Cuando terminaron de ver la trilogía del Señor de los Anillos, James acompañó a Sael a su habitación, quedándose un rato a su lado para leerle un cuento. Sabía cuánto le gustaba al niño que le leyera historias de aventura y fantasía, y esa noche no fue la excepción. La voz de James resonaba en la habitación mientras las palabras cobraban vida, transportando a Sael a mundos lejanos y emocionantes. Mientras tanto, en la sala, Dafne estaba ordenando un poco antes de irse a la cama. El sonido de las páginas pasadas y la risa de Sael llenaban el ambiente de calidez, pero de repente, el timbre comenzó a sonar con insistencia. Dafne se sobresaltó, sintiendo que algo no estaba bien. Sin pensarlo dos veces, corrió a abrir la puerta. Por un momento, pensó que le había pasado algo a Pamela o Sael.

