LUKAS Al salir del dormitorio y ver que ella y el bebé están bien, me deja un poco más tranquilo, en cuanto me ve Dionisia corre hacia mí. Quedando a un metro de distancia, su rostro refleja angustia, al parecer le cae bien mi mujer, miro a Bartolo quien entiende de inmediato y se me acerca. —¿Señor, como está ella? —Fuera de peligro, no te vayas a ir sin ella. —Si señor. —Bartolo, quedan bajo tu responsabilidad y trata que esto no se salga de control. —Entendido. A volver a mi realidad, salgo del hospital, miro a todos lados, aún no han dado conmigo, me subo al auto, mientras conduzco una llamada de mi abuelo, de seguro quiere que regrese. No tengo de otra, me tomo mi tiempo para contestarle, no quiero que se dé cuenta de que voy conduciendo. —Halo. —A qué horas vas a regresar, l

