6.

865 Words
Rubén’s POV Esta noche era el cumpleaños de Alex. Su vieja como siempre, le prepara una gran fiesta y él, invita a los pibes de la facultad. Estaba atónito con la cantidad de gente que llegó, más de la mitad ni los había invitado, ni sabía que podía caber tanta gente en la entrada de la casa de Alex, ¿de dónde salieron todos? Saludé a un par de compañeros del equipo, charlábamos sobre el primer partido oficial, que era la otra semana y era contra el Sagrado corazón, no podemos dejarnos ganar de nuevo de esos, eso sí que no y entonces, vi alto Mustang detenerse en la entrada, joya. Amo ese tipo de coches, son mis favoritos entre los clásicos. Yo estaba junto a Alex, esperábamos a su novia y a mi hermano, que estaba tardándose con el pastel, pero no era que tardara, lo había olvidado y se fue desde por acá, hasta Barranquilla a estas horas a buscarse un pastel, es que no puede vivir si no la caga, pero bueno, esperábamos el magnífico pastel, cuando vimos a Samuel bajarse del auto junto a… Chen. Mierda, no esperaba que viniera, no por el tipo de fiesta ni la gente que vendría, es que ni sabía que a esos dos les gustasen las fiestas, estaba francamente sorprendido. Se acercaron a nosotros, pero con algo de timidez y evité sonreír, esto era verdaderamente entretenido. Samuel saludó a Alex y este, saludó a ambos. Notaba que Chen quería esconderse tras Samuel, parecía estar muy nervioso y entonces, me miró. Esa fue la primera vez que Chen me miró. Jamás olvidaría la primera vez que me miró. Pareció ponerse aún más de los nervios y desvió la mirada. Lo observé hasta que entraron a la casa. Fascinante. Luego, me llamó Andrés, uno de los pibes del equipo y me dijo que jugara un rato con los chicos póker y accedí. Jugamos solo un rato, no fue mucho tiempo porque quería entrar a la casa y acercarme a Chen, no sé con qué excusa, improvisaría con algo, pero en verdad quería entrar a hablarle, de lo que sea. Quería que me mirara de nuevo. Entonces entré, cerca de media hora después de verlo llegar y busqué por todos lados. Fue extraño ver a Samuel solo, sin Chen, entonces le pregunté y me dijo que había salido un rato. Eso fue extraño, no creo que conozca mucho por aquí. ¿Dónde te metiste niñito? Entonces, al no tener otra opción, jugué un par de horas con los chicos, me distraje un rato y luego, vi a Alex acercarse y me llamó, parecía alterado. Me levanté de inmediato. -¿Podrías hacerme un favor?-Asentí.-El amigo de Samu, tuvo un percance y está muy ebrio, ¿podría dormir un rato en tu casa? No tardará en recogerlo el padre de Samu. Por supuesto, accedí de inmediato y seguí a Alex. Me pidió que lo ayudara a llevar a Chen hasta mi casa y al verlo… me quedé en blanco. Se veía muy mal, tenía los ojos hinchados, llorosos, parecía desorientado y olía a alcohol. ¿Qué pudo haberte sucedido? ¿fue la primera vez que bebiste y por esto reaccionaste de esta manera? Entonces me acerqué, alcé su brazo y lo tomé por su cintura. Se sintió tan extraño tocar al flaco, se sintió re lindo… Entre los dos, logramos llevarlo hasta mi casa, subimos a mi habitación y logramos que Chen se acostara en mi cama. Alex y Hugo se sentaron en la cama de junto, donde solía dormir Julián, pero él, ahora duerme en la que solía ser la habitación de mamá. Los observé hablar entre ellos mientras Chen dormía. Quise sentarme en el borde de la cama, a su lado, pero Julián me llamó para preguntarme por la botella de Fernet que dejó mi vieja en el refri, entonces bajé, tardé un par de minutos porque tuve que saludar a unas personas, entonces, al subir de nuevo, me senté en el borde de la cama y… solamente lo miré, fijamente, por mucho tiempo. Samuel y Alex parecieron no darse cuenta, esos dos a veces viven en su propia burbuja y entonces, esa fue la primera vez que vi tan de cerca al pelinegro. Dormía bocabajo y noté que tenía los ojos hinchados, podía notarse incluso mientras dormía. Había humedecido un poco las sabanas con sus lágrimas. Quise limpiarlas… pero jamás tocaría su rostro sin su autorización, así que solo lo miré. Chen era precioso, en verdad era tan precioso que me desconcertaba. Lo miré todo el tiempo, solamente detallando cosas en su rostro, la forma de su nariz, sus cejas delineadas, sus mejillas delicadas, su cabello lacio y su piel blanca y pura como el algodón. Quedé fascinado al verlo. Lo miré todo el tiempo y noté que había sido mucho, porque al ver a Hugo llegar, y decir que habían venido a recogerlos, noté que había pasado demasiado tiempo viendo a ese niño deprimido. Por supuesto, el no notó que lo miraba. Ni siquiera supo que estuve junto a él. Entonces, así es como empezaría a mirarlo, cada día, en cada momento y por siempre.  
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