Capítulo 8

804 Words
Había llegado el momento de la verdad, conocer personalmente a la comprometida del faraón. Una bienvenida por parte del soberano se tenía preparado, todos estábamos reunidos en la sala del trono para recibirla. Alia se encontraba junto a su hermano, como tenía que ser, aunque no estaba cómoda. El descontento se notaba en su rostro, su hermano le dijo algo, ella lo miró como diciendo "déjame en paz, agradece que estoy aquí a tu lado", eso fue lo que me imaginé que le dijo. La música se detuvo y la gran puerta se abrió, yo que estaba al lado de mis padres, dirigí la vista hacia ella y ahí vi entrar a la mujer. Ella venía con un lindo vestido blanco, con algunos detalles en la cintura con hilo dorado. Venía junto con sus criadas y con ellas se acercó al faraón. Él le tomó la mano amablemente y la besó. Hatem: Bienvenida… Yashira. Yashira (sonriendo): Muchas gracias, soberano. Hatem: Por favor dime por mi nombre, Hatem… La música empezó de nuevo a tocar y luego junto con él, la joven comprometida se acercó a la princesa Alia. Alia se esforzó en mostrarle una sonrisa y más tarde la joven comprometida se quedó al lado del faraón mirando la danza, que las hermosas bailarinas mostraban. Pero yo no estaba interesada en el baile en sí, sino en cómo se encontraba Alia y la verdad, nada bien. Cuando su hermano estaba distraído, ella empezó alejarse. Entonces le dije a mi madre: Dalila: Madre, iré con la princesa. Creo que no se siente bien. Mamá asintió con la cabeza y me escabullí entre la gente. La princesa ya va caminando por los pasillos, rumbo a su habitación, eso creo. Yo me apuré en alcanzarla hasta que por fin lo hice. Dalila: Princesa, ¿se encuentra bien? Alia: Sí… solo que no soportaba estar más allí. Pero ve… tú disfruta de la celebración. Dalila: En realidad a mí, me estaba aburriendo bastante, ni siquiera prestaba atención a las danzas ni nada. Alia sonrió y respondió: Alia: No será porque estabas pendiente de mí. Dalila: No, para nada, es la verdad. - dije haciéndome la tonta - . Alia: De acuerdo - dijo no creyendo mucho en mi palabra - Vamos al jardín entonces a tomar nuestro té. *** El faraón al ver que no estaba su hermana, comenzó a buscarla entre la gente. Pero todo era en vano, porque ella ya no se encontraba allí, sino que conmigo en el jardín, hablando animadamente de muchas cosas. Él sospechaba que se había ido del lugar, entonces Yashira quien estaba a su lado, le preguntó qué pasaba. Hatem: Mi hermana no está, debe haberse ido. Así que me buscó entre la gente, porque si yo estaba ahí, es porque la princesa también, pero yo tampoco estaba. Hatem: Al final se fue - se dijo para sí mismo - Debe estar en el jardín con la hija de Míriam, porque ella tampoco está aquí. Así que, para que su comprometida no quedará sola, llamó al sacerdote. Hatem: Quédate con Yashira, que buscaré a mí hermana. El sacerdote asintió y el faraón se retiró, sin que lo notarán los demás, incluso sin que lo supiera Yashira. Se dirigió directamente al jardín, porque obviamente estábamos ahí y antes de que se acercará a nosotros, nos observó de lejos. Vio como su hermana estaba sonriendo alegremente, algo que últimamente no veía en ella. Avanzó hacia nosotros y llamó a su hermana por su nombre. Hatem: Alia… estabas aquí. Te he estado buscando. Yo me puse de pie enseguida y agaché la vista en señal de respeto al soberano. Él solo me miró por un momento y luego nuevamente centró su atención en su hermana. Alia: ¿Acaso pensaste que me había pasado algo? - preguntó con frialdad - Ya ves que no y estoy aquí. Hatem: ¿Por qué te fuiste de la celebración? Alia: La verdad me estaba sofocando en ese lugar, quería salir de una vez por todas. Prefiero tomar el té aquí con Dalila, que estar delante de todas esas personas. Hatem: Eso no es propio de ti, siempre te has quedado hasta el final de una celebración. ¿Por qué ahora no? Alia: Porque creo que hay ciertas cosas que han cambiado en mí últimamente y realmente… después de tantas celebraciones en mi vida, hoy en día esta es una más. Hatem observaba con detenimiento a su hermana, obviamente su comportamiento no era por eso sino por Yashira, pero no estaba dispuesto a llevarle la contra. Hatem: De acuerdo… - dijo con un poco de tristeza - Has lo que te parezca mejor.
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