El legado Vampiro

Capitulo 2

— ¿Disculpe, Cómo sabe mi nombre?

— Por tu curriculum, Cindy me lo envió en archivo multimedia a mi correo electrónico y lo revise en mi móvil antes de venir.— Decía sacando el teléfono de su bolsillo.

Mi cara estaba caliente y roja de la vergüenza. Vaya manera de cagar mi primer entrevista con mi prospecto a jefe.

— Déjame adivinar. ¿Primera solicitud de servicio social?

Yo asentí con la cabeza mientras miraba la punta de mis pies.

— Regla número uno Amanda. Siempre mira a los ojos a tu interlocutor cuando este te habla. Es de mala educación desviar la mirada. Y aparte, contesta. No solo asientas, esa también es falta de respeto.—

No podía sentirme más avergonzada. Parecía que cada vez que decía o hacía algo, más lo estaba estropeando.

— Lo lamento señor. — No pude evitar seguir con la cara agachada.

— mmm, ¿Sabes? No creo que este trabajo sea para ti. No me gustan las personas inseguras. En este trabajo debes tener confianza en ti mismo, en tu trabajo, en tus compañeros. Porque eso es lo que proyectas a la gente. Debes ser valiente y segura, me estás mostrando una Amanda débil y asustada que por la simple mención de que soy estricto y gruñón ya está temblando de miedo sin conocerme.— Contestó

Tragué saliva y por primera vez desde que quedamos solos en la habitación, lo mire a los ojos, tenía razón en cada una de sus palabras, y eso me inquietaba más de él.

Trate de respirar profundamente para calmarme e impedir que las malditas lágrimas rodarán por mis mejillas, pero era tarde. Las desgraciadas ya estaban mojando mi cara.

¡Maldición!, ¿Por qué siempre soy tan patética?

— Lo lamento señor. Creo que fue un error haber venido aquí. Con permiso.— Sólo quería salir corriendo de allí

Pase de lado y me encamine hacia la puerta, estaba a punto de tomar el pomo y girarlo, cuando posó su mano sobre la mía.

Su tacto era cálido y su mano era suave...bastante suave a decir verdad.

— Disculpa Amanda. Yo suelo ser muy directo y como te habrán contado, soy muy perfeccionista y poco tolerante, pero contigo haré mi mejor esfuerzo, realmente necesito un becario y son muy pocos los que aguantan este ritmo de trabajo. Lamento si te incomode, mi intención no fue ofenderte, solo te estoy dando un consejo.— Dijo suavizando su voz

— Yo lo lamento señor. Realmente soy una llorona, tengo poca experiencia tratando con las personas.

— Eso esta mal, muy muy mal, los laboratoristas nos involucramos con las personas a diario, cientos de ellas, cada uno con personalidad y temperamento diferente. Van a llegar a tocarte pacientes difíciles, que serán un verdadero grano en el …tu me entiendes.—

El solo sonrío y yo también le di una sonrisa tímida

Entonces recordé que mi mano seguía en el pomo de la puerta y su mano seguía sobre la mía. Intenté moverla despacio y el noto que aun tenia mi mano atrapada.

— Lo siento. No fue mi intención.— Dijo desviando la mirada hacia otro lado y no pude evitar reírme.

— Vaya, parece que alguien más no puede sostener la mirada.— Solté sin pensar, poniéndome roja de inmediato al pronunciar esas palabras.

él se rió conmigo.

No lo negaré, quizá sí sea un gruñón intolerante como me dijeron. Pero tampoco puedo negar que es bastante guapo y me sorprende que se vea tan joven como alguien de mi edad, para ser el hematólogo encargado debería no se … tener unos 40. Pero es obvio que este chico no llega a los 30.

Por el momento prefería quedarme con la duda acerca de su edad. Tampoco tenía que abusar de mi buena suerte.

— Amanda, ¿Cuándo es la fecha que te dio la Universidad para empezar tu servicio social?

— A fin de mes me dan mi calificación final y revisión del tema para mi tesis. A más tardar en mes y medio debería de comenzar mi servicio social.

—¿Tanto tiempo? necesito un becario ahora. ¿Te interesaría trabajar para mi? Puedo extender una prórroga de adelanto en tu universidad y si te adaptas bien al trabajo, puedo firmar tu liberación en seis meses. ¿Qué dices?

Abrí los ojos como platos y mi boca formó una gran O y sin darme cuenta comencé a dar saltitos emocionada como una foca retrasada, el doctor Nathan tenía los brazos cruzados e intentaba ahogar una risa.

—Lo lamento señor Gray. No suelo ser así de infantil todo el tiempo, es solo que estoy muy emocionada. Desde que empecé a estudiar, mi sueño había sido trabajar aquí. Dígame ¿Qué es lo que tengo que hacer?

—Hablaré con Cindy para que prepare tu contrato de becario y redacte la prórroga de adelanto para tu universidad. Necesito que me des los horarios de tus clases, para intentar acomodar tus horas de servicio sin que afecten lo que te resta de escuela. Y de una vez te advierto, puede que necesite un poco de ayuda los fines de semana. ¿estarías dispuesta a venir en domingo?, ah y otra cosa más, deja de decir "lo lamento" a cada rato, lo has dicho unas tres veces hoy.

— Mientras no interfiera con la escuela, supongo que esta bien señor, y lo...siento. por repetir mucho esa palabra, procuraré no hacerlo más.

— De acuerdo. Fue un gusto conocerte Amanda, Cindy te estará llamando para decirte cuándo puedes empezar.— Me despido de él estrechando su mano y salgo del banco de sangre. camino hacia la oficina de Cindy y me despido de ella con una sonrisa y salgo del hospital.

Miro el reloj y me doy cuenta de que ya son las 7 de la tarde. Significa que llegaré tarde al trabajo.

Pregunto al checador de los autobuses cuando sale el próximo autobús hacia la 6930 S 73rd St, donde se encuentra mi trabajo, en el Jeannie 's Kitchen.

El próximo autobús pasaría en 40 minutos y estaba al otro extremo de la ciudad y no llegaría a tiempo. ¡Carajo! me iban a descontar el día.

No tenía más nada que hacer, estaba hecho. Aunque me presentara al trabajo, era más que obvio que no me dejarían quedarme, igualmente esperaba el autobús, al fin de cuentas vivo cerca del Jeannie 's

Mientras esperaba en la parada de autobús, el ambiente se volvía más húmedo, la temperatura estaba descendiendo y había una tormenta que amenazaba con azotar en cualquier momento.

Mire a mi alrededor varias veces, tenía un rato sintiéndome observada, pero por más que miraba en todas direcciones, no había nada fuera de lugar.

— No, por favor. No de nuevo.— Susurre para mi misma

Estaba casi segura que estaba a punto de tener ese extraño escalofrío que me indica que algo jodidamente malo o extraño va a pasar y lo peor, es que en muchas ocasiones no podía distinguir la realidad de la ficción.

Muchas veces me despierto por las noches teniendo pesadillas horribles de mi misma siendo perseguida por distintos sujetos, a veces es solo un sujeto, a veces dos o tres, siempre es en calles oscuras o callejones. No se que significado puedan tener estas pesadillas.

Lo único que sé, es que muchas veces yo recuerdo estar en un sitio y de pronto cuando despierto, estoy en casa. Incluso le he preguntado a Jully si no ha notado nada raro conmigo previo a que me suceda eso, pero ella siempre niega que ocurra algo extraño.

Incluso me alentó a ver a un psicólogo, pero no me animo a ir. ¿Qué puede decirme?¿ que de seguro estoy mas loca que una cabra y que por no superar mis traumas estos me persiguen?.

Suspiró con pesadez mientras miro el reloj… 7:30, bien solo 10 minutos más y podré irme.

Entonces sucede, siento ese peculiar escalofrío que me recorre como toque eléctrico desde la base del coxis hasta la coronilla de la cabeza.

Volteo a todos lados y todo se ve tranquilo, entonces noto como un hombre alto está mirándome desde el otro lado de la acera. Tienen el cabello largo suelto, color n***o. Es caucásico, no distingo el color de sus ojos desde aquí. Pero su aura desprende ese "no se que" que me alerta del peligro.

Lo observo y él me observa pero no se mueve.

Entonces de su lado de la acera pasa un autobús, pero este no se detiene sigue su rumbo, sin embargo, el sujeto ya no está.

¿Estoy alucinando?

Comienzan a escucharse truenos y siento el olor a humedad en el ambiente. Amo el olor que produce la tierra mojada por la lluvia, sin embargo hace frío y no quiero resfriarme.

Me impaciento por la demora del autobús, necesito volver a casa. Comienzan a caer las primeras gotas de lluvia y solo atino a correr hacia la siguiente parada que tiene una caseta para resguardarse de la lluvia.

Hay una falla en la energía, ya que las luces de los faroles y de la caseta titilan.

Entro sin fijarme si había alguien más.

Me siento y doy un fuerte suspiro mientras froto mis manos para entrar en calor.

La caseta está a oscuras, ha ocurrido un apagón. Entonces siento la presencia de alguien a mi lado y retengo la respiración.

Giro mi cabeza lentamente hacia mi izquierda y lo veo. El mismo sujeto que me observaba del otro lado de la acera.

¿Cómo era posible?

Nunca lo vi cruzar la calle.

Mantenía los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás como si durmiera.

Con la poca luz de los autos que pasaban logre ver que tenía auriculares puestos. Quizá ni siquiera escuchó cuando entré.

Su "aura" estaba tranquila, no me transmite la sensación de peligro del principio.

¿Realmente seré tan paranoica?

Así me mantuve algunos minutos, sentada incómoda por la presencia del pelinegro.

Lo miraba de reojo y él seguía en la misma posición.

Escucho a lo lejos el autobús y salgo para esperarlo. Cuando el autobús se acerca, le hago la parada. Entonces el extraño sujeto me dirige la palabra.

— Adiós Mandy. Me dio gusto verte.

!¿Qué demonios?! Jamás lo había visto en mi vida. ¿Cómo sabía mi nombre?

Ignoré sus palabras y subí al autobús.

Mientras éste andaba, mi corazón estaba acelerado. Voltee hacia atrás y lo vi, recargado en la caseta mirando mi autobús partir.

Veo sus ojos por primera vez, son hermosos e intimidantes a la vez.

Nunca había visto unos ojos azules tan cristalinos como el cielo.

¿Quién diablos será ese sujeto?

Su presencia me perturbó al comienzo, pero no al tenerlo al lado mío. Y eso me inquietaba bastante.

Ahora se sumaba un nuevo chico misterioso a mi álbum de chicos misteriosos.

Suspiré mientras cerraba los ojos y en mi mente aparecían extraños flashes, como recuerdos. Lo que era imposible.

Estaba durmiéndome y se que me escuché a mi misma susurrar en un suspiro.

— Edmund