+BIANCA+ De un momento a otro las cosas estaban empeorando, lo sentía en mi piel como si me ardiera la sangre. Sí, quería sexo, lo admito, aunque en mi cara seguía puesta la máscara de “yo controlo todo”. Esa máscara que me sostenía en medio de un club lleno de risas y copas, mientras por dentro la tensión me estaba destrozando. Me despedí de las chicas con un beso al aire, fingiendo tranquilidad. —Mañana es la reunión de chicas, no lo olviden —les recordé, tratando de sonar ligera. Ellas se rieron, cómplices. Una de ellas me guiñó el ojo. —Te lo dejamos pasar esta vez, Bianca, pero mañana no tienes excusas. Me mordí el labio, casi a carcajadas, pero no porque quisiera reír. Ellas no tenían ni idea de lo que yo estaba a punto de hacer. De lo que ya estaba decidiendo en silencio. “Te

