Capitulo 3

2530 Words
Hace varios días que tengo de nuevo sueños extraños. De nuevo me veo corriendo, huyendo a toda velocidad a través de llanuras y bosques. A mi lado va Nathan, lo que es extraño. Lo he soñado muchas veces desde antes de conocerlo y no se porque. Cuando lo conocí, él no tenía ni idea de quién soy. ¿Como puedo soñar con alguien que no conozco? En muchos sueños, aparece también una mujer que me hiela la sangre, su mirada es perversa, tiene las pupilas rojas, el cabello y su piel son tan blancas como la nieve, es de rasgos asiáticos y tiene unas filosas uñas largas que me recuerdan a Freddy Krueger. Es tan hermosa como aterradora. Cuando sueño con ella, siempre me despierto al sentir que me atraviesa con sus garras. Y físicamente no hay marcas, pero el dolor permanece unos segundos después de despertarme. Jully sabe de estos sueños, y siempre que me escucha gritar en sueños corre a despertarme. Lo siento mucho por ella, creo que soy la peor roomie de todas. Y también, existen otro tipo de sueños...unos que me hacen sonrojar. Y no, no es Nathan el que aparece en ellos, lo cual me resulta más inquietante. Más que sueños, parecen recuerdos ocultos en mi subconsciente. Era muy raro que sueños de este tipo se manifestarán. Encontrarme con él chico misterioso de ojos color cielo los detono. Porque él es el protagonista de ellos. Suspiro con pesadez, sosteniendo mi cabeza con mis manos. ¿Qué demonios sucede conmigo? ¿Por qué me siento tan ansiosa? ******** — Te ves del carajo. — Me dice Jully mientras atravieso el umbral de la puerta hacia el baño para ducharme. — Gracias linda, tu tambien te ves bien.— Ella suelta una risita. — Debo irme un poco antes Mandy. Te deje unos panqueques en la estufa y un poco de café. Hoy no vendré a casa.— Me dedicó una pilla sonrisa y me guiñó un ojo. — Desgraciada.¿Vas a abandonarme el fin de semana?— Ahora que miraba detenidamente, no había notado la pequeña maleta que tenía en la entrada. — Pero que despistada eres. Te lo dije la semana pasada. Últimamente tienes la cabeza en las nubes. — Lo siento, he tenido muchas cosas en mente — ¿Son otra vez esos sueños, cierto? — Si. — Hablaré con Roger, su mamá maneja la terapia de hipnosis. Veré si puedo agendarte una cita con ella. — ¿Bromeas? Aunque seas la novia de su hijo no creo que me vaya a ofrecer el 50% de descuento, que es lo que podría pagar. He escuchado que la psicóloga O'Neill es muy buena y costosa. — Relájate. Has estado muy estresada desde que fuiste a esa entrevista con tu enigmático jefe. Debo irme. Cualquier cosa te aviso, tú también. Si necesitas algo o estás en problemas no dudes en mandar un S.O.S.— — No exageres. Además solo será el fin de semana y sabes que me la paso encerrada como ostra.¿Qué podría pasarme? — Cuidate mucho. Siempre me preocupa que llegues tarde de tu trabajo. — Hoy voy a renunciar. El lunes me presento en el laboratorio del Merrick Medical Center para empezar mi servicio social. — Es cierto. Había olvidado eso. Aun asi no esta de mas pedirte que tengas cuidado— Se acerca a mi y me abraza— — Adios Jully. Que tengas un buen fin de semana. Saluda a Roger de mi parte. — Lo haré. Una vez que Jully sale de casa, le pongo todos los pestillos a la puerta y continuó mi camino hacia la ducha. ********* Era cerca del mediodía de un sábado aburrido. Me puse a terminar el borrador de mi tesis y enviárselo a mi tutora para que diera el visto bueno. Ya no tenía más tareas, la mayoría eran proyectos finales y ya los había entregado. Los resultados de los últimos exámenes ya habían sido colgados en la plataforma virtual de la universidad y en efecto, pasé todos mis exámenes. Suspiré aliviada. Me dispuse a ir de una vez al Jeannie 's Kitchen a presentar mi renuncia. Había trabajado allí desde los 18. Me daba un poco de nostalgia, fue mi primer empleo...y único hasta ahora. Pero es tiempo de dar vuelta a la página. El día estaba nublado, estábamos a comienzos de Agosto y la temporada de lluvias había llegado anticipadamente.Así que me puse un abrigo y saqué un paraguas. Caminé lentamente hasta el Jeannie 's, deteniéndome en algunos puestos de verduras para comprar algunos vegetales y los coloque en mi mochila. Cuando llegué al restaurante, me recibió Lidia Simmons, una de las co-propietarias del local. Una mujer entrada en los 50 's, bajita y regordeta, de cabello corto y canoso, ojos verdes y carácter amable. — Que sorpresa tenerte tan temprano por acá, querida. — Bueno señora Lidia, verá...yo… — No necesitas decirme. Supe por tu falta del otro día que este momento llegaría. Has trabajado aquí por 4 años, ya terminaste tu carrera y necesitas hacer tu servicio. Era de esperarse..no te la pasarás sirviendo panqueques y café toda la vida como yo.— Me dedico una sonrisa. — Verá señora Lidia. El Jeannie's ha sido como mi segundo hogar. Usted ha sido una excelente patrona, es cálida y amable. Pero si, a eso he venido. Comienzo mi servicio social pasado mañana. — Me alegro por ti querida.— Se acerca a abrazarme— Aguarda un momento, iré por tu liquidación. — No es necesario. — ¿Como de que no? Es lo que corresponde por ley jovencita. Vuelve unos minutos despues de su oficina y me extiende un sobre amarillo. —Fue un gusto tenerte con nosotros. Te vamos a extrañar.— Me decía la señora Lidia mientras me daba un último abrazo. Me puse nostálgica y me limpié las lágrimas que se me escapaban, eche un vistazo rápido al lugar, sobre todo a la fotografía en la pared de todos los empleados, estando yo en el centro. Y me despedí con la mano. Contuve mucho mis ganas de llorar, estaba feliz por la nueva etapa de mi vida en el laboratorio, pero me sentía triste, el personal del Jeannie's Kitchen fue como mi familia por 4 años, a excepción de dos o tres personas que fueron un hígado, pero en resumen, extrañaría a la mayoría. Caminé de regreso a casa y me detuve en un parque cercano, necesitaba sentir el aire frío en mi cara, me ayudara a despejar mi mente. Tenía sentimientos encontrados y al mismo tiempo comenzaban a aparecer flashes en mi cabeza. Cerré los ojos y sostengo mi cabeza con las manos, me sentía mareada. Respiro profundamente un par de veces para tranquilizarme. Entonces siento un cosquilleo en mi nuca. Me toco y me quedo paralizada abriendo mis ojos como platos. ¿Qué carajo? Respiro profundamente y tiro de la cosa que se me pego a la nuca y lo aviento al suelo sin pensar. Es un Hirudo Officinalis. — ¡¿Pero qué diablos?!— Exclamé Miró en todas direcciones y no veo mas de esas cosas, ¿Cómo diablos llegó hasta mi cuello? Esto es verdaderamente extraño, sobre todo por la zona donde lo tenía, es algo parecido a lo del chico del cibercafé. Tomo el frasco que llevaba en mi mochila para comprar semillas y recojo a la sanguijuela y la meto allí. Mi teléfono suena en ese momento. Veo que es número desconocido, pero contestó de igual forma. — ¿Diga? — Hola Amanda, soy Nathan. Necesito que vengas ahora mismo, tengo bastante trabajo y nadie que pueda ayudarme. — Estoy algo lejos doctor, llegaré en una hora y media, quizá dos. Escuche su respiración a través del teléfono, parecía frustrado — Esta bien. Date prisa.— Colgó — Vaya, pero que exigente. Caminé hacia la parada de autobús para ir directo al hospital. Si iba a casa primero se me haría más tarde, así que con todo y mis vegetales tuve que ir. Afortunadamente para mí, el autobús pasó en 5 minutos ************ — Buenas tardes Doctor, ya estoy aquí. El vigilante no me dejaba entrar porque no tengo gafete del hospital, así que me ha escoltado hasta aquí.— Creo que hablé muy rápido. El castaño estaba observando una muestra bajo el microscopio y apartó su mirada para dirigirla hacia mí y al vigilante detrás de mí. — Ya puedes irte Esteban. Ella es mi nueva pasante. El hombre asintió y dio media vuelta y se fue. — Llegaste antes de lo esperado...y veo que traes varias cosas. — Lo siento, no estaba en casa. En cuanto me llamó tome el primer autobús hasta aquí. — Disculpame por hacerte venir tan de pronto, pero realmente me hacen falta manos aquí. Toma esto como una prueba, tu primer día oficial es el lunes. Hoy no cuenta pero te lo compensaré. Coloqué mis cosas bajo el lavabo mientras me coloco mi bata de laboratorio, dejó a la sanguijuela sobre una mesa. — ¿Qué quiere que haga, doctor? — De momento en banco de sangre nada. Pero necesito que maquiles unas muestras de laboratorio, prioriza las de emergencias y después las de cirugía y al final las demás. El seguía sin mirarme, estaba realmente concentrado en lo que hacía. Anotaba todo en una bitácora para posteriormente agregar los datos en la computadora e imprimir los resultados a los pacientes. — Entendido. Me puse en modo seria y recogí mi cabello en una coleta alta y me hice una cebolla. Fue entonces que volteo a verme por primera vez, pero tenía cara de preocupación. — ¿Qué te pasó en el cuello? — ¿Se me ven las mordidas? Es raro. Estaba sentada en un parque y de pronto sentí un cosquilleo en la nuca y tenía a este amigo adherido.— Dije señalando al frasco — ¡Imposible!— Fue lo que dijo. Su reacción realmente me sorprendió, parecía asustado, pero no había razón para estarlo. Las sanguijuelas de uso médico no me hacen daño alguno. Utilice algunas en prácticas de la universidad y comprobé de primera mano que afortunadamente no soy alérgica al veneno de estos animalitos repugnantes pero útiles. — Descuide doctor, no soy alérgica al veneno de las officinalis. — Esta no es una sanguijuela común, Amanda. Ponte guantes. Me alcanzó un par de guantes de látex, él ya tenía los suyos puestos. Tomo a la sanguijuela del frasco y la colocó en una caja de petri y me hizo mirarla bajo el microscopio. Me aleje en cuanto lo vi — Wow, eso es muy raro. Jamás había visto algo así. No naturalmente...esto...esto es manipulación genética.— No podía creer lo que salia de mi propia boca — En efecto, lo es. El día que te conocí, llegué tarde porque estuve en emergencias con un chico de 16 años que fue ...atacado por una de estas cosas, justo en el mismo sitio que tú y tome varias muestras. La marca detrás de su cuello era igual al que tienes. Dicen que el chico convulsionó en un… —Cibercafé.— Completé la oración — Si, dicen que le dio un shock anafiláctico y una chica…. — Le inyectó adrenalina de un disparador de lapicero.— Volví a completar la frase, esperando no me regañara por eso. — Si, ¿cómo sabes eso?— Preguntó con una leve frustración en su voz. Al parecer no le gusta que lo interrumpan. — Porque la chica del disparador de adrenalina fui yo.— Respondí— fue justo antes de venir a entrevistarme con usted. Abrió los ojos como platos. — ¿Notaste algo extraño?¿una persona extraña? — Bueno— Dudé en si debía decirlo o no— Si, un sujeto que tenía sombrero y gabardina amarillas, no dejaba ver su cara, pero él impidió que el chico se lastimara al caer, el lo reviso en el suelo, como si buscara alguna marca en su cuerpo, hasta que la encontró detrás en su nuca. — ¿De casualidad después de eso, no volviste a toparte con el extraño? Sus preguntas cada vez me hacían sentir más confundida. No encontraba la relación entre una cosa y otra. — Si, a decir verdad, cuando salí de aqui ese mismo día, del otro lado de la acera, había un tipo alto de cabello n***o observándome. Caminé a otra parada porque estaba comenzando a llover y lo volví a ver en otra caseta y…..sabía mi nombre. Pero no se que relación tiene esto. Por un momento no supe cómo reaccionar, él se sostuvo la cabeza con ambas manos y parecía que quería tirar de su cabello con frustración. Algo realmente lo frustraba y yo no lograba entender qué pasaba. — ¿Podrías identificar al sujeto?— Soltó de pronto — Si, de hecho, puedo mostrárselo. Soy buena dibujando desde que tengo 13. Suelo cargar a todos lados mi block de dibujo. camino hacia mi mochila y saco mi reciente block de dibujo, donde he dibujado mis últimos sueños, incluyendo a la aterradora chica blanca. Paso algunas páginas y le muestro mi dibujo del enigmático chico de ojos color cielo, y debajo escribí un ¿Edmund? La mirada de Nathan Gray en ese momento era indescriptible, estaba mudo. Y yo seguía sin entender qué demonios estaba sucediendo. Teníamos mucho trabajo por delante y estábamos perdiendo el tiempo hablando sobre la sanguijuela mutante y el chico raro de la parada de autobús. — ¿Lo conoces?¿te dijo su nombre? — No, eso es extraño. Solo lo supe, pero el si sabe quien soy. me dijo — ”Adiós Mandy. Me dio gusto verte” y Desde ese día no lo he visto. Nathan camina de un lado a otro, aún sostiene su coleta entre sus manos, que pareciera que se la quiere arrancar.. Después fija su mirada de nuevo en mi block de dibujo y me pide permiso para revisarlo. Lo dudo un poco, porque también lo he dibujado a el y situaciones incómodas con “Edmund” Pero después de todo, la situación ya es lo suficientemente extraña como para que se ponga peor, así que le doy permiso y él comienza a ver mis dibujos. Se detiene abruptamente en el dibujo de la chica blanca escalofriante. — ¿La has visto alguna vez?— Me pregunta señalando el dibujo de la mujer — No, solo la he soñado, son mis peores pesadillas debo decir. Incluso despierto a mi amiga Jully, con quien vivo, a causa de mis gritos. Pero sinceramente doctor, no entiendo qué tiene que ver esto con ese bicho que está allí.— Dije apuntando de nuevo a la caja de petri Da un pesado suspiro, y se quita sus gafas, es extraño. Es la primera vez que veo que no trae sus gafas puestas, al menos en persona claro. En sueños, trae hasta el cabello suelto. Se aclara la garganta y me mira con seriedad. — Hay unas cuantas cosas que debo decirte sobre nosotros. Tragué saliva. ¿A que se refiere con el “nosotros”?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD