Julie estaba desplomada frente a ellos llorando sin cesar. Hice camino hasta ella, toqué suavemente su hombro para que supiera que tenían a alguien a su lado. Me miró con un sufrimiento en su rostro que nunca antes había visto en alguien. Recuerdo haber ido a funerales y ver un semblante similar, pero el de ella es más doloroso de ver. Tiene frente a ella a los dos hombres de su vida, en un estado que le partiría el corazón a cualquiera. Ni siquiera la miran, son como estatuas, solo hacen lo que Josue les ordena.
Kenai se acercó a mí para ayudarme a poner en pie a Julie. Ella me abrazó fuertemente, yo le devolví el abrazo, mientras intentaba tranquilizarla sobando su espalda. No tenía palabras de ninguna clase para ella en este momento. No es lo mismo un funeral que la situación en la que nos encontramos actualmente. Alcé la vista y Josue estaba ahí parado con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Quería hacerle daño a ese hombre, ese que ha echo sufrir a muchos, que disfruta mientras lo hace, que no deja descansar en paz a aquellos que han dejado este mundo. En ese momento tomé una decisión, iba a acabar con este hombre.
- Ya estoy mejor. – me dijo Julie mientras se despegaba de mí y me observaba con una sonrisa fingida.
Sentí algo en el bolsillo donde tenía la cuchilla. En ese momento me percaté de lo que estaba sucediendo. Julie había tomado la cuchilla, giró sobre sus talones y se encaminó hacia Josue. Grité para que se detuviera, al igual que los demás presentes en el lugar. Josue la observó sin moverse, ladeó la cabeza como si no lograra comprender lo que estaba sucediendo. Una sonrisa extraña se dibujó en su rostro, él ya estaba preparado para lo que iba a suceder, esto no estaba bien.
Julie estaba a una distancia de algunos seis pasos. Fue tan rápida que no puedo decir en que momento ya se había abalanzado contra él. Movía su brazo derecho una y otra vez desde la parte de atrás de su cabeza hasta impactar en el cuerpo de Josue. Lo único que se escuchaba eran los gritos de histeria de ella más los impactos del cuchillo perforando la piel seca de Josue. Sangre putrefacta salía de la boca de él, lo más extraño es que no hacía nada por protegerse. No emitía ninguna clase de sonido de dolor y la sonrisa en su rostro cada vez era mas grande.
- ¡JULIE APARTATE! - grité desesperada.
Todo quedó oscuro en ese instante. Solo se oían las respiraciones pesadas de todos nosotros. Fueron segundos solamente, pero parecieron horas. Nadie hablaba, nadie se movía y lo sabía por las respiraciones. La respiración que quería escuchar era la de Julie, era quien me preocupaba más en ese momento y tenía razón en hacerlo. Se comenzaron a escuchar pasos rápidos y en ese momento todo comenzó. Gritos ensordecedores de dolor provenientes de Julie hacían eco por todo el lugar. Busqué rápidamente la linterna para alumbrar, presioné el botón, solo un pequeño halo de luz y se apagó. Sabía que no estaba dañada la linterna y más aún al ver que a Kenai y las chicas le sucedió lo mismo.
- ¡BASTA! ¡DEJALA EN PAZ! ¡YA BASTA! – gritaba una y otra vez.
La luz regresó nuevamente. Josue no estaba, pero había dejado solo al esposo de Julie en la habitación. Al observar mejor la situación él estaba en pie y la sostenía por el cuello, apretándola y ella casi no podía respirar. Las piernas de Julie se movían en el aire intentando zafarse de él. Corrí, no me fijé en que momento los demás reaccionaron, pero todos nos habíamos abalanzado contra el esposo de Julie para que la soltara. Jamás pensé que un grupo de personas pasaría por tanto trabajo para lograr que soltaran a alguien. Luchamos hasta que ella cayó al suelo buscando aire. La examiné, estaba cubierta de cortaduras por todo el rostro, los brazos, su abdomen y hasta sangre se marcaba en sus piernas. ¿Qué demonios le habían hecho en ese lapso de segundos que estuvimos a oscuras? No eran cortaduras profundas como para desangrarse, pero sí lo suficiente para que ardieran y se tardaran un poco en sanar.
Toqué su rostro para mover el cabello que se lo cubría y mis manos se llenaron de sangre. Ella, tirada en el suelo, temblando, sollozando, sangrando por las heridas. Verla de esa manera me causaba tantos sentimientos encontrados, tristeza, enojo, ira, compasión. Las lágrimas caían solas de mis ojos. Miraba mis manos ahora cubiertas de sangre, no podía dejar de pensar que debía hacer algo para salir de ahí. Sentí que alguien me colocaba la mano suavemente en el hombro. Ariz me observaba con miedo en su rostro, se agachó y me abrazó. Miré por encima de su hombre y vi que Karen y Kenai estaban junto a Julie ayudándola, mientras que de alguna manera habían logrado detener al esposo de Julie. Cerré mis ojos por un momento mientras me tranquilizaba, al parecer había entrado en una clase de shock. Eran demasiadas cosas las que estaban pasando y que había que asimilar todas de un golpe.
No podía darme el lujo de entrar en shock o pánico. Tenía que ser fuerte como siempre lo he sido e intentar sacar a todos de aquí. Me solté suavemente del agarre de Ariz y me puse en pie. Observé todo a nuestro alrededor. Tenía que haber una salida en algún lado. Había que actuar rápido, Julie necesitaba atención para curar esas heridas y no se le infectaran.
- Josue creo que después de esto el trato queda roto. – dije mientras observaba a todas partes porque él no se dejaba ver.
- Querida, pero si tu amiga fue la que provocó todo esto. Ella me atacó primero. – apareció frente a mí, el muy maldito no tenía ninguna herida, ni siquiera su ropa estaba rasgada.
- Tienes un punto, ella te atacó, pero a ti no te sucedió nada y lo sabes.
- ¡Oh tienes razón! Mira, no me sucedió nada. – decía entre risas.
- ¿Nos podrías sacar de esta habitación? No sé, quizás a un lugar más abierto, donde circule más aire, para así poder hablar mejor. Aquí todos nos estamos sofocando.
- Si eso es lo que deseas, claro porque no. – no podía creer que lo había convencido tan fácilmente.
Necesitaba que nos moviera a algún lugar abierto. De esa manera iba a ser menos complicado escapar de aquí. Lo mejor de todo era que había accedido a hacerlo sin ninguna presión o discusión, luego de lo sucedido con Julie. Josue se dio la vuelta y un celaje pasó junto a mí. Era Alfredo, ¿Qué creía que estaba haciendo? Atacó a Josue por la espalda haciéndolo tropezar. En ese instante sentí como si me hubieran halado por la cintura, caí de cara al suelo. Pasto al ras era lo que estaba frente a mis narices. Me puse en pie rápidamente y vi la casa con la puerta roja y las escaleras estilo pirámide. Todos estaban en el suelo en proceso de levantarse. Antes de que pudiera decir o hacer algo fui arrastrada por los aires y quedé arrodillada frente a las escaleras mirando hacia el claro. Estábamos unos a lado del otro en la misma posición.
- Al parecer voy a tener que ser un tanto cruel por su comportamiento. – ojos rojos aparecieron detrás de él, mientras nos regalaba una sonrisa aterradora. En definitiva, Alfredo había cometido un grave error.