REGRESAME LO QUE ES MIO

REGRESAME LO QUE ES MIO

Regresame lo que es mio

Hola, mi nombre es Claitlin Shepard. Según mi madre Claitlin; significa pura e individualista, no sabe que tengo libros eróticos en mi estante y que soy dependiente de las personas.

Pensándolo bien ese nombre no fue destinado para mí.

Tengo una vida normal, o eso se puede catalogar normal. Padres normales, hermanos normales, amigos normales y vecinos normales o bueno excepto uno Austin Davies, mi mejor amigo cuando tenía cinco años o eso creo, éramos uña y mugre, claro está que yo era la uña y él en este caso era la mugre.

Fui la única niña que lo defendió en la escuela ante el Bullying que le hacían, por ser un niño con sobrepeso. Desde ahí nos volvimos inseparables.

Hasta que llego la preparatoria y él se metió a jugar fútbol americano. Paso de ser un niño con sobrepeso, a él chico más deseado y envidiado por todos.

Bueno él al principio dejo de hablarme y después se juntó con los "estrellados" un grupo que está conformado por las porristas y sus compañeros de fútbol americano.

Tipos que se creen las estrellas y piensan que nosotros debemos adorarlos con tal, solo son unos cretinos sin la inteligencia completa.

Ahí me di cuenta que la amistad no es verdadera, y que los idiotas existían y no eran solo un mito. Y que una persona te podía romper el corazón con tan solo ignorarte.

Mi único confidente de mis noches de lloriqueos, de comer potes de helado y ver Titanic más de tres veces, fue mi amado diario.

Mi madre a los siete años me regalo un diario, ahí escribí mi enamoramiento por Austin y también mi desilusión. Después de maldecirlo por quinientas mil veces, ahí aprendí mis primeros insultos.

Bueno no ahí, ya que mi padre es latino y siempre suelta sus lisuras en español. Aunque mamá aprendió muy rápido de esas.

Bueno ese diario no solo tiene eso de él, sino un secreto que he guardado mucho tiempo, los únicos que saben es mi hermana y mi mejor amiga, que alguien lo descubra podría descubrirme ante la sociedad.

Bueno todo iba bien, hasta que mi diario, mi bebé; callo en sus manos, en sus estúpidas pero

atractivas manos. Estoy jodida y literalmente.