Ansiedad.
Veo como la puerta se abre y un Alexander me mira sin entender lo que sucede.
-Hola de nuevo.- Saludo con una sonrisa nerviosa.
-¿Acaso no dije que te largaras.?- Pregunta con una ceja alzada mientras se recarga en la puerta.
-¿Cómo haces eso?- Pregunto.
-¿Hacer que?- Pregunta confundido.
-Levantar una sola ceja, yo no puedo.- Contestó un tanto intrigada ya que es verdad no puedo levantar una sola ceja y eso me frustra.
El no responde.
-Bueno ya he traído pizza.- Mencionó con una sonrisa, para ser sincera muero de nervios . -¿Me dejas pasar?-
-¿Por que?- Pregunta sin entender nada de esta extraña situación.
-Para poder sentarnos y comer- Respondo con obviedad.
-Sabes que no me refiero a eso, deja ya esas estupideces.- Gruñe tocando la punta de su nariz claramente señal de frustración.
-No es ninguna estupidez, llevamos varias horas haciendo el proyecto y tengo hambre.- Contesto tomando todo el valor que no sabía que tenía. -Así que permiso.- Entró empujandolo con un poco de dificultad.
Vaya que es fuerte.
Escucho como cierra la puerta.
-¿Tienes platos?- Pregunto sin mirarlo el no contesta pero se encamina a lo que creo es su cocina.
-¿Papá? - Se escucha nuevamente esa dulce voz por lo cual volteó.
-Hola pequeño, anda ven he traido pizza.- Saludo con una sonrisa , el pequeño se esconde un poco, tiene miedo. -Anda ven- animo.
El pequeño empieza a caminar hacia donde estoy.
Se ve tan frágil y un golpe se distingue en su rostro lo cual hace que mi corazón se estruja.
-Espero no te moleste que coma con nosotros - Menciona Alexander dejando platos de plástico en la mesa.
-Descuida no me molesta, ¿Cómo se llama este lindo niño? - Pregunto viendo una mueca de parte de Alexander.
-Nicolás.- Contesta sin más.
Le sonrió nuevamente al pequeño mientras acarició su cabeza algo en el me hace querer protegerlo.
-Ven toma asiento a mi lado.- Al hacerlo le entregó su pizza el cual come rápidamente.
Media hora después.
-Es hora de que te vayas.- Escucho hablar a Alexander.
-Yo... lo siento, si tienes razón.- Admito ya que me he quedado más de lo debido y que mi presencia para el es lo peor. -Es hora de ir me pequeño nico, espero volver a verte.- Beso su mejilla.
Al día siguiente.
-¿Sabes que es boxeador.?- Pregunta
-No, no lo sabía y no es algo que quiera saber.- digo mientras observo con aburrimiento los ejercicios que está escribiendo la profesora.
-Este viernes va a pelear, lo conocen cómo la bestia.- Comenta con emoción.
-No vamos a ir Tessa así que saca esa idea de tu cabeza hueca.- Respondo sin mirarla.
Para ser verdad el enterarme que Alexander es boxeador me ha calado por completo si, así le tenía miedo ahora se podría decir que estaba aterrada .
-¡Oye!- Grita por el insulto que he lanzado.
-¡TESSA, ANSIEDAD!, Fuera de mi clase- Grita la profesora.
Miro a Tessa con enfado para tomar mis cosas y salir de la clase.
-¡Espera!- Exclama Tessa colocándose a mi lado.
-Eres una tonta por tu culpa nos han sacado.- Reclamo.
- Fue tu culpa, me has dicho hueca. Además su clase es aburrida.- Camina hasta llegar a una mesa de la cafetería.
No menciono nada, solo tomo asiento a su lado.
-¿Y como te fue con Alexander?- Pregunta.
-Tiene un hijo.- Comento incomoda.
-¿Un hijo .?- Pregunta tessa sin poder creerlo
- Y es una ternura - Digo con entusiasmo
-Vaya, es de no creer. - dice sorprendida.
-Yo..- No termino de hablar ya que Alexander deja bruscamente una USB en la mesa.
Doy un pequeño brinco por el susto miro a Tessa para ver qué está desconcertada.
-Es el proyecto, así ya no tendré que verte más.- Es lo único que dice para salir de la cafetería.
Miro como se va.
-Eso fue raro.- Dice tessa mirando por dónde salió Alexander.
-Si que lo fue.- Murmuro. -Pero aún así me tendrá que ver.-
-¿De que estás hablando.?- Me mira sin entender.
-Quiero volver a ver al pequeño Nicolás, se que el no estará seguro junto a alexander.- Respondo segura.