Cuando cayó la noche, estaba mirándome frente al espejo. Tenía un vestido ajustado de color rojo, unos tacones plateados que encajaban perfectamente. Tomé un pequeño bolso y salí de la habitación. Al bajar a la sala, me encontré con una pequeña discusión. —Ya estoy lista, Ethan —dije con una pequeña sonrisa. Ambos me miraron y se impresionaron. Vi cómo sus ojos recorrieron todo mi cuerpo. —Eres una cualquiera, te vistes así para seducir a Ethan, porque sabes que no podré estar con ustedes —dijo Olivia furiosa. La miré por encima de mi hombro, no era mi tipo de acciones, pero ella merecía eso y más. —Lo siento, Olivia, no tengo culpa de ser la esposa de Ethan, pero no tengo problemas con que nos acompañes —le dije en un tono de burla. —¡Basta! —dijo Ethan. Ambas lo miramos y nos que

