NATASHA.
Que nervios estamos frente al hotel, nos miramos por milésima de segundos, él es tan atractivo, entramos al hotel y aquí estoy dentro de la suite, todo huele a él, es tan rico ese aroma. Me siento en el sillón a esperar que haga su asunto, miro a todos lados, para familiarizarme con el entorno.
—Nos bebemos algo, ya que estamos aquí.
—Está bien. —Lo veo traer dos copas y un vino que no conocía, no soy bebedora, mi padre se molesta que beba licor.
Él me sirve en una copa, lo huelo y lo pruebo, es riquísimo, sabe a uva, le doy un buen sorbo, él se bebe el vino que tiene en su copa mientras me observa, su mirada es tan dominante que me pone nerviosa. En eso se me vienen sus palabras que de que él está interesado en mí, cosa que aún no me lo creo.
—¿Quieres, más?
—Un poquito. —N
