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Al final les conté que me dejé llevar, que anoche había pasado algo con Emiliano, y que ahora estoy hecha un nudo y no sé qué significa todo esto. Les dije lo que pude sin inventar: que hubo una entrega física intensa, que fui débil, que lo disfruté y que me asustó a partes iguales. Les dije que no sé dónde termina el placer y empieza el desastre.
Thiago no perdió tiempo y, sin filtro, me preguntó lo que todas querían, y lo dijo en voz alta; “¿De qué tamaño es?” Como si eso lo explicara todo. Me encogí de hombros y tiré de la comedia porque era la única forma de aguantar el bombardeo.
—Grande —solté, burlona—. Grande hasta donde duele.
Ellas estallaron en risas, algunas chocaron las copas, otras hicieron gestos dramáticos. Isabella, que siempre va de actriz, puso la mano en
