Despierto miro el reloj de la mesita y marca las diez de la mañana, es algo tarde, Jasón esta atrás de mi haciéndome cucharita, es tan genial despertar con él; me volteo despacio para quedar frente a mi dios griego, algunos haces de luz traspasan por la ventana reflejándose en su cabello haciendo que brille de forma espectacular, rozo mis nudillos por su mejilla y bajo al mentón, su barba está un poco crecida pero curiosamente no me molesta al tacto.
Pronto veo que empieza a parpadear, lo sigo acariciando y
—buenos días dormilón—
Bosteza, me mira y pasa una de sus manos por mi mejilla y sonríe
—buenos días nena, amaneciste más hermosa hoy—
—gracias, ¿cómo dormiste? —
—excelente, es bastante satisfactorio despertar al lado de la mujer que amo. Y tú ¿cómo dormiste ángel? —
—tú eres m
