lo que menos quería el chico en ese momento de su vida, era volver a saber algo a cerca de la banda, suficientes problemas le habían causado ellos, y en ese entonces donde su relación parecía funcionar, y donde había conseguido una segunda oportunidad en la universidad, aquel instante de tiempo donde su vida no pendía de un hilo, lo que menos deseaba era volver a toparse con Wendy, al fin y al cabo ella casi le arrebata la vida en el pasado, y en realidad a él no le importaba lo que pasara consigo mismo, sin embargo sabía que Kendall no iba a ser capaz de soportar atravesar por lo mismo en un segunda ocasión -Porque sabemos que estuviste involucrado, sabemos que conoces muy bien su manera de proceder, tienes claros cuáles son sus enemigos y sus cómplices -Si sabe que yo no voy a decirle nada, ¿Cierto? Sobre todo porque desde mi salida de prisión no he vuelto con ellos, usted que todo lo sabe debería estar enterado- Soltó con desdén Arthur le lanzo una mirada de desprecio a Ethan, y entonces hablo con detenimiento- Desde la caída de Catlyn y la muerte de Cristhian los llamados “Vikingos” han estado apoderándose de territorio que no les pertenece, son más fuertes que ellos, y son mayores en cantidad, es nuestra oportunidad de atrapar a esas ratas de una vez por todas- Aseguro- Matar dos pájaros de un solo tiro -Y usted pretende que yo sea su carnada- Completo Ethan con sarcasmo, toda aquella situación le resultaba más que insólita, ni en un millón de años él iba a abandonar la vida que tenía para sumergirse de nuevo en lo mismo -El asunto es este, sabemos que ya no tienes trato con ellos, podría decirse que te has resocializado, por lo que jugaras a nuestro favor, te infiltraras con los vikingos, vivirás como uno de ellos, harás lo que todos ellos hacen, y nos darás la información necesaria para atraparlos -¿Por qué con los vikingos? -Por que volver a la banda cuyo líder casi matas no es una decisión muy prudente- Arthur levanto una ceja Ethan soltó un bufido cargado de exasperación, acordarse de Cristhian le resultaba demasiado agridulce, recordar que ya no tendría la oportunidad de conocer sus razones lo hacía querer volver a su tumba y revivirlo nada más para que le explicara un par de cosas que habían estado siempre en el tintero, algo que solo debía darle alivio se había convertido en una de sus múltiples torturas, Cristhian Lake no dejaba de perseguirlo ni siquiera tras haber muerto, y ese fantasma estaba hartando a Ethan -¿Qué se supone que voy a ganar yo con todo esto?- Pregunto el chico -Borraremos de tu historial todo antecedente delictivo -¿Y eso es todo? ¿Arriesgare mi vida por un tachón en una hoja? -Entonces, ¿Qué más quieres? Tu dilo y nosotros lo consideraremos Ethan se llevó la mano con frustración al puente de la nariz y cerró los ojos por un minuto, ¿Qué estaba diciendo? Acaso ¿Estaba considerando la posibilidad de aceptar ese trato s*****a? Kendall jamás se lo perdonaría, ella no le perdonaría jamás lo que significaría volver a dejarla -Voy a irme- Sentencio mirando hacia todos lados buscando una salida -La puerta es hacia allá- Arthur apretó un pequeño botón y entonces una puerta oxidada roja se abrió desde el fondo -Gracias por la velada- Soltó Ethan con fastidio entretanto se dirigía a la salida buscando olvidar que en algún momento esa conversación había existido -Una cosa más- Dijo Arthur- van a buscarte, y te encontraran -¿Quiénes?- Pregunto Ethan aun con su atención fija en la salida -Los vikingos, han estado siguiéndote, a ti y a esa chica con la que andas- A Ethan le corrió un escalofrió por la espina dorsal, y entonces se dio media vuelta -¿Por qué no comenzaste por ahí?- Inquirió aferrándose al cuello de la camisa de Arthur, a quien mantenía sujeto a punto de darle el golpe que él creía merecía -Si te fijas bien vas a darte cuenta de que yo no soy tu enemigo, podemos pelear del mismo lado, podemos acabar con el problema de raíz- Balbució con dificultad Ethan lo miro con rabia, y entonces antes de hacer alguna estupidez lo soltó, justo para darse cuenta que tras él estaban los guardaespaldas dispuestos a contratacar -No puedo poner en peligro a Kendall- Murmuro -¡Ella ya está en peligro!- Exclamo Arthur sabiendo justamente a quien se refería el chico frente a él- Los dos, ambos lo están, y lo seguirán estando hasta que esto no termine de una maldita vez -Lo pensare- Asevero Ethan mientras sentía que todo se tambaleaba a su alrededor -Llámame- Arthur asintió y le tendió una tarjeta Ethan salió del lugar sintiéndose más desubicado que nunca, el hecho de saber que Kendall se encontraba en peligro de cualquier cosa que pudiera suceder resquebrajaba esa fina capa de protección que él creía haber puesto sobre ella, porque es que él en cuestión era el culpable de que a ella la estuvieran acechando sin siquiera darse cuenta, él tenía la culpa de todo por haberla arrastrado a ella a algo que sabía no iba a ser fácil de escapar Y solo eso hacía que Ethan se replanteara de verdad la idea de cooperar con la justicia, porque tenía miedo de lo que iba a pasar, de lo que pudiera sucederle sobre todo a ella, el chico ya lo había perdido todo, absolutamente todo en la vida, y no creía poder soportar perderla también a ella, es que el simple hecho de visualizar a Kendall herida a manos de esos bastardos lo hacía querer encerrarla en una cajita a la que solo él tuviera acceso Ethan no sabía cómo iba a manejar la situación, porque sabía que Kendall era obstinada, sabía que de querer mantenerla a salvo ella se empeñaría en continuar con su vida normal incluso aunque por dentro también estuviera muriendo de miedo, ella no se iba a dejar amedrentar y él temía que esa valentía la llevara a algo de lo que él no pudiera sacarla, pero así mismo también sabía que no podía mentirle al respecto No podía fingir que todo estaba perfecto cuando ambos debían andar por ahí cuidándose las espaldas, esta vez era más definitivo que nunca, era tomar el caballo por las riendas o simplemente dejar que pasara lo que tenía que pasar, y eso era algo a lo que el chico no podía arriesgarse Ethan debía proteger a Kendall como ella lo había protegido a él en el pasado, y sobre todo, debía tomar una decisión que podía significar muchas cosas, sin embargo a esa hora de la madrugada, con mil demonios encima, el chico lo único que realmente anhelaba era verla, verla y asegurarse de que estuviera bien, porque él iba a cuidarla, iba a mantenerla a salvo incluso aunque para ello tuviera que sacrificar su vida.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD