Soy Virgen... ¿o no?

3051 Words
— Hola, soy Adrian Jennifer le sonrió y lo invitó a pasar emocionada, pero a la vez arrepentida al suponer que él pondría un pretexto para retirarse a los pocos minutos, pero no fue así, ya que por más de dos horas charlaron sentados en la sala de la casa. Charla en la cual él le confesó que sus papás lo habían obligado a conocerla y ella la razón por la que lo recibía tan desarreglada. Al despedirse y mientras ella lo acompañaba a la puerta Adrian le dijo “Qué bueno que me obligaron a venir, eres muy hermosa”, “¿Vestida como menonita?”, preguntó y él respondió “No digas eso, alguna razón debe haber para que vistan así, además la forma de vestir no oculta la belleza” Intercambiaron números de celular y cuando Adrian se marchó Jennifer rogó al cielo para que él la llamara Y él lo hizo, la llamó y se comenzaron a ver casi a diario. Lo que jamás imaginaron fue que cuando sus padres se juntaron a cenar, como lo hacían a menudo, a la voz de “Los chicos se gustan, hay que casarlos” diseñaran un plan Maquiavélico consistente en obligarlos a extrañarse y así estimular en ellos el deseo de estar juntos, para lo cual, restringieron las visitas a los fines de semana y acordaron interrumpirlos cuando entre semana se llamaran de forma “presencial” vía internet Su perverso plan funcionó, más en Adrian que en Jennifer, ya que habiendo salido juntos los fines de semana de los siguientes dos meses, un viernes después de que Adrian la “entregó sana y salva” a sus padres, ella lo acompañó a la puerta para despedirlo y con la idea de ir formalizando algo entre ellos Adrian le dijo — Me gustas mucho Jennifer — ¿En serio? Preguntó con coquetería, Adrian la recorrió con la mirada y ella protestó diciendo — ¡Ya Adrian! No me gusta que me mires así — ¿Y qué puedo hacer si me gustas? — Ya me imagino para qué, ¡Todos son iguales! Métete esto en la cabeza; Soy una mujer, un ser humano y no un juguete s****l que puedas usar para tu placer…. Y mejor no discutamos Adrian El afirmó diciendo “Esta bien” y se despidió. Al entrar a la cocina Jennifer se sentó a la mesa con sus papás quienes estaban cenando y su papá “sondeando” a su hija le dijo — En la mañana estuve con Adrian Carlos, me dijo que su hijo está muy ilusionado contigo — ¿Ilusionado? … Se quiere acostar conmigo ¡Eso es todo! — ¿Te propuso que lo hicieras? — No con palabras, pero con su mirada me basta para saber lo que quiere — ¿Y cómo te mira? — ¿Cómo que como?... Pues así con ganas de… ¡De eso pues! — Le gustas mucho y es normal que sienta deseo por ti — Respondió la mamá y Jennifer reclamó — ¿O sea que debo complacerlo? — No dije eso, solo digo que es normal que un chico sienta deseo por la chica que está pretendiendo — Si claro y más normal por ser hijo de sus amigos… Incluso sería normal que me acostara con él — No te pongas en ese plan hija. Me refiero a que, si de la vista nace el amor, también nace el deseo y eso te demuestra lo mucho que le gustas a Adrian — ¿Y qué sigue? ¿Embarázate que nuestros amigos quieren nietos? — ¿¡Qué te pasa!? — Replicó su papá — Que no me gusta que se metan en mi vida … ¡Eso es todo! Se levantó y subió a su recámara para hablarle a su amiga Lisa, quien al escuchar su enojo lo primero que hizo fue preguntar “¿Qué te pasa?” y Jennifer le platicó todo, incluidas sus razones al decir “mis papás me quieren casar a fuerza” sin embargo al comenzar a hablar de Adrian, lo hizo de tal forma que su amiga la interrumpió preguntando —Y ese muñecote maravilloso que me describes, ¿Es bueno cogiendo? — ¡¿Cómo quieres que lo sepa?! Te estoy diciendo que no es mi novio, es mi amigo y nada más Ante tal respuesta Lisa le dijo — Conmigo ni te encabrones que yo no tengo “vela en ese entierro” — Es que para ti lo único que importa es coger — ¿Y qué otra cosa? — Jennifer quedó en silencio y Lisa agregó — El noviazgo, es el pretexto para coger sin remordimientos, “Lo hicimos porque nos amamos” cuando en realidad cogieron por calientes, porque se gustan y se desean, y si se cogen rico hasta se casan para seguir cogiendo ¿Para qué supones, que se casa la gente? — Para compartir sus vidas — ¿Cómo? ¿Cortando florecitas del jardín y platicando pendejadas? Claro que cada quien en su cama porque si se tocan se acosan sexualmente … ¡No…Seas…Pendeja! Se casan o viven juntos para coger, lo demás es secundario, por algo se le llama “vida íntima” que significa coger libremente y cuando les de su regalada gana sin que nadie se meta con ellos. La vida en pareja es íntima y se comparte cogiendo, cogiendo se disfrutan, se entienden y se enamoran. ¿O qué?, ¿Te vas a enamorar de un tipo solo porque sabe física cuántica? ¡Claro que no! Tal vez para ti eso sea muy sexy y te lleve a darle las nalgas, pero eso no te enamora … ¿Te quieres enamorar? ¡Coge! No hay otra forma de hacerlo “pecas” — A la mujer se le debe mirar y tratar con absoluto respeto ¡Aún en la cama! — Tú de plano confundes el amor con las ganas de cagar… ¿Respeto en la cama?… ¿Y cómo supones que deba ser ese respeto?... ¡Ah claro! Tu idea es que ese momento en que todo es lujuria te diga “Disculpa mi atrevimiento, no pretendo faltarte al respeto y mucho menos ofenderte ¿Pero podrías ser tan amable de quitarte tus braguitas y permitirme pasar mis papilas gustativas sobre tu excitado y humedecido clítoris?” … ¡Carajo! Que cosas se te ocurren Jennifer quedó en silencio y Lisa en tono de burla preguntó — ¿Y él te quiere faltar al respeto? — Lo hace cuando me mira de la forma en que te conté Respondió Jennifer y su amiga en tono de admiración respondió — Que tipo tan cochino, sucio y desgraciado ¿Cómo se atreve a mirarte así? ¡Pobre de ti! — Y en tono serio le dijo— Dime una cosa pecas; ¿De verdad no te has dado cuenta de lo buena que estás y lo que provocas en los hombres? — Si me he dado cuenta, pero no me gusta que me falten al respeto — En eso estoy de acuerdo, pero según lo que platicas, él solo te miró y te dijo que le gustas mucho, no te invitó a coger, no te ofendió, no te tocó y mucho menos pretendió obligarte por la fuerza, así que yo en eso no veo que te haya faltado al respeto… Pero en fin es tu forma de ver las cosas…. Una pregunta ¿Has notado si “se le para el irrespetuoso” cuando se te sube la falda? — ¡No te burles Lisa! …. Solo me ha visto en pantalones Lisa hizo un silencio y después agregó — “Ahí te va” pecas. Si los papás de ambos quieren que se casen y el tal Adrian es como lo pintas, guapo, sexy, amable, educado y millonario. ¡Ahórrate el noviazgo! ¡Coge con él! Y si hace que te “tiemblen las patitas” ¡Cásate! Porque te ganaste la lotería sin comprar billete — ¿Tú lo harías? — Mejor te digo lo que tú debes hacer… Como de seguro te has de haber molestado por su forma de mirarte, no creo que él te lo pida, así que, para atraparlo, lo tendrás que seducir. Cógetelo y si te gusta y te lo propone, que sea bajo tus condiciones… Pero casados ya que “papelito habla” — ¡No me jodas! El solo me quiere coger y tú me pides que yo haga lo mismo — A ver, a ver, vamos por partes mi querida pecas; Yo te aseguro que son muchos los que te quieren coger, sin embargo, no creo que alguien le diga a su papá “Me quiero coger a la hija de tu amigo porque está muy buena”. Si el papá de Adrian dice que su hijo está muy ilusionado contigo, es porque eres especial para él ¡Y claro que te quiere coger! Pero el hecho de que se lo haya dicho a su papá implica que no busca una aventura, sino algo serio contigo. Así que de ti depende amiga — ¿Y qué debo hacer? — Enloquécelo en la cama … Te explico... La primera vez debes pasar por inexperta, ya sabes, tú no querías, pero no te pudiste resistir a sus encantos masculinos, solo déjate coger, no tomes ninguna iniciativa por muy caliente que estés, hazlo en silencio, no vayas a gemir y menos a gritar, eso vendrá después, aprieta fuerte para que sienta que te está estrenando, los hombres enloquecen si te suponen virgen, les encanta ser los primeros. Lo que no saben es que nosotras no solo podemos fingir orgasmos, sino que también podemos hacerles creer que somos vírgenes — Yo soy virgen — La virginidad también se pierde por la boca amiga Ante la seguridad de que Matias le había platicado, sospechó una perversa relación de su amiga con su tío y escandalizada prefirió cambiar la conversación hacia Adrian preguntando — ¿Y si me coge y me manda al carajo? — No lo creo, pero de ser así, cogiste y lo disfrutaste — ¿Y si no me lo pide? — Cuando una mujer manda la señal de “pídeme las nalgas”, el hombre se las pide seguro de que se las van a dar, así que manda tú la señal, ese es el juego de la seducción. — ¿Cómo la mando? — Muy fácil. Vístete muy sexy y actúa de forma coqueta. ¡Eso es todo! Y si no te haces del rogar, como acostumbras hacerlo ¡A coger se ha dicho! — ¿Y si mando la señal y él no quiere? — Lisa se rio y respondió — Que poco los conoces pecas… Todos mueren por descubrir los misterios del “triángulo de las desnudas” … Claro que muchas veces es solo de “pisa y corre” ya que, si no se gustan cogiendo, se alejaran sin darse cuenta. Eso de que “de la vista nace el amor” significa que todo nace del deseo y el deseo te lleva a la cama y ahí es donde nace la pasión, la locura, el placer, el enamoramiento y la necesidad de estar juntos…. Además de los niños… Claro Jennifer soltó la carcajada y Lisa agregó — Entiende amiga; La v****a es como un tiburón “cebado” que al probar carne humana quiere más y el pene disfruta de alimentarlo con carne y leche, así que lo mejor es que tu “animalito” pruebe la carne humana, te aseguro que si se gustan ya no podrán dejarlo y eso hará que quieran estar juntos para coger cuando les venga en gana, sobre el mueble de su preferencia o sobre el piso… Pero que tenga alfombra para que no se te enfríe el culo. — ¿Sin amarnos? — ¡Dale con esa pendejada! ¡Por favor amiga! El amor es otro pedo, enamorarse es desearse en todo momento, es sentir esa pasión que les quema por dentro. ¡Mira! Si les gusta estar juntos, es porque se atraen y si se atraen, hay que coger, ya que solo cogiendo sabrán si se enamoran o se mandan al carajo, pero sea lo uno o lo otro, lo cogida ya nadie te lo va a quitar. Los siguientes dos fines de semana Jennifer estuvo muy atenta al intercambio de miradas que se daban entre ellos quedando convencida de que, si Adrian la deseaba, ella también lo hacía, lo que les daba la razón a su mamá y a su amiga…. Fue el jueves siguiente por la noche cuando comenzó lo que Jennifer definía como su “suplicio mensual”, esos días en que sus hormonas la enloquecían llevando al extremo su deseo s****l, como le había pasado aquella vez con Matias. Se encerró en su recámara y desnuda sobre la cama se masturbó pensando en Adrian. Fue el sábado por la tarde cuando se decidió, se metió a bañar y como solía hacerlo en “esos días” acariciaba sensualmente su piel mientras se enjabonaba, miró hacia su pubis y recordando el inmenso placer que Matias le había dado con su boca y lengua, decidió afeitarse para “quitar obstáculos” y que Adrian hiciera lo mismo…. Estaba consciente que al estar ovulando el embarazo era una certeza y ello le provocaba temor ya que a pesar de tener la seguridad de que Adrian aceptaría usar condón, había leído mucho sobre los “accidentes de condón”. Al salir de bañarse untó sobre su piel la crema cuyo aroma la hacía sentir sensual, se puso unas bragas y sin usar brasier se cubrió con un vestido a medio muslo, de corte entallado, se miró al espejo observando cómo sobre la blanca piel de sus muslos se notaba un “brillo de suavidad”, sus pechos que lucían grandes y firmes marcaban sus pezones sobre la tela del vestido, se giró para observar sus nalgas, le gustó como se veían y pensó “¿Que más señal le puedo mandar?” Cuando Adrian tocó a la puerta se calzó unos zapatos de tacón y mientras bajaba por la escalera les gritó a sus papás que ya se iba encontrándose con Adrian al final de esta, él la recorrió con la mirada y al salir al jardín no pudo evitar exclamar — ¡Qué buena estás Jennifer! Expresión que, si bien a él lo hizo sonrojarse, a ella la obligó a tragarse su enojo y sonreír, al subir al auto se sentó girando su cadera de tal manera de que sus rodillas tocaran la consola de en medio de los asientos, Adrian miró fijamente hacia sus piernas diciendo “¡Que piernas tienes mujer!” ella le sonrió pensando “ya cayó” y a ella le pasó lo mismo ya que sus pensamientos sobre lo que iba a pasar y la mirada de Adrian sobre sus piernas hicieron que al llegar al centro comercial donde están las salas de cine sintiera la humedad en sus bragas. Al estacionar el auto Jennifer se enderezó en su asiento con la idea de abrir la puerta para bajarse, pero Adrian estiró su brazo frente a ella para evitarlo, ella notó que su mirada estaba fija sobre el sensual y humedecido triángulo que el movimiento de su vestido mostraba y con voz cargada de erotismo preguntó — ¿Qué pasa? El la miró a los ojos y dudando en proponerlo respondió — Me gustas mucho Jennifer… Quiero que vivas conmigo Ella sin pensarlo respondió — No Adrian… Y no es por ti, entiende que a mi edad no me voy a echar a cuestas ningún compromiso que me quite la libertad de vivir la vida como me plazca… Quiero ser libre para estudiar, libre para divertirme, libre para…. — ¿Para acostarte con quien quieras? — Ella se tragó su rabia y sin ocultar su enojo respondió — Si también ¿Por qué no habría de hacerlo? ¿Por ser mujer? — No me importaría Si ella había respondido por “orgullo feminista” la respuesta de él la sorprendió, por lo que replicó — Ahora resulta que eres muy “Open mind” ¿No? — Vive conmigo y lo comprobarás — ¡Por favor Adrian! Yo sé que eso está de moda, pero para mí juntada o casada es lo mismo, la diferencia está en un papel y en cualquiera de los dos casos se hace por amor. El la acarició sobre la piel del muslo, la miró a los ojos y en tono suplicante dijo — Por favor Jennifer, me voy a volver loco si no te tengo… Las caricias de Adrian, el deseo con que él la miraba y le hablaba llevaron su excitación al límite y evitando la discusión acerca de vivir juntos con voz sensual respondió — Yo no quiero que te vuelvas loco Adrian El acercó su cara a la de ella y lo siguiente fue inevitable, Jennifer separó ligeramente sus labios para recibir y corresponder a un beso apasionado con el cual juntaron sus lenguas. Al separarse él se agachó para besarle los muslos aspirando el aroma que sobre de ellos había dejado la crema y cuando se enderezó era ella la que no podía más con su excitación. Se miraron en silencio, se volvieron a besar y mientras lo hacían Adrian metió su mano entre las rodillas de ella, quien separó las piernas para permitir sus caricias sobre la parte interna de sus muslos, caricias que llegaron a sus bragas las cuales Adrian hizo a un lado para acariciarle los labios vaginales y meter la punta de su dedo en la v****a, al separar sus bocas y sin dejar de tocarle el botón del clítoris le dijo “Que bella eres” En la mente de Jennifer se agolparon los recuerdos de lo vivido con Matias, miró hacia el bulto que la erección formaba bajo el pantalón de Adrian y en voz baja y suave dijo — No me cuido Adrian — ¿Y si lo hacemos con condón? Ella afirmó con la cabeza y se olvidaron del cine
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