(30) A la mañana siguiente estaba donde me quería estar, entre los brazos de un Demian bastante dormido. Su cuerpo olía a rosas, tal vez porque habíamos hecho el amor entre ellas. Mi sonrisa se hizo tan grande al recordar la noche anterior, desperté ese sentimiento que solo puedo tener con Demian; es como si todo ya no tuviera sentido. La vida sin Demian apesta, ahora entiendo porque cada vez que él se iba de mi lado, yo me enfermaba de depresión, era porque no hay nadie en el mundo quién pueda revivirme más que él. Así que con demasiado cuidado, me desate de sus musculosos brazos, y cuando lo hice, me puse la camiseta sin mangas que él traía puesta ayer. Después me puse también sus zapatos y camine hacía la cocina, sinceramente por estar con Demian no me dio tiempo de explorar esta

