Dafne se aferró al cuerpo de James, sintiendo la necesidad de reconectar con él en medio del caos emocional que ambos estaban atravesando. Comenzó a repartir besos por todo su rostro, por su mandíbula y su cuello, repitiendo aquella acción una y otra vez mientras susurraba palabras de consuelo, deseando empaparse de su aroma, de su calor. —Todo estará bien, estamos juntos en esto, yo te ayudaré en todo. Estoy aquí mi amor, dispuesta a amar tus demonios, así como tú amas los míos. —Dijo bajito, su voz suave y cargada de amor. James, abrumado por el torrente de emociones que lo invadía, se aferró a ella con fuerza. Dejó salir todo el dolor que había estado cargando, y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Lloró con amargura, sintiendo cómo la presión en su pecho se aliviaba un poc

