+BIANCA+ Me encerré en mi habitación, puse el seguro, y en ese instante me desvanecí en llanto. Caí lentamente al suelo, como si mi cuerpo se hubiera convertido en plomo, como si la gravedad hubiera decidido cebarse conmigo. Las lágrimas no dejaban de salir, no lo hacían, y con cada gota sentía que me arrancaban un pedazo de piel, de alma, de dignidad. Me sentía devastada, como si me hubiesen arrancado el corazón con una cuchara oxidada y lo hubieran tirado al suelo para que todos lo pisotearan. No puedo con esto. No puedo parar de llorar. ¡Nooo! ¿Por qué? Sí, sí lo sé. Claro que lo sé. Me levanté tambaleándome, arrastrando los pies como si fuera un fantasma cansado, y fui hasta el baño. Prendí la luz y lo primero que hice fue enfrentarme a mi reflejo en el espejo. Ahí estaba yo: los oj

