Después de burlarme de Kevin y sus reacciones, llamamos al mozo e hicimos nuestros pedidos.
- Buenas noches - Dice Kevin y el mozo asiente con la cabeza y una agradable sonrisa.
- Buenas noches, señor, señorita, ¿Qué van a pedir para la cena? - Pregunta amablemente y gira su cabeza para mirarme, entonces habla Kevin y lo mira a él.
- La especialidad de la casa para mí, por favor - Dice Kevin y le entrega la carta al mozo.
- Muy bien, y ¿para usted señorita? - Dice muy sonriente el mozo y noto la mano de Kevin sobre la mía, sonrío porque después yo soy la celosa.
- Lo mismo para mí, querido - Digo muy coqueta y sacando mi mano que estaba bajo la de Kevin, el mozo al ver ese acto sonríe ampliamente y me guiña un ojo.
- Gracias a ustedes, que disfruten la velada - Dice y antes de irse me dedica una mirada y una sonrisa de labios cerrados, hay si supieras que este hombre es capaz de darte una paliza y hablando de paliza y de hombre, lo que me espera en cuanto voltee mi rostro hacia Kevin.
- Li mismi piri mi, quiridi - Dice Kevin imitando mis palabras y mis acciones, intento contener la risa y él pone cara seria.
- ¿Qué?, ¿me vas a decir que estás celoso? - Insinúo y el pecho se le infla enseguida y me mira con soberbia, esto se va a poner bueno.
- ¿Yo?, ¿Celoso?, jamás, no podría estar celoso de alguien como él - Dice y gira su cara hacia otro lado para no mirarme y sonrío malvadamente. Si así quieres jugar, entonces así jugaremos querido.
- Me alegra saber eso porque entonces puedo decirte lo hermoso que se veía, esa sonrisa tan natural y esos ojos marrones tan sinceros, por Dios, que belleza - Digo de forma tan sutil y giro mi mirada hacia donde está el mozo, pero en vez de mirarlo a él miro a la chica que está a unos metros de él y sonrío, esa chica ni siquiera me está mirando y el mozo es un picaflor bárbaro, anda coqueteando con otras chicas y realmente no me pareció lindo, solo amable, pero todo sea por molestar a Kevin y que me confiese que está celoso.
- Entonces si tanto te gusta y te parece tan lindo, ¿Por qué no cenas con él? - Me dice en tono tosco, antes de mirarlo suspiro y me aguanto la risa. Lo miro y su rostro cambió rotundamente, ahora no solo está celoso, está enojado y muy enojado, diría yo.
- Porque estoy cenando contigo y sería muy descortés dejarte solo - Le digo en tono de burla y noto como sus manos se tornan en puño y la vena de su frente se salta, bueno, es hora de parar esto, ya llegó a su límite. Me río y él me mira confundido, pero aún molesto.
- ¿De qué te ríes? - Me dice hostilmente y sigo riéndome, pero cuando noto que se para, lo detengo y él reacciona a mi agarre mirándome fijamente.
- Es broma idiota, solo quería saber hasta donde eras capaz de aguantar los celos - Le digo riéndome y se suelta de mi agarre acomodándose el traje. Sí, está con un elegante traje n***o, antes de venir aquí se duchó y se puso un elegante traje con una camisa blanca y un corbatín n***o. Si supiera que con su barba espesa y esos ojos azules me tiene tan loca no reaccionaría así, maldito loco desquiciado, ya iba a ir a golpear al mozo.
- ¿Por qué juegas así conmigo? - Me dice sentándose y aflojándose un poco el corbatín, creo que después de cargar con la tonelada de celos le dio calor.
- Porque quería demostrarte que no soy la única que sintió celoso en un momento, sino que tú también los sientes y si no me crees mírate, estás sudando y tienes el corbatín flojo, el saco desprendido y tu cabello está alborotado, además de que traes ganas de golpear a alguien - Le digo y sonrío, él agacha la cabeza y se va, creo que va al baño, porque susurro un leve "discúlpame". En eso que él se va viene el mozo que hoy nos atendió y me deja un papel, lo miro y me guiña un ojo, cuando lo observo al papel, se intenta retirar, pero lo detengo agarrándolo del brazo.
- Disculpa... - Intento buscar su nombre, pero no tiene gafete entonces aclara su garganta y lo miro.
- Santiago, me llamo Santiago - Me dice nervioso.
- Gracias - Le respondo y lo suelto - Escucha Santiago, el chico que estaba acá es mi novio y no quiero malos entendidos, quizás te di alguna señal de coqueteo, pero solo porque quería poner celoso a mi novio. Lo hice porque negaba ser celoso entonces experimenté contigo, lo siento, pero lo único que puedo llegar a admirar de ti es lo amable que eres como servidor - Le digo suavemente para que no se sienta mal, pero noto en sus ojos decepción y sonríe, pero se va.
Mientras espero a que Kevin vuelva le escribo un mensaje a mis padres, esperando recibir alguna respuesta, quizás estén bien, pero algo me dice que no lo están.
Kevin vuelve a la mesa y está bastante más calmado, trae su corbatín arreglado, el saco prendido y milagrosamente su pelo está bien arreglado, como si recién hubiera salido de bañarse. Se sienta a mi lado y toma mi mano, lo observo y no me mira, solo acaricia mi mano y yo sonrío.
Mientras intenta buscar las palabras para hablarme y decirme lo que quiere decir llega otro mozo, no el que nos estaba atendiendo antes, sino otro, más bajito, pero igual de amable que el otro. Con él trae una bandeja en donde hay un platillo de papas crocantes y un platillo más pequeño con una salsa verde.
- Buenas noches - Dice el mozo y sonrío en señal de saludo - esta noche les traemos una entrada diferente a las que solemos traer, papas crocantes con salsa pesto a la genovesa, su color natural se debe a la albahaca y el toque picantito que tiene es debido al ajo molido. Espero disfruten su cena, buen provecho - Dice y pone su mano con la bandeja en el pecho y se retira. Cuando voy a estirar mi mano hacia las papas, Kevin me mira.
- Lo siento - Me dice y detengo mi mano para mirarlo.
- No tienes por qué pedir disculpas, era yo la que estaba probando tu nivel de paciencia y celos, así que yo te pido disculpas por haber logrado que te enojes - Le digo y él se acerca a darme un beso y lo esquivo terminando de hablar - lo cual me parece estupendo y es la venganza perfecta para mí - Abre los ojos e intenta alejarse, pero lo tomo con las dos manos y lo beso.
- Eres increíble - Me dice apartándose y negando con la cabeza.
- Lo sé, ahora come y déjate de bobadas que si supieras lo loca que me traes no te podrías así - Le digo y comienzo a comer, mientras que él está en una especie de shock.
[...]
Después de un rato que a Kevin se le pasó el estado de shock, volvimos a hablar lo de siempre, tonterías, mientras esperábamos el plato principal. No tenemos idea de lo que pedimos, pero espero sea rico y valga la pena pedirlo. Mientras hablábamos el mozo que nos trajo las papas, nos trajo una botella de vino, un vino exquisito. Realmente es un vino exquisito, son de esos vinos añejos, que cuanto más años pasan mejores se ponen y la verdad que me encanta.
- Señor, señorita - Dice el mozo con nuestra cena en sus manos mientras Kevin y yo hablábamos. Vemos al mozo y corremos las copas y el vino para que pueda colocar la bandeja con los platos de ambos.
- Muchas gracias - Respondo y el mozo asiente y se retira.
Un plato repleto de comida, por un lado hay cuatro Brochetas tipo caprese con tomatito Cherry, una hoja de albahaca, carne, panceta y un cubo de queso. En otro sector del plato hay una porción mediana de pastel de pollo que tiene cebolla caramelizada, morrón y ajo y en el otro sector del plato hay lengua al vino tinto. Trozos de carne bañados en una salsa que básicamente tiene aceite, cebolla, zanahoria, ajo, salsa picante y vino tinto. Una delicia que solamente se puede probar aquí, es un restaurante multicultural, es decir que hace platos de comida de muchos países diferentes.
- No creo poder terminar todo esto Kevin - Digo y Kevin ya se comió la mitad de la tarta de pollo.
- Como que no Kathe, está buenísimo, pruébalo - Me dice mientras se toma otra copa de vino.
Sonrío y comienzo a degustar cada cosa que hay en el plato y Kevin tiene razón, es exquisito todo lo que prepararon. Cuando se termina nuestra botella de vino Kevin llama al mozo y le pide otra botella de vino igual a la que trajo y el mozo nos trae la otra botella y se retira. Comemos en silencio los primeros minutos, pero después de un rato nos ponemos a conversar y cuando terminamos nos quedamos un buen rato hablando.
- Si, lo acepto - Dice de repente Kevin y lo miro confundida.
- ¿Qué? - Le digo y noto que está un poco fuera de sí, creo que tomar el vino como si fuera agua no le hizo nada bien.
- Que lo acepto, si estaba celoso, ese tonto te estaba mirando y seguramente quería tu número para hablarte y decirte que me dejes - Ay Kevin, tú y tus suposiciones que por cierto, si son ciertas. Conseguí lo que quería, hora de irnos.
- ¿Sabes lo bien que se siente saber eso? - Le digo y asiente con la cabeza, cierto, él ya lo escucho de mí.
- Veo que están teniendo una velada fantástica - Dice el mozo y asentimos con Kevin - disculpe que los moleste, pero quería saber si ¿van a pedir algo más? - Nos dice el mozo muy amablemente y con Kevin nos miramos y sabemos que no, estamos bastante llenos como para postre o por lo menos yo si estoy llena.
- De mi parte no señor - Respondo y miro a Kevin.
- No, de mi parte tampoco, si sería tan amable de traernos la cuenta - Dice Kevin con un tono de voz ronco. Creo que este hombre se fue de copas y a quien le va a tocar manejar un auto es a mí, a quien nunca manejo un auto en su vida.
El mozo trae la cuenta y Kevin saca su billetera, pero se le cae, me agacho para agarrarla y subo lentamente colocando mi mano en su pierna. Veo el monto total y saco la tarjeta de crédito de él para pagar, pagamos y me levanto para llevar a este mastodonte a su auto, el cual voy a tener que manejar. Kevin se levanta y se pega a mí haciéndome notar su erección.
- Solo fue un toque y mira lo que provocaste - Me susurra con voz ronca en el oído y me estremezco al oírlo, disimuladamente detrás de mí se acomoda el pantalón y salimos hacia afuera agarrados de la mano. Casualmente hay un taxi afuera y como sé que él no va a manejar me acerco al taxista.
- Buenas noches, este auto está libre - Pregunto y el taxista me mira.
- Si señorita, está libre - Me dice amablemente y ve que atrás mío hay un chico alto y seguramente con ganas de matar a alguien por la forma en que la cara del taxista se transforma.
- Gracias - Respondo, entro al mastodonte de Kevin, entro yo y le digo la dirección al taxista, en cinco minutos llegamos porque era cerca de mi casa. Bajo a Kevin, le pago al taxista y le agradezco nuevamente por traerme hasta mi casa. Caminamos hacia la casa y creo que se nota un poco que traigo a un borracho conmigo porque desde que bajó del taxi está cantando el coro de "Bella" del artista Wolfine.
- MUJER TAN BELLA... - Comienza a gritar cuando estamos en la puerta y le tapo la boca.
- Kevin, cállate o nos van a echar del barrio a los dos - Susurro y abro la puerta rápidamente y tiro del brazo a Kevin para que entre y no llamen a la policía de que anda un borracho suelto cantando a las 2 de la mañana. Caminamos hasta mi habitación y lo siento en la cama, hasta ahora solo me ha dicho babosadas, como todo hombre borracho, me saco los zapatos y los dejo al lado de la puerta del closet al igual que mi saco, veo que Kevin está tirado en la cama y antes de que se duerma lo vuelvo a sentar.
- No, no, no te duermas, tengo que desvestirte antes de eso - Le digo y él abre los ojos y sus pupilas tan chiquititas me rebelan lo borracho que está.
- ¿Por qué no nos acostamos así mejor? - Habla con voz ronca, arrastrando las palabras y vuelve a cerrar los ojos. Acaricio su pelo y sonrío, porque sé que esta noche vamos a dormir tranquilos los dos.
- Porque arrugarías toda la ropa - Le digo y le quito el saco, los zapatos y le desprendo la camisa. Comienzo a desprenderle el pantalón y se tira hacia atrás en la cama.
- Hoy no quería decirte lo de la cena - Susurra y lo miro confundida, dejando de hacer mi tarea.
- ¿Ósea que no querías cenar conmigo? - Le digo jodiendo, sé que estoy hablando con un borracho.
- Si, pero quería decirte otra cosa - Me dice mientras le levanto las piernas para bajarle el pantalón y dejarlo en bóxer.
- ¿Qué querías decirme entonces? - Le digo acostándome a su lado y acariciando su pelo.
- Quiero que viajes conmigo dentro de unos meses y hagamos nuestra vida en otra parte del mundo. Me dice y quedo estática, lo observo y esta de ojos cerrados con una serenidad increíble - también me quedaría mejor por mi trabajo, no tendría que viajar tanto y así podría tenerte conmigo todas las noches - Me dice y sonrío, me parece tierno, pero ¿dejar mi casa?, creo que es mucho para mí, no estoy segura de eso, creo que debería de pensarlo por un tiempo y esperar a que él me lo diga estando en sus cinco sentidos.
- Podría pensarlo, pero si vamos hacia allá no te molestará si me consigo un nuevo novio, ¿no? - Digo molestándolo y susurrando me contesta.
- No, eres libre, siempre lo fuiste - Me dice y se gira hacia un costado, quedando completamente dormido. Me levanto, lo acomodo en la posición correcta y me acuesto a su lada, despojándome del vestido y quedando en completa ropa interior. Miro a Kevin y me preocupa un poco lo que me propuso, es muy poco tiempo el que llevamos juntos como para pedirme que nos mudemos, él ¿realmente me ama tanto?. Dejo de darle vueltas al asunto y opto por dormirme, porque sé que quizás fueron ideas locas que se le atravesaron en la mente por estar borracho.