DISEÑANDO LA TRAMPA

1365 Words
Como un cazador tras la presa, así se sentía Lukas, al tener toda la información de ella, sobre la cama, con fotos integradas, al parecer eligió muy bien su presa, esa chica es hermosa y joven, será la madre de su primogénito heredero. Cuando término de revisar la información, sonrió de manera, satisfactoria porque para su suerte el padre de la joven, quien es viudo, está en bancarrota. —Perfecto, tengo que moverme rápido. Lukas hizo una cita para poder hablar con Dennis. Al oír el apellido del personaje que quería hablar con él, no lo hizo esperar mucho, le hizo la cita para cuando él llegara a la empresa. Lukas no tiene tiempo que perder, se pone en marcha hacia ese sitio. Al llegar se quedó con la boca abierta, ya que la empresa prácticamente está a punto de desaparecer, el dueño ha vendido casi todo para mantenerse a flote. —Bienvenido, por favor siéntese. Nunca me imagine tener una personalidad como usted aquí. —¿Usted me conoce? —Lukas no esperaba que él le reconociera. —Desde luego, quien no va a conocer el imperio en los negocios de la marca Weber, usted es un ejemplo a seguir, las revistas de negocios hablan mucho de sus negocios que han pasado de generación a generación. —Qué bueno, entonces nos podemos saltar esa parte de las presentaciones. —Desde luego, aunque no entiendo por qué soy tan privilegiado con su visita. Como verá estoy en la bancarrota, estoy a punto de quedar en la calle. —Escriba aquí. —Le extiende un cheque— Cuanto necesita para salir a flote y hacer florecer su negocio. —Dennis lo ve con asombro, porque tan de repente eso. —¿Qué? ¿No entiendo nada? —Escriba un número que lo satisfaga y después hablamos. —Dennis tomo con sus manos temblorosas el cheque, miro donde dice cantidad en blanco, miro a Lukas porque le parecía una broma, al ver la seriedad en el rostro de él. Tomo una pluma y escribió una cifra de ocho ceros, con un temblor se lo entrego a él— Perfecto, no hay problema, ahora le diré que tienes que hacer para obtener este cheque. —¿Usted quiere algo de mí? ¿Qué puedo tener que le interese? —Para ser exacto y directo, a quien quiero es a tu hija. —¡Natasha!, ¿Conoce a mi hija? ¿Qué quiere de mi hija? —La verdad no la conozco, ni me interesa conocerla, solamente la quiero para que sea la madre de mi primogénito, después de eso ella podrá ser libre, hacer de su vida lo que quiera se le compensara todo el tiempo que este conmigo. —¿Qué dice? Esto es una locura, acaso me está jugando alguna broma. —No entiende lo que le estoy diciendo o no quiere entender, no cree que este dinero es suficiente para que usted sea un hombre próspero y su bella hija pueda tener un futuro con más comodidades. ¡Espera que este tipo de oportunidad se le presente algún día! —¿Quiere que le venda a mi hija? ¿Eso me está diciendo? —Véalo, como quiera, usted tiene una necesidad urgente y yo tengo una situación complicada que debo cumplir. Tómelo o déjelo, usted decide, tampoco lo voy a obligar. Mujeres es lo que más sobra, en usted vi una oportunidad, la tomé junto con los riesgos, si usted no quiere no hay ningún problema. —Lukas se pone de pie, se sacude su saco, y está por marcharse. —¡Espere! —Él se detiene y se da la vuelta, una sonrisa interna le da la seguridad que su objetivo se ha cumplido— Mi hija es mi tesoro. Doy lo que fuera por ella, pero en este momento estoy a punto de quedar en la calle junto con ellos, sin ofrecerles nada más que miseria. Con tres hijos que aún necesitan de mí, no puedo darme el lujo de despreciar esta oportunidad, solamente quiero pedirle un favor. —¿Qué favor? —Lukas saca su cigarrillo, lo enciende mientras lo ve. —Quiero que enamore a mi hija, quiero verla ilusionada, que se vaya de mi lado contenta con el hombre de sus sueños. —Él se tira una carcajada que le eriza la piel a Dennis. —Excelente, me divertiré en el proceso, aunque no tengo mucho tiempo para eso, veré que puedo hacer. Lukas salió de la casi vacía oficina de Dennis, quien cayó sentado en un sillón, le había vendido a su hija a un demonio. Golpeo varias veces su escritorio, la culpa lo carcomía, su hija mayor, la que se esforzaba por todos en la casa, quien lo animaba en sus días más negros, ahora él se la ha entregado a ese hombre. —Soy un desgraciado. —Miro, el cheque en sus manos, quería romperlo y deshacer el trato, pero eso sería quedar en la calle, ya que están a punto de perder hasta la casa, la cual la tiene embargada con varias letras vencidas. Dennis llego a la casa, su hija ya tenía la cena servida, ella se mueve de un sitio a otro, sirviéndoles la comida a sus hermanos, se quedó parado sin darse cuenta viéndola un momento, un nudo en la garganta no lo dejaba hablar. En eso ella lo mira, le sonríe, esa sonrisa que es la de un verdadero ángel. — Papá llegaste, ven a asentarte a comer con nosotros. —Natasha, no se imaginaba lo que su padre sufría por dentro por haberla usado como letra de cambio. —Sí. —No pudo decir más, se sentó mientras la miraba comer, se sentía una basura por haberla cambiado por un cheque. —Papi, la rectora de la universidad, quiere hablar contigo, yo le dije que había decidido dejar la carrera, porque tenía que cuidar a mis hermanos, así no tienes que seguir pagando. —Mañana iré a cancelar las letras vencidas, no te preocupes, estás a un mes para titularte, no te preocupes. Además, iremos al súper a comprar las cosas de la comida, contrataremos una sirvienta, Lucrecia necesita ayuda. —En serio, eso es genial. —Papi, yo mañana tengo ensayo de la banda, necesito unas cuerdas nuevas. —¿Qué banda? No sabía que pertenecías a una. —Soy el guitarrista. Que vas a saber si casi no estás en casa. —Richard, no seas malcriado, sabes que mi padre se parte el lomo para traer la comida a casa. —Claro, a quien demonios le interesa eso. —Se levanta de mala gana. —Esos emo, te meten cosas en el cerebro, para decir esas tonteras. —Como sea hermana, solamente quiero la paz mundial. —Richard se retira del comedor, Dennis no dice nada, en ese instante se da cuenta de que no sabe nada de sus hijos. Ha estado haciendo dinero o metiéndose en deudas que ha tocado fondo. —Papi, no le hagas caso, esos amigos que tiene son raritos. Tu tranquilo, al parecer las cosas van bien en la empresa, eso me alegra mucho. —Hija, gracias, por estar pendientes de ellos. Si ahora estamos bien, ya estoy pagando las deudas que tenía, todo estará bien. —Dennis se agacha, una lágrima se le escapa. —¿Qué te pasa papi? —Nada, simplemente no me había dado cuenta de que te he dejado toda la responsabilidad de ellos a ti, también quiero que sepas que te amo mucho. —Eso lo sé, no hay necesidad que me lo digas. —Ven aquí hija. —Ella se le acerca y él la abraza con fuerza— Te pareces tanto a tu madre, nunca dejes de luchar por lo que sientas que sea lo correcto, no te dejes de nadie, eres una mujer fuerte. —Lo sé papi, sabes que no ha nacido una persona que me quebrante. Dennis tenía ganas de llorar, su culpabilidad lo estaba comiendo de a poco por dentro, en vez de sentirse feliz, se sentía el hombre más miserable del planeta, ahora tenía el dinero, pero a que costo.
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