Amanda estaba más que sorprendida al escuchar a Ivan decir que ella iba a ser su esposa porque ni siquiera llevaban quince días juntos; prácticamente, la pareja llevaba una semana solo llena de placer. Así que, en sus planes lo que estaba era pasar un buen rato con él, recibir regalos y acompañarlo a cambio de sexo como a ella le gustaba, más no tener un compromiso tan grande como lo era ser su esposa.
—¿Cómo que tu esposa mi amor si apenas llevamos días juntos?
Los hombres de Ivan le abrieron la puerta del auto y el pelinegro la ayudó a subirse.
—Entra mi reina, adentro hablaremos.
La rubia muy sorprendida se subió en el auto, y luego al estar frente a frente con el pelinegro le volvió a decir:
—¡Dime mi vida, ¿cómo quieres que sea tu esposa si apenas nos estamos conociendo?!
Ivan a
