Capítulo 3

5969 Words
(3) *Algunos días después. -¡Sissi Elizabeth!-Canto Kyle con una sonrisa en sus labios, mientras cargaba a mi pequeña hija entre sus brazos tatuados.-Es tan bella.-Admitió enamorado de ella al verla por primera vez. -Lo sé, no puedo creer que haya nacido tan bella.-Yo misma estaba extrañada al ver que su belleza era cada vez más evidente con los días.  Por otra parte, Kyle solo se mofa mientras me ve con algo de burla. -No veo porque no saldría así, su madre es guapísima.-Me sonroje discretamente, mientras intentaba no hacer notorio mis nervios cuando Kyle decía las cosas de esta manera. Él siempre quiso a mi bebé como si fuera suya, siempre acariciaba mi estómago y le hablaba, así que supongo que Sissi Elizabeth lo querrá mucho. Y ahora que lo veo sentado enfrente de mí en una silla acolchonada para mecer al bebe, me doy cuenta de que él será un gran padre cuando tenga hijos. Era la imagen perfecta de un buen padre, así que me hacía sentir afortunada de estar en su vida cuando el encuentre a alguien quien amar. -¿Sabes que te ves demasiado tierno así?-Le confieso mientras él se acomoda en la silla y  empieza a modelar para mí en diferentes poses. -¿Cómo así, o así?- Se mofó fuertemente mientras veo como Kyle actúa algo loco y tonto ante mí. -Que loco estas.-Le dije de inmediato mientras no podía parar de reírme de él.  -Bueno, es lo que causan las Jefferson.-Sonrió intentando no incomodar este momento tan lindo. Después no puedo evitarlo más, tomando mi teléfono en mano. -¿Crees que te pueda tomar una foto?-Él me sonríe y asiente con la cabeza, posando con la bebé. Y cuando la foto se captura, sale una foto bastante tierna de Kyle con su hermosa sonrisa de diez mil dólares, con sus cadenas adornando su cuello, junto con las decoraciones de su tatuajes, junto con la bebé más hermosa que he visto. Así que empiezo a negar con mi cabeza tratando de sacar de mi mente aquel botones que me recibió en Maldivas, aquel muchacho que abrió su corazón y me lo dio. Realmente de él queda muy poco físicamente, pero por dentro sigue siendo mi compañía, mi mejor amigo. Por otra parte la llegada de Sissi Elizabeth a mi vida ha sido bastante extraña, jamás creí verme con una pequeña niña a los dieciséis años, pero realmente cambió todo; no puedo ni siquiera expresa el amor que siento por ella. La amo tanto que podría morir ahora sin ella, su mirada tan tierna y sus pequeños pucheros, me tienen metida en un cuento de hadas. Sin duda Demian y yo somos los padres más felices del mundo. Algunas semana después* Algunas semana ya han pasado desde que mi bebe nació, definitivamente su vida es diferente a la de cualquier otro niño en Inglaterra. Tener tres nanas es demasiado extraño a su edad, sin duda Demian nos tiene algo consentidas; él ha tenido que ir a trabajar todo los días y yo tengo que permanecer  en casa "descansando" de más descansar. No puedo negar que  estoy algo harta de verme en cuatro paredes desde que tenía tres meses de embarazo, pero todo se arregla cuando  Demian viene a la casa, él logra hacerme sonreír junto a nuestra pequeña. Esta vez él ha llegado temprano, son las 5:43 y sin duda las calles están llenas de agua. Hace frío y queremos pasar tiempo juntos, así que estamos en la sala mientras la chimenea está prendida a toda su potencia. Yo misma estoy un poco impactada del clima tan cambiante, pero supongo que es Inglaterra.  Demian está viendo la televisión, mientras yo meso a mi pequeña niña en una pequeña cuna de holanes blancos con dorado movible. Y cuando la pequeña está completamente dormida, Demian llama a Christina y le pide que la lleve a su habitación, y que ponga todas las alarmas por si ella despierta.  Así que después de que Christina se lleva a la pequeña, yo me siento a un lado de Demian. -No era necesario que se la llevaran.-Le comenté algo celosa de que Christina este con mi bebé, cuando yo puedo ir a arroparla y hacerla dormir. -Tienes que descansar un poco de la bebé, y estar más con tu esposo.-Ahora veía que él también estaba un poco celoso de que toda mi atención fuera de la pequeña Sissi. Él tenía razón, yo había descuidado a Demian, así que de inmediato lo abrazo y beso su mejilla. -Lo sé, es que jamás me canso de estar con ella.-Le comenté mientras ponía mi mentón sobre su hombro.-Claro que quisiera salir un poco más a verte, pero no puedo hacerlo ya que aún es muy reciente lo de Sissi.-Hablaba sobre la cuarentena, aunque quería con todas mis ganas salir a verlo, no podía por el simple hecho de que todo está muy fresco. -Tienes razón, lamento tenerte aquí en cuatro paredes.-Se disculpa mostrándome una mirada tan cálida, que de inmediato supe que se sentía culpable. -Solo quieres que esté con Sissi,  no tiene nada de malo.-Le respondí con claridad, ya que no se podía sentir mal por algo que tenía que pasar. -No, pero a veces siento que te he descuidado bastante.-Él siempre echándose tierra, para quedar enterrado como el mal esposo. Pero eso era mentira, él estaba siendo el mejor padre y proveedor del mundo. Y como esposo, no me esperaba menos, que fuera tan procurador y una persona que nos tenía a Sissi y a mí seguras, no podía pedir nada más que eso. Así que miró hacia el suelo blanco e intentó pensar: ¿Acaso Demian me ha descuidado? Bueno sí lo ha hecho un poco, pero no lo culpo, tiene que hacerse cargo de la empresa, que es muy importante. Estas últimas semanas Demian,  ya que ha tenido  mucha  presión en el trabajo, sus publicistas no lo dejan en paz ya que están empezando otras empresas algo diferente a lo que es la empresa Volkova.  Muchas empresas de moda, comida y artículos le piden que haga su propia línea de ropa o accesorios, así que su nombre está pasando de periódicos importantes a revistas de alta costura. La moda de Demian Volkova siempre ha sido algo del que todos hablan, ya que traje que él usa, traje que se agota de las tiendas en las que él manda a hacer sus trajes. Y últimamente tiene más presión por el nacimiento de nuestra hija. Todo el mundo quiere conocer a la próxima heredera de los negocios de los Volkova, y  es claro que no estoy lista para salir con mi niña a la calle, para que la fotografíen como si fuera un animal de zoológico, pero al mismo tiempo estoy cayendo en una depresión, y si no salgo me quedaré en casa enfermándome enfrente de mi hija, y lo que quiero es no faltarle nunca. -No, amor no pienses de esa manera, tú eres un buen esposo y eso tú lo sabes, no quiero que vuelvas a decir una cosa  igual a esa, nunca más.-Estaba siendo dura con él pero sabía que era lo que necesitaba en este momento. Él lo estaba haciendo bien. -Pero...-Él iba a replicar pero sabía que no podía seguir escuchando la misma cantaleta de siempre. Así que me levanto de mi asiento para mirarlo. -No, esta conversación ha acabado, no escucharé esto.-Así que con una rapidez forzada, subo las escaleras para ir directo mi habitación, pero me encuentro con Taylor afuera de la recamara de Sissi. -Taylor iré a dormir ahora.-Le aviso mientras Taylor asiente y me acompaña hacia la habitación, y cuando entramos cierra con llave, para después sacar mi pijama y con su ayuda me la pone. Después cepilla mi larga cabellera negra, mientras estoy sentada enfrente del tocador mirándome al espejo, mientras cada jalada de cabello hace que yo piense aún más. No puedo soportar la insistente manera de Demian de culparse a sí mismo. ¿Es que no ve el amor que yo le estoy dando? ¿Acaso necesito remarcarlo más? Ahora estoy entre la espada y la pared, así que de un minuto a otro, me encuentro hablando con Taylor de cosas sin sentido. -¡No puedo creer que él siga culpándose a sí mismo! No tolero la manera en la que se ofende a sí mismo. El amor que le tengo es incondicional. ¿Por qué no lo entiende?-Taylor conserva su silencio, es lo mejor que puede hacer; sin duda Demian ha educado a las chicas para que solo sean paredes al lado mío, pero el hecho de que se mantengan calladas y solo hagan guardia, las hace enterarse  más de nuestra vida matrimonial. Sé que ellas saben bastante de nuestra relación  y es algo extraño, y no me sorprendería que puedan venderla a algún diario, pero eso no me importa en este mismo  momento, sólo quiero descargarme.  La puerta suena dos veces entre mi conversación, así que Taylor deja el cepillo de color oro y abre la puerta. La presencia de Demian me agobia, así que me levanto de mi asiento y caminó el baño, encerrándome con llave. Me dejo caer en el frío piso de color azul claro, mientras que las heridas de mi embarazo me dolían menos que el dolor que me hace pasar Demian. Minutos después escucho como toca la puerta. -¡Sal!-Grita con fuerza mientras yo no le contesto y permanezco callada.-¡Necesito cepillarme los dientes!-Dice una vez más, pero yo me mantengo callada. Después me levantó del suelo algo adolorida y abro la puerta, mientras dejo que esta se abra lentamente frente a mí. Él ya trae su pijama de color azul claro con rayas color fuerte puesta, para entrar al baño y no decirme nada. Él solo hace lo que prometió, toma su cepillo de dientes mientras deja caer el agua del lavamanos. Yo me hipnotizó por su presencia y me quedo en la pared recargada, mirándolo paciente y algo abrumada. Él es perfecto hasta para lavarse sus pequeños dientes de conejo, luego solo camino hacia él y lo abrazo por atrás. No soportaba verlo tan guapo y lindo enfrente mío, así que necesitaba abrazarlo. -¿Cuando dejamos que esto se convirtiera en un matrimonio real?-Le pregunté mientras su cuerpo me cubre completamente sin dejar que yo me vea en el espejo, así que él se da vuelta y me mira. -¿Cuando decidimos que esto sería real?-Miro el suelo mientras lo abrazo con lágrimas en los ojos.-¿Cuando decidimos en dejar que la rutina nos llenará?-Pregunté sollozando mientras esperaba que él pudiera responder.-No quiero permitirnos divorciarnos Demian.-Él me mira con un ceño de enojo en su cara, para después abrazarme fuertemente. -¿Quién dice que nos divorciaremos? Tonta.-Me abraza tan fuerte mientras suspira profundamente. -Esto es un matrimonio real Demian, las personas se engaña, se aburren y se cansan, no quiero terminar como el matrimonio de mis padres.-Ahora le comento sobre mis miedos más mórbidos.-Quiero que Sissi se mantenga en un lugar lleno de amor.-Demian solo me mira sin una expresión en su cara, mientras escucha mis palabras hasta que termine, para después decir: -Alice Jefferson, pequeña y tonta niña.-Me da un golpe en la frente.-Esto desde el principio nunca fue un matrimonio como el de los demás. No dejaré que esto se nos vaya de la manos y lo sabes, ni lo será por sí solo.-Sonrió algo complacida de escuchar esas palabras. -Idiota.-Nos miramos después de un abrazo fuerte, mientras su nariz simulaba un abrazo con la mía. Yo sonrió mientras lentamente sus labios están junto a los míos, su lengua pasa por la mía y la penetra con gran fuerza, de un segundo a otro ya estoy encima de él. Él me carga y pone sus manos en mi trasero tocándolo con manos abiertas, disfruto de su agarre, así que llamó con fuerza sus labios, succionándolos. Después torpemente me lleva a  la cama que ya fue destendida por Taylor. Él toma las sábanas y las lanza hacia el suelo, quedándonos con solo unas cobijas color blancas. Pero después me despego de él, lentamente diciéndole: -Estoy en cuarentena.-Él me mira con una sonrisa picarona y se ríe, mientras está encima mío. El peso de su cuerpo y su aliento a dentífrico hacen que yo misma quiera caer entre sus brazos y jamás irme de ese lugar. -Jamás ha sido un impedimento.-Acomoda mi cabello tras de mis orejas, mientras continúa con sus besos por todo mi cuerpo. Aferrándose a mí tan fuerte, mientras nuestras pieles se rozaban naturalmente una a la otra. Definitivamente el matrimonio no es fácil, pero todo siempre se arregla con una pizca de cielo antes de ir a la cama. * Alrededor de las nueve de la mañana, me desperté con un dolor en la cabeza, que era insoportable. Tal vez era por la pelea de anoche o quizás fue lo bien que me la pase después de esa pelea. No lo sabré pero estaba más que vulnerable. Esta vez Demian estaba a mí lado, lo cual me sorprendió ya que era martes y él se va a trabajar antes de que el sol salga. Así que de inmediato le doy un manotazo en el estómago, haciendo que se despertara gritando. -Tonta.-Él me responde de inmediato al golpe, pero lo dice con un toque de encanto que logra asesinarme.-Estaba soñando.-Confiesa para después darse cuenta que lo dijo en voz alta. Así que de inmediato me mofo, ya que estaba de buen humor esta mañana. ¿Acaso estaba soñando conmigo? ¿O con una actriz porno? ¡Claro que tenía dudas! No me juzguen. -¿Conmigo?-Realmente estaba muy halagada si eso fuera para mí, así que de inmediato me sonroje como un tomate, enamorada de que mi bello esposo esté pensando en mí hasta cuando duerme. -Realmente hubiera tenido pesadillas se hubiera soñado contigo.-Él trata de acomodarse entre las sábanas, mientras rompe la imagen de mí en sus sueños. ¿Qué aprenden en la escuela los hombres? Porque responde de esa manera, matando el encanto. -¡Hey!-Le dije ofendida, ya que yo todavía podía esperar que me dijera que estaba soñando con una actriz porno, pero decirme pesadilla, eso fue un golpe en mi orgullo. -Es amor real.-Responde de inmediato mientras besa mi cabellera que hoy se encuentra bastante lacia.-Estuviera chillando, ya que me haces enojar tanto.-Ahora hace algunas expresiones de disgusto mientras que yo solo puedo hacer que mi cuerpo se enoje. Quizás era porque todavía estaba esperando que me dijera que estaba soñando conmigo, o la actriz porno.  -Así que soy un dolor de culo, ¿ah?-Pregunto como si no lo supiera. ¡Claro que soy un dolor de culo! ¡Pero por supuesto! -Más que un dolor de culo. Un dolor de una cosa más fuerte.-Me comenta mientras le mete más leña al fuego. Sabía que estaba jugando con mi cabeza, pero yo de tonta le sigo. No podía perderme un juego así y menos si es con mi esposo. -¡Hey!-Dije frunciendo el ceño mientras hago un puchero involuntario. Estaba actuando como una adolescente caprichosa, bueno lo soy, pero él también estaba actuando como uno. Me gusta cómo van las cosas. Así que mientras yo hago mi berrinche a un lado de él, de la nada me toma de la cabeza, acercándome a él. -Es broma.-Su aliento cálido llega a mis fosas nasales, mientras que mi corazón empieza a palpitar mientras siento cómo su corazón se acelera de igual manera.-La verdad si estaba soñando contigo.-Me acomodo entre sus brazos tan cálidos, mientras inhaló el olor de su cuerpo. Sentirlo al lado mío me hace sentir fuerte, como si nadie pudiera hacerme daño. Él era mi fuerza y mi escudo, también el amor de mi vida pero estaba muy consciente de que me sentía en el cielo junto a él. Mis mejillas se ponen algo coloradas. ¿Acaso después de vivir más de un año con el hombre y tener una hija, aún parece que es el primer día? Bueno, al parecer soy una romántica empedernida.-Soñaba en cuanto nos divertimos anoche.-Pero él era un poco más s****l, claramente él podía ser romántico con sus condiciones, pero amaba cada capa de su personalidad como nadie más lo hará.  Creo que eso es lo que nadie puede entender, nadie puede amar a Demian con todo el paquete que él incluye. Incluso Sarah, ella se esforzó tanto y durante tantos años, pero no pudo amar la parte más importante de Demian. Su felicidad al lado mío, así que se rindió. La felicidad de Demian era lo que más importaba en este mundo, pero nadie se daba cuenta de eso. -Eres un pervertido, como siempre.-Rodé los ojos mientras intentaba estar molesta, pero claramente eso era imposible. Él hombre por fin estaba conmigo en la cama, después de nueve meses infernales, en las que no me tocaba por miedo a lastimar a la bebé. -¡Hey señorita! No hablaba de eso, ¿acaso tienes la mente sucia después de pasar más 365 días conmigo?-Me pregunta con una sonrisa en sus labios que me hace sonreír de nuevo. Mostrando la dentadura con sensualidad mientras sus cejas, sus ojos y sus labios lo hacen ver como un súper modelo.  -No, es solo algo que me esperaba de ti.-Le contesté con sinceridad, pero él solo me puede mirar divertido con esa sonrisa estúpida que me hace sentir tan apenada y a la vez tan emocionada. ¿O solo es el hecho de que el hombre me está mirando? Que me siento tan nerviosa y al mismo tiempo tan feliz, llena de adrenalina. -Bueno, que mala fe me tiene...-Él mira las sábanas blancas algo nervioso, al parecer tiene que decirme algo, lo presiento. Así que hago la pregunta que tal vez él esperaba que hiciera. -¿Pasa algo?-Estaba nerviosa de hacer la pregunta, pero el tan solo esperar me hace sentir peor. Él sonríe nervioso, mientras aún sigue mirando las sábanas con mucho detenimiento. -Hoy.-Me dice sin darme más detalles. -¿Hoy?-Pregunto sin más, mientras aún trato de entender lo que el hombre quiere decirme. ¡Y se supone que las mujeres somos las difíciles! -Hoy fue el día en que fui a tu casa y te robe.-Sonrió demasiado feliz pero a la vez avergonzado, quizás por demostrar que estaba feliz.-Así que me siento como un estúpido ahora. ¿No se supone que esto lo deben recordar las chicas? Y claramente estaba siendo algo sexista al decir esto, pero me sorprendía que él, esta persona tan imponente y tan ocupada, se tomará el tiempo de guardar alguna fecha de nuestra relación. -Bueno tal vez solo fue especial para mí, yo siempre fui el estúpido que estuvo enamorado de ti cuando apenas tenías siete años, soy un pervertido.-Se cubre los ojos con sus manos, mientras de inmediato me mofo y quito sus manos de sus hermosos ojos avellana. -Tonto, tienes que superarlo.-Ahora le regalo una sonrisa cálida.-Veme a mí, soy la mujer más feliz de este mundo.-Solo quería que se diera cuenta que mi vida no podía ser mejor. -Es que a veces uno no solo puede superar estas cosas.-Él se queda viendo a la nada mientras se va de este mundo, así que suspire profundamente, tratando de ahuyentar a sus fantasmas. -Yo ya lo hice, aprendí a perdonar.-Dije con sinceridad, mientras hablaba por Alice, no por nadie más.-Incluso a Calvin.-Pronunciar su nombre no era tan fácil como creí.  Tal vez no lo había  perdonado cien por ciento, pero creo que llevo un siete por ciento superado, lo cual es bastante para ser sobre una persona que casi me mata. -Yo aún no lo he hecho.-Abro y cierro los ojos con algo de tristeza, mientras trato de aplanar las sábanas de seda con mis manos blancas y delgadas, pero él de la nada me llama la atención en medio de mi planchado de sabanas.-Te tengo una sorpresa.-Ahora puedo sonreír apasionada de ver otra vez los ojos de amor que mi esposo suele tener a estas horas de la mañana. Sabía que el solo verle feliz era el regalo más preciado que me podía dar, pero si él necesitaba darme presentes, tampoco me negaría. -¿Cuál es?-Mi vida a su lado ya es una regalo, así que nada podía competir con eso. No estaba esperando nada grande ni especial. -Vístete y baja, te lo diré más tarde.-Se levanta de la cama y sale deprisa con sus pantalones en mano. Y al él irse de la habitación, revuelco entre las sábanas, siendo la mujer más afortunada de este mundo. Así que rápidamente me aseo, para después elegir un lindo vestido de flores con unas botas juveniles. Después me puse algo de maquillaje, logrando verme muy natural. También tenía que tener cuidado con mi cuerpo, aún que ya habían pasado ocho semanas después del nacimiento de Sissi, así que estaba preparada para unirme a la sociedad una vez más. Después camino de prisa hacía la habitación de Sissi, donde ella aún está durmiendo como una pequeña  princesa. El recuerdo de blanca nieves permanece en mi mente, no puedo creer que ella sea tan bella, sus labios color carmesí la hacen ver deseosa de la vida, su pelo n***o la hace ver más pequeña de lo que ella es. Sé que estas palabras no tienen ningún sentido, pero no podía describir nada más que la felicidad que me da mi pequeña hija y su belleza tan milagrosa. Yo no esperaba que ella naciera siendo Alicia en el país de las maravillas como mi madre lo hacía, yo solo estaba esperando que ella estuviera sana, así que ¿cómo no adorarla cuando es perfecta? Ella creció y se formó como ella quiso, siendo el género que más le gusto, estaba orgullosa de ser la madre de una niña tan bonita e inteligente. Así que el tomo de esa pequeña cuna de color oro y lentamente la acomodo entre mis brazos. Su aroma se esparce por mis fosas nasales, mientras que huele a rosas. Aunque estoy muy de acuerdo que no todo el tiempo huele tan bien como ahora. Es bella e inteligente, pero es un bebé aún.  Pero algo que definitivamente Sissi Elizabeth va a tener que pasar, es saber que no va a tener una vida sencilla y simple. Bueno ella tiene un closet para ella sola de tanta ropa que tiene. Sin duda Sissi no es normal, jamás lo pensé, pero qué bien que ella pueda tener lo que yo no tuve de niña, pero al mismo tiempo me doy cuenta que yo no quería ser rica, mis padres sí. En todo caso sé que ella lo lograra con facilidad, como su padre y como yo trato de hacerlo. Así que le pongo un pequeño vestido color naranja y le pongo una banda en el cabello de ese mismo color, para que después ponerle unos zapatitos de charol rojos que le completan el atuendo. Tomo sus cosas poniéndolas en una pequeña bolsa de color rosa; sus pañales y talcos hacen ver la bolsa como un costal de papas.  Después salgo con ella en brazos, claro tapándola con una hermosa sabana color blanco de piel. Y cuando bajó las escaleras, me encuentro con Demian, quién nos esperaba a las dos como un príncipe azul. Él está gracioso esta mañana, parece un joven emocionado. Parece que me llevara a mi primer baile o algo parecido, y al mismo tiempo se ve más que asustado por la manera en la que bajo las escaleras, sin duda mi vestido sería Sissi, pero es mi hija, así que no la puedo comparar con una vestido Chanel ni Gucci, ella valía más que eso. -Eres un ridículo, lo sabes.-Dije golpeando su pecho mientras intentaba que al mismo tiempo la bebé no despertara. -Algo.-Me sonríe para después  tomarme del codo ya que tengo a nuestra bebé en brazos, encaminándome sobre el pasillo para ir hacía jardín. Estoy emocionada, ¿qué hará ahora?  El camino es algo largo, ya que hay tantas cosas de la pequeña Sissi en todas partes. Tantos cuidados que Demian pone en la casa para que la bebé no se caiga, para que no toque el pasto mojado, o para que no caiga al lago. ¿Pero es que no se ha dado cuenta que apena es una bebé? -Ok, cierra los ojos.-Me dice emocionado a la mitad del camino. -Definitivamente no.-Le respondí al instante, ya que odiaba que alguien me tapara los ojos. -¡Oh, vamos Alice! Copera.-Me lo pide con tantas ganas que casi rompe mi postura. -No lo haré.-Le respondí de nuevo mientras intentaba estar enojada con esa idea. -¿Confías en mí?-Hace la pregunta de millones de libras. ¡Demonios! -Claro que sí.-Le digo al instante mientras ruedo los ojos. -Entonces, ¿a qué le tienes miedo gallina?-Me encanta como jugamos como niños. Cuando conocí a Demian, él jamás hablaba de esta manera. Demian fue un hombre reservado y criado para ser cortés y siempre ser educado con las personas correctas, supongo que juntarse con una campesina ha sido buena influencia para él. -Nada en especial, solo que no quiero cerrarlos.-Dije intentando jugar un poco más. ¡Vaya, él hombre estaba jugando! Quería ser parte de esto, mientras veo como mi retoño ha crecido (ahora hablo de Demian, no de mi hija) ha crecido como ser humano, no podía perderme cada detalle. -¡Pequeña contestona!-Dijo ya un poco agotado de jugar, supongo que no le gusta perder.-Cierra los ojos ahora o te los cerraré yo.-Amenaza divertido, me mofo de él para luego cerrar mis ojos. Era tan encantador cuando me amenazaba.  Él me tomó de nuevo por mi brazo derecho y caminamos sobre el pasto mojado, lo siento en mis pies. Y después de caminar una gran parte del jardín, él decide que ya es hora de hacer aparecer la sorpresa que tanto me costó un juego que pudo haber acabado muy bien. -Bien, aquí estamos.-Dice aún con sus manos en mis ojos, mientras su respiración está a mil por segundo. Pareciera que el regalo es para él, no para mí. -Quita tus manos Sherlock.-Le dije de inmediato mientras intentaba de ver lo que tanto esperaba que viera. La parte tonta de Demian era adorable, pero eso no quiere decir que no pueda sacarme de mis casillas. -Pequeña malhumorada.-Me responde con su acento británico bien aferrado a sus dientes y lengua. Así que de repente quita su mano grande que me cubre por completo los ojos, para darme cuenta que es un auto. -¿Es una broma?-Lo miró mientras él niega con la cabeza. Estaba sorprendida, aún que su amor y todo lo que dije era suficiente, ¿un auto? -Nop.-Se acerca al auto y abre la puerta del conductor.-Adelante señorita.-Yo solo lo miró sorprendida por las palabras que ha dicho, ¿acaso me dejara conducir? -¿Qué?-Dije completamente sorprendida mientras aún tenía al bebé entre los brazos. -Lo que escuchaste, sube al auto ahora mismo.-Me ordena con la misma sutileza de siempre. -¿De qué hablas? Tengo a la bebé.-Le comento mientras aún intento que no despierte. -Por eso compre esto.-Abre la puerta trasera del auto y saca una silla de bebé.-Se ve horrible en la parte de atrás de mi auto, pero qué más puedo hacer, ahora soy un padre orgulloso.-Quería abrazarlo con fuerza, sabía que los autos de Demian eran sus bebés, así que quiero llorar de felicidad al saber que ha cambiado. -Has cambiado Volkova.-Le comente mostrándole mi orgullo mientras mis ojos demuestran mucho amor. -¡Quieres subirte al auto ahora!-Me grita mientras sé que aún es el mismo Demian, así que le doy a la bebé, él la besa de inmediato antes de meterla al auto, acostándola en su silla, no antes de acomodarla bien en el sillón. La bebé parece cómoda, así que Demian le ajusta su pequeño cinturón y luego me dice: -Me hago viejo, sube al auto.-Me río y subo al auto, dándome cuenta que es realmente increíble que Demian me deje conducir su hermoso Ferrari California, o más bien, es una sorpresa que él quiera enseñarme a conducir, ya que sabe que soy muy torpe. -¿Estás seguro?-Le pregunté insegura, mientras los dos estamos en el auto. -Claro, estoy listo para arruinar mi auto.-Él no luce seguro de lo que dice, ya que se ha puesto su cinturón y sostiene una pequeña palanca del techo, como si se aferrara a la vida. -Deberíamos dejar a la bebé con Laura.-Dije pasando mis manos sudorosas por el volante. -No es necesario, confió en que logres conducir rápidamente.-Demian estaba poniendo demasiadas esperanzas en mí y eso era una carga. -¿Por qué tanta confianza en mí?-Le pregunté de inmediato, ya que yo no tenía confianza en mí misma. ¿Acaso tomo drogas o algo parecido? -Confió en la inteligencia que tienes.-En realidad sí era muy inteligente, no lo negaré. Logre muchas cosas que Demian ni su padre hicieron, pero fueron mis palabras y mi fortaleza, no era buena con el mecanismo de mi cuerpo. Rompía cosas sin querer y también lo he hecho con algunas cosas de Demian, que obviamente él no sabe, ya que las escondo bajo las alfombras o detrás de algunos cuadros. -A veces debes dudar.-Le trato de dar miedo, para que deje esa tonta idea de conducir atrás. Temía por la vida de mi esposo y mi hija, y también a ser reprendida por Demian, ya que era el nuevo Ferrari California T, que acababa de salir a la venta. -No lo hago, creo que es bastante tarde. No hay nada que no te salga bien y más cuando lo hace  al aventón, como siempre.-Demian solo habla de mi suerte de principiante, él no sabe que esas cosas solo fueron coincidencia pura. -La suerte no siempre está.-Sigo hablando como un maldito perico, mientras trato por todos los modos de que Demian dé marcha atrás. -¡Cierra el pico y prende el auto!-Colmé su paciencia, así que ahora me grita mientras yo me siento tan pequeña en el asiento del piloto enfrente del volante tan grande y liso. -Malhumorado.-Ruedo los ojos algo molesta por su actitud, así que no me quedo de otra que prender el auto. El motor suena bastante fuerte cuando lo hago y eso me provoca aún más miedo. La verdad es que tengo bastante miedo, pero realmente no tengo ganas de demostrarle a Demian que tengo miedo. ¿Por qué demonios quiere hacerlo con un Ferrari de gran velocidad? Cuando puede hacerlo con un auto común, viejo y lento. En realidad jamás pensé que mi primera clase de conducción fuera en un auto tan rápido, así que esto se me sale de las manos completamente. -Esto es muy fácil, mueve la palanca una vez, quita el freno y aprieta el acelerador.-Me señala con su dedo donde está todo, así que me quedo tiesa unos minutos pensando y pensando, para después soltar el freno. El coche se mueve cuando apenas toco el acelerador, para después mover la palanca de velocidad, logrando que auto automáticamente se apagara. -¿Qué hice?-Grité sin entender. ¿Ni siquiera lo he tocado y ya lo rompí?-¿Estoy muerta?-Le pregunté temerosa mientras entrecierro mis ojos para verlo. -Has acelerado muy rápido.-Me responde con tranquilidad mientras yo aún estoy esperando que me grite o algo parecido. -Ni siquiera lo he tocado bien.-Dije paranoica, como si el auto estuviera en contra mía.-Es obvio que tu auto no me quiere.-Acuse mientras trataba de convencerlo una vez más, para que me dejara salir de esto rápido. -Lo has hecho bien, ahora cálmate.-Él estaba empezando a hablar como un budista, así que eso me preocupo.-Inténtalo de nuevo, no seas tan brusca. Conducir no es la gran cosa.-Solo quería patearle el trasero por tener tantas expectativas en mí. -No puedo Demian.-Me niego ahora rotundamente a conducir mientras estoy frustrada. -Si puedes, solo arranca.-Me pide que lo intente con sus ojos llenos de esperanza. Así que lo intento una vez más.  * Llevo casi una hora intentando salir de la entrada de la casa, es difícil conducir al parecer. La bebé no ha dado nada de lata, así que solo quiero lograr llegar a la esquina para luego regresar y satisfacer a Demian. -Inténtalo una vez más.-Me pide Demian ya algo fatigado, pero con la misma perseverancia de antes. No sé por qué está siendo tan paciente conmigo. -Estoy cansada.-Me dejo caer sobre el sillón, mientras que los dedos ya me duele.-No puedo.-Suspiré dándome por vencida. -Odio que digas no puedo.-Murmura mientras mira hacía la ventana, mostrándose molesto conmigo. No era ni siquiera su inexpresiva cara que me daba miedo, si no las palabras que dijo: "Odio que digas no puedo". Así que como toda una perdedora me lance a la borda sin siquiera pensarlo. -¡No puedo, no puedo, no puedo!-Le dije una y otra vez como una niña pequeña y ruidosa lo haría. -¡Bien!-Me alza la voz como antes, y eso hace que la bebé empieza a llorar dramáticamente. Los dos estamos enojados e irritados, así que Demian baja del auto azotando la puerta, su preciado coche ya tiene una abolladura y yo no se la hice, pensé.  Él abre la puerta del conductor y me dice: -¡Sal!-Sin pensarlo me quito el cinturón de seguridad y salgo, camino hacia el lado del copiloto y me siento bruscamente mientras miro a la bebé. Meciéndola un poco mientras Demian se sube al auto. Y cuando ya está en el auto, se pone el cinturón, arrancando el auto con facilidad mientras la bebé se tranquiliza cuando el auto se pone en marcha. El hecho que se volviera a dormir se me hace rarísimo, pero ahora estoy tranquila de que ella pueda sentirse tan bien como su madre. Así que vuelvo a mirar hacia el frente mientras los árboles derraman agua, ya que anoche llovió mucho, mientras que Demian está furioso conmigo. Solo me doy cuenta como sus aberturas nasales se abren cada vez más, su boca está tensa y no me sorprende que esta cita romántica se vuelva algo incomoda. -¡Hey!-Le dije golpeando su hombro.-No te enfades.-Le pido suplicándole que no  arruine esto, solo porque no tengo ganas de conducir. Era algo que no podía hacer, no era la mujer maravilla. -Bien.-Se quita el cinturón mientras yo lo veo extrañada.-¿Quieres que esté feliz?-Me pregunta con su mirada tan fuerte que de pronto quise mirar hacia otro lado para no verla más. -Si.-Le digo de inmediato, pues es lo que quiero más en mi vida. -Ok.-Hace alguna cara y de repente suelta el volante mientras no quita el pie del acelerador. -Agárralo.-Le grité con fuerza mientras él solo me mira a mí. -No, hazlo tú.-Estoy atónita por lo que me dice, así que agarró el volante pero estoy más que nerviosa. Trato de que el auto siga su camino, pero con una mano no puedo.-¡Demian toma el maldito volante!-Le digo una vez más, intentando que este viaje no termine en una tragedia. ¡Teníamos a la niña atrás! -Tendrás que hacerlo tú.-Baja la velocidad, pero no se detiene.-Cambiemos de lugar. -¿Estás loco?-Le dije de inmediato mientras la frente me suda. -Si.-Me grita con determinación, sabía que no podría detenerlo. Así que con mucho cuidado él se pasa a mi lugar, aún con el auto andando, esté claramente baja la velocidad pero eso no significa que Demian dejo de apretar el acelerador. Él siguió con el pie presionando con delicadeza el acelerador. Después de cambiar estoy en el lado del conductor, me pongo de inmediato el cinturón de seguridad. -Eres un maldito idiota.-Dije muy enojada mientras trataba de actuar a esta nueva técnica para aprender a manejar. -Lo se, toma el volante.-Quita el pie y me hace ponerlo yo misma. Yo tomo asustada del volante y hago que el auto mantenga su camino recto.-Cambia la velocidad.-Me pide con tranquilidad, volviendo su lado Zeng. -¿Qué?-Tragué saliva mientras intentaba de leer y entender los labios de Demian. No podía creer que me estuviera pidiendo que hiciera esto. -Como te enseñe.-Él lo había hecho, en esa hora él me enseñó cómo usar el auto. Quizás solo era yo negándome a aprender a hacerlo, había una parte de mí que entendió cada palabra que dijo Demian, pero había otra parte que en realidad no quería hacerlo. -No sé hacerlo.-Al decir eso, pone su pie encima del mío y hace que aceleremos rápidamente, haciendo un sonido en el auto que me asusta de inmediato. -¿Qué es?-Pregunté como si ese sonido proviniera del fondo del océano. -Tienes que cambiar de velocidad.-Me avisa mientras mi lado técnico, recuerda cómo hacerlo, así que tome la palanca y la moví en segunda, el auto dejo de hacer el ruido que hacía antes.-No es difícil. -Eres una...-Me ahorré mis palabrotas, pero funcionó. Aprendí a conducir justamente cuando él intento matarnos. No sé si fue apropósito, ya que sabe que en los problemas casi todo me sale bien, o si solo se lo sacó de su manga pero definitivamente es buen maestro.  O yo soy buena estudiante.
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