Hanna, no está de buen humor después del desplante de su esposo, dejándola sola en la noche de bodas. Sale de su habitación para empezar su día como ama y señora de la mansión, tiene planes que ejecutar al hacer algunos cambios, claro, en los cuales esta hacerle la vida difícil a su rival. Cuando sus ojos se abren de asombro al ver que Lukas sale bien vestido de la habitación de su amante. Imaginándose el revolcón que tuvieron ellos en su noche de bodas, pero tiene que ser astuta, no puede alejar a su esposo más de ella. —Buenos días, amor. —Finge que no le molesta. —Buenos días. —Lukas, no detiene su andar, baja los escalos con ella, detrás de él. —Dormiste bien anoche. —Sí. No voy a desayunar en casa, tengo asuntos que atender, a las ocho tienes la cita con el ginecólogo. —¿Iras co

