Ansiedad.
-Pueden salir es todo por hoy- Escucho decir al profesor.
-El día había sido algo pesado ya que al parecer los maestros se habían puesto de acuerdo para llenarnos con proyectos. Era frustrante.- mire mi celular mientras me dirigía al estacionamiento la muy maldita de tessa había salido temprano ahora se encuentran en el gimnasio acosando chicos.
-Maldita – Maldije por lo bajo al ver la foto que me había enviado.
De un momento a otro siento un empujón para luego sentir el suelo.
-Mierda, duele.- Me quejo, miró quien es el culpable y quedó aterrada al ver de quien se trata.
-¿Piensas quedarte tirada?- Pregunto sin ninguna expresión.
Niego con la cabeza para después levantarme y sacudir mí pantalón.
No digo ni hago nada ya que la sola presencia de el me asusta algo en el me pone nerviosa.
-Deberías disculparte.- Menciona el chico.
-¿Yo? ¿Por qué? Tu eres el que esta en medio del estacionamiento. – Respondo un tanto molesta.
-Pero yo no iba mirando el celular o ¿si?- Al escuchar aquellas palabras miro a otro lado avergonzada.
Por un momento fui valiente ¿Dónde quedó esa valentía?
-¿Haremos el proyecto? – Preguntó intentando cambiar el tema. El miedo volvió a mi al recordar todo lo que decían de el.
-Mañana en mi casa a las 8.- Habla sin más sin siquiera preguntar si puedo a esa hora o no.
-¡Espera! – Grito al ver como empieza a caminar.
-¿Qué?- Pregunta con frustración.
-No tengo tu número y no se donde vives.- Contesto tímida por si reacción.
-Dame tu número te mandare la dirección. – Contesta.
Busco en mis bolsillos en busca de mi celular y me alarmó al darme cuenta que no lo tengo.
Para después mirar el suelo cuando caí el celular salió volando.
Saco rápidamente una hoja y un lápiz de mi mochila para anotar el número ya que el Alexander se ve cada vez más estresado por mi torpeza.
-Toma- Contesto dándole la hoja con mi número.
El sólo asiente.
Las palabras de tessa pasan por mi mente.
“Tal vez solo quiere ser tu amigo.”
-Nos vemos mañana entonces.- Sonrió y al parecer le extraña pues alza una ceja.
-Como sea. – Es lo único que sale de sus labios.
Grosero. Es lo único que pienso.
Hasta que recuerdo que aún no se donde está mi celular.
Empiezo a mirar a todos lados hasta encontrarlo al lado de un auto.
Lo tomó y empiezo mi caminata a casa.
Al día siguiente.
-¿Tienes planes hoy?- Pregunta tessa.
-Si, iré a colocar el altar para después ir a casa de Alexander.- Intento sonar tranquila con aquellas palabras. Pero estaba segura que mi cara me delataba.
-No se por que pones esa expresión no es como si te fuera a matar o algo así.- Comenta con burla – se me había olvidado tus tradiciones mexicanas.- Murmura.
-Amo esas tradiciones más el día de muertos, nunca hay que olvidar a los que se han ido por eso es importante la ofrenda pero bueno me voy tengo que ir a conseguir algunas cosas que me hicieron falta ¿nos vemos mañana ,si?- Con un beso en la mejilla me despido.
-Claro, nos vemos.- Sonríe.
Unas cuantas horas después miraba miro con orgullo mi altar y con una tristeza al mirar las fotos que se encontraban.
Suspiró con nostalgia.
Tomo mi mochila y coloco lo que creo iba a necesitar en casa de Alexander.
45 minutos después.
Me encontraba en un barrio de economía baja aún que sinceramente a mi eso no me importaba.
Las casas de madera con humedad que se podía ver desde lejos, sus jardines secos rejas en el suelo era lo se me veía.
Llegó a la dirección que tenía en mi celular y tomó valor para tocar el timbre pero la pequeña casa no tenía así que con mis nudillos empiezo a tocar la puerta la cual fue abierta con brusquedad diez minutos después.
-¿Quién mierda es?- grita.
-Este..mm.. Hola soy.. ¿yo?- Contesto torpemente.
-¿Eres tu?- Pregunta con una media sonrisa la cual no dura.
-Eso creo- Contesto con duda y avergonzada.
-¿Eso crees?- Pregunta burlón.
En estos momentos quisiera que la tierra me tragara. Pura vergüenza pasó con el.
-¿Me dejas pasar?- interrogó para cambiar el tema.
-pasa- Se hace a un lado y con timidez entró para mirar a mi alrededor.
-Siéntate si quieres.- Dice después de unos minutos.
-Gracias.- Me siento en el sofá algo desgastado y empiezo a sacar mi laptop.
Alexander se sienta en el sofá que esta enfrente de mi, hay una mesa de manera en medio es donde dejó mi mochila.
2 Horas después.
-¿Papá? – Una dulce voz se escucha.
Un pequeño niño esta mirándonos con miedo, su ropa esta un poco desgastada y tiene algunas manchas de suciedad en su rostro pero aún así se ve sumamente tierno.
-Te he dicho que no salgas de la habitación. – Regaña al pequeño el cual se encoge en su lugar, sus ojos se cristalizan lo que me parte por completo el corazón.
-Tengo hambre.- Murmura con temor.
-No me importa, lárgate a la habitación.- Ordena.
-No tienes que ser tan cruel con el niño.- Murmuró.
-Eso a ti no te importa y ya es tarde es mejor que te largues ya.- Habla aún enojado.
Miro al pequeño el cual corre a su habitación para después mirar a Alexander, desde que había llegado ninguno de los dos había establecido una conversación sólo unas cuántas palabras respecto al proyecto y el enterarme de que tiene un hijo me ha sorprendido enormemente.
-Okey- Es lo único que digo, guardó los cosas y salgo a toda prisa.
20 minutos después.
Estoy nuevamente tocando la puerta de Alexander con unas pizzas en mano.
Empezaré a seguir el Consejo de tessa espero no me cierre la puerta en la cara.