Madrugada

2185 Words
Kevin  Bueno, es momento de decirle a Kathe mi plan de vida, ese plan que siempre quise con ella, ese plan que jamás pude cumplir con ninguna de las "novias" que tuve. Abro la puerta del auto para Kathe y mientras ella chequea su teléfono yo planeo mentalmente como comenzar a hablarle sobre esto que quiero con ella. Voy despacio y voy doblando en calles que ni siquiera me llevan al lugar que quiero ir, solo quiero encontrar la forma de decirle esto de una vez por todas. Miro de reojo y ella está concentrada en la carretera, creo que está ida en sus pensamientos, no sé que es lo que la atormenta, pero seguramente deba de ser algo con su familia. Suspiro y aclaro mi garganta para comenzar. - Me gustaría viajar contigo - Digo rápidamente y muy despacito, creo que lo dije más para mí que para ella. La miro y no me dice nada - siento que, quizás es momento de empezar algo nosotros dos solos, quizás formar nuestra familia juntos - Digo y guardo silencio esperando su reacción, pero no dice nada - que te parece si nos vamos a Portugal a comenzar una vida nueva juntos, dejar todo e irnos lejos - Digo y la miro, sigue en la misma posición de hoy y estoy seguro de que no me escuchó. Quizás la atormenté con tanta información y quizás la atosigue mucho, creo que voy muy rápido. - Kathe, discúlpame, creo que... - La miro y no se mueve, me comienzo a desesperar y la llamo - Kathe, Kathe ¿estás bien? - No me contesta y me desespero más, entonces grito - ¡KATHE! - Noto su sobresalto y ahora entiendo por qué no se movía, estaba perdida completamente en su mente. - Discúlpame cariño, estaba pensando en algo - Me mira avergonzada y sonrío. - Descuida, ¿Escuchaste lo que estaba diciendo? - Le digo algo intranquilo, aunque lo disimulo bien. - No cariño, ¿Quieres repetirlo? - Me dice y el "cariño" resuena en mis oídos como una dulce melodía y sonrío. Mierda, que le digo ahora, no tengo la fuerza suficiente para volver a repetir todo lo que dije hace un momento, necesito decírselo si, pero puedo esperar unos meses más. El paciente que tengo que atender es complicado, pero sé que con la nueva tecnología médica podré ayudarlo. La llevaré a cenar, hoy teníamos un plan especial, eso ella lo sabía, pero no sabía lo de mi plan de llevármela a Portugal. Así que optaré por llevarla al restaurante a cenar y luego hacerla mía. - Te estaba diciendo que a dónde quieres ir a cenar - Respondo dudoso, porque fue más para mí esa afirmación que para ella. - A dónde quieras cariño, no tengo uno en especial - Responde refiriéndose a algún restaurante y creo que la fregué porque está sería. - Perfecto - Le digo rápidamente y ella me mira, noto su mirada cargada de dudas sobre mí y yo solo me fijo en la carretera. - ¿Hay algo que quieras decirme? - Me dice y mi corazón comienza a latir rápidamente, no puedo ocultarle las cosas, pero tampoco quiero que se entere así como así, así que si o si tengo que ocultarle la verdad. - No, nada en especial, solo que estás hermosa, ese vestido te queda sensacional - La miro y si bien es cierto lo que le dije, no era lo que quería decirle. Ese vestido le queda hermoso, es largo y recto de color blanco, sin mangas, ni escote frontal y levemente ajustado a su silueta. Después de decidirnos por un restaurante que tenga buen servicio y sea de buen prestigio aquí en la ciudad bajamos y tomo su mano para ir juntos y que todos sepan que esta chica es mía y de nadie más. Quizás suene algo posesivo, pero... Nada, si lo soy y no hay peros. Entramos al restaurante y uno de los mozos nos lleva a una mesa en donde ya están las cartas, es decir el menú que tiene todo lo que ofrece este restaurante. Noté a Kathe un poco distante y comencé a molestarla con eso que ella odia tanto, bolitas de papel. En un determinado momento ella me mira y entiendo a la perfección que está tan enojada que ni ella misma soporta todo ese enojo que lleva encima, sonrió ampliamente porque era esto lo que quería lograr en ella, tiro una última bola de papel hacia su frente y le doy bien en el medio, sonrió aún más y veo que deja la carta a un costado. - Mi amor - Me dice tan dulcemente, que a leguas se nota su falsedad en ese tono de voz. - ¿Qué sucede linda? - Le respondo con el mismo tono, pero con un poco de burla porque no puedo evitar reírme de su expresión. - Vuelve a tirarme otra bolita de papel y te quedas sin acción por una semana - Dice apretando los dientes y sonrió, pero sé que ella es capaz de hacerlo, entonces la dejo de molestar. - De acuerdo, dejaré de hacerlo - Le digo fingiendo estar triste y ella sonríe. - Que fácil es tenerte a ti en la palma de mi mano - Ruedo los ojos y niego con la cabeza, pequeña arpía sabes que no te dejaré fácil la tarea, pero esto recién empieza. Esperemos unos meses, yo te voy a tener en la palma de mi mano... Cuando el mozo viene, pido mi comida y mientras Kathe pedía su comida, pienso en que hoy sería el día en que le propondría irnos de viaje y empezar juntos desde cero, pero no me atreví y ahora tengo que aguantarme las ganas de decirle que nos vamos de viaje y aguantar a este otro imbécil que tenemos como mozo que está coqueteándole a mi novia desde que vino a la mesa y esta mujer que en vez de mostrarse enamorada conmigo se suelta de mi agarre y se enfoca en este idiota. - Gracias a ustedes, que disfruten la velada - Dice y antes de irse le dedica una mirada y una sonrisa de labios cerrados a mi novia, si tan solo supieras que estoy a tan poco de agarrarte del cuello y darte una paliza mocoso inservible. - Li mismi piri mi, quiridi - Digo y ella se burla mío. - ¿Qué?, ¿me vas a decir que estás celoso? - Me dice y es como pinchar con una aguja mi nalga, inflo mi pecho y le contesto. - ¿Yo?, ¿Celoso?, jamás, no podría estar celoso de alguien como él - Digo y giro mi cara para no demostrarle lo contrario. Si, me hierve la sangre de celos, pero no se lo voy a decir por qué así no es el juego. - Me alegra saber eso porque entonces puedo decirte lo hermoso que se veía, esa sonrisa tan natural y esos ojos marrones tan sinceros, por Dios, que belleza - Dice y el pecho se me desinfla y comienzo a sentir una especie de dolor en mi corazón, ella no es así, ¿por qué actúa de esta manera ahora?, la miro y de la rabia y los celos que llevo dentro le contesto. - Entonces si tanto te gusta y te parece tan lindo, ¿Por qué no cenas con él? - Le digo toscamente, suspira y me mira sorprendida. - Porque estoy cenando contigo y sería muy descortés dejarte solo - Me dice burlándose y mis manos se transforman en puños. Este idiota no me va a robar a mi chica, ella se ríe y me confunde un poco, pero eso hace que tenga más ganas de golpear a ese idiota. - ¿De qué te ríes? - Digo hostilmente y sigue riéndose. Me paro a buscar a este imbécil para darle su merecido por idiota, pero la gélida mano de Kathe me detiene y la miro fijamente. - Es broma idiota, solo quería saber hasta donde eras capaz de aguantar los celos - Me dice riéndose y me suelto de su agarre y me acomodo el saco. Tranquilizo mi respiración y algo dentro de mí vuelve a recomponerse. - ¿Por qué juegas así conmigo? - Le digo aflojándome el corbatín y sentándome en mi lugar. - Porque quería demostrarte que no soy la única que sintió celos en un momento, sino que tú también los sientes y si no me crees mírate, estás sudando y tienes el corbatín flojo, el saco desprendido y tu cabello está alborotado, además de que traes ganas de golpear a alguien - Me dice y agacho la cabeza y me voy al baño. - Discúlpame - Digo, pero lo susurro más para mí que para ella. No puedo ser tan idiota, algo traía entre manos, ella no es así, pero cuando dijo que era broma algo volvió a cobrar sentido adentro mío, me estaba muriendo de celos, pero no lo iba a admitir, jamás lo hice y dudo hacerlo en algún momento. Me miro en el espejo y estoy sudando, es increíble lo cerca que estuve de matar a golpes a ese tipo, por Dios, espero no vuelva a pasar. Seguramente hice el ridículo frente a todo el restaurante. Me refresco con un poco de agua, mojo mi cabello para peinarlo con las manos y dejarlo arreglado, saco papel para secarme la cara, me arreglo el corbatín, la camisa y el saco. Salgo, listo para cenar en paz y en armonía con mi novia, aunque ahora que lo pienso debí haber quedado como un completo idiota y ella en vez de dejarse de bromas y ayudarme a calmarme, no, prefiere jugar conmigo. Tonta. Llego a la mesa y ella está tranquila, me siento y en ese momento tomo su mano, pero no me atrevo a mirarla, después de que dejan un platillo de entrada hablo con ella. - Lo siento - Le digo. - No tienes por qué pedir disculpas, era yo la que estaba probando tu nivel de paciencia y celos, así que yo te pido disculpas por haber logrado que te enojes - Me dice y me acerco para darle un beso, el cual nunca llega - lo cual me parece estupendo y es la venganza perfecta para mí - Abro los ojos e intento alejarme, pero con sus gélidas manos me toma del rostro y me besa, me lleva a las nubes esta mujer, pero todavía sigo enojado con ella por haber hecho algo así. - Eres increíble - Le digo apartándome y negando con la cabeza. - Lo sé, ahora come y déjate de bobadas que si supieras lo loca que me traes no te podrías así - me dice y yo quedo en shock, cómo así de que ella está perdidamente enamorada de mí y yo no me enteré. Por favor esto necesita una celebración especial, no me caben las palabras para decirle gracias, solo quiero amarla, abrazarla, besarla y hacerla mía, completamente mía, reacciono en determinado momento y comienzo a comer, feliz, muy feliz de ser novio de esta chica. Y por esa razón brindo con ella por eso. - Brindemos, por tu amor hacia mí - Le digo y ella alza las cejas y sonríe. - Brindemos, por el amor que tú me tienes a mí - Me dice y sonreímos cómo dos tontos y bebemos. [...] No sé cuántas copas tomé, pero es de madrugada, estoy en mi cama, con Kathe a mi lado y seguramente haya sido tan linda la noche que le proporcione que está dormida completamente. ¿POR QUÉ A MÍ ME PASAN ESTAS COSAS?, no puedo ser tan tonto y no darle lo que se merece, lo que le había prometido. Suspiro y me muevo despacito en la cama para no despertarla y cuando pestañeo estoy en el suelo con un dolor en la espalda increíble. - Ay, Kathe, deja de patearme, me vas a romper un hueso - Susurro y ella ni siquiera se percata de esto que pasó, está muy dormida. Me levanto como puedo del suelo y con el dolor en la espalda camino hacia el baño, se me revuelve todo el estómago cuando entro al baño y vomito todo lo que había cenado hace unas horas, respiro, me enjuago la boca, salgo del baño y mientras veo como Kathe se acapara toda la cama para ella sola voy a la cocina a buscar algo para tomar y sacarme el sabor ácido del vómito. Intento recordar que paso, pero mi mente llega hasta el momento del brindis, sé que hablamos mucho, me provocó y me hizo sentirme celoso, comimos y tomamos vino, mucho vino y creo que fue eso lo que me puso en este estado. No estoy mal, estoy bien, pero me siento raro, quizás sea el malestar del momento. Me voy al cuarto, corro a Kathe con las manos cuidadosamente y me acuesto para poder descansar hasta que salga el sol y así darle lo que no pude darle Kathe esta noche.

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