Escogida, solo para ser Rechazada

12

Belladonna

Bella entró en la casa de la manada y vio a Parker de pie junto a Kane. La última vez que lo había visto, él estaba en su oficina iniciando a los lobos de ese baile de emparejamiento en su manada. Lo había visto cuando solo estaban pasando, mientras ella caminaba con Kane.

Caminando por toda la manada para eliminar sus permisos de diferentes secciones según los protocolos, él no la había mirado; ella había echado un vistazo a su oficina. La puerta estaba abierta, y había visto una docena de lobos allí, y podía oír lo que estaba sucediendo.

Él estaba de vuelta al trabajo, como siempre. Levantarse, entrenar, trabajar hasta tarde en la noche, retirarse a su habitación o tener sexo con ella y luego retirarse a su habitación. Eso era prácticamente todo lo que pensaba que hacía. Nunca lo había visto realmente sentarse y simplemente holgazanear o jugar con su unidad o miembros de la manada, él siempre estaba muy ocupado, al igual que ella.

A diferencia de algunos otros que había visto al crecer, había estado un poco más que celosa de sus hermanos y a veces odiaba a su padre cuando los veía tan felices y divirtiéndose. Realmente le dolió verlo jugar con los hijos de la manada. Él nunca había hecho eso con ella, hasta donde ella sabía, la había reclamado como su pariente, pero al mismo tiempo la odiaba.

Había aprendido a hacer la vista gorda a casi todo, de lo contrario siempre estaría en dolor y sufrimiento viendo a su padre amar y jugar con sus otros hijos, los otros niños de la manada todo el tiempo. Simplemente se hizo inmune a cosas que le causarían dolor emocional. Lo pensaba como estar apagada; era así como había vivido toda su vida.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando los ojos de Parker se encontraron con los suyos ahora, él la estaba mirando directamente, y ella vio que su mandíbula se tensaba, y luego simplemente se alejó de Kane con grandes zancadas, le parecía enojado. Eso no iba a ser bueno para la manada. Se preguntó si debería avisarles que se mantuvieran fuera de su camino. Darles un aviso, por así decirlo.

Los ojos de Bella lo siguieron, aunque solo brevemente, mientras pensaba en que la manada necesitaba salir de su camino. Probablemente solo quería que ella se fuera de su manada, para que pudiera reclamar a Carina. Ella había notado que aún no lo había hecho. No había filigrana en su cuello en ese momento que lo indicara. También sabía que sería más de una o dos horas de sexo, toda la noche; recordó haber sido marcada y emparejada por él.

Él iba, al parecer, a ser estricto con las reglas de su alianza de emparejamiento, que establecía que no podía marcar ni emparejar a su Regalo de Diosas hasta que ella hubiera puesto un pie fuera de la manada. Simplemente debería ir y hacerlo. Ella le había dado permiso para hacerlo, de nuevo, algo que podía hacer.

Lo dejó pasar, él era quien era, caminó hacia Kane, —Estoy resolviendo esto lo más rápido posible, Kane, tú mismo lo sabes, por favor dile eso, y que no estoy retrasando nada. Me iré tan rápido como pueda.

Kane levantó una ceja hacia ella y ambos escucharon una puerta golpearse abierta y cerrarse en alguna parte a lo lejos, en la misma dirección en la que Parker había ido. Ella vio a Kane girar y mirar en esa dirección. Luego solo suspiró un poco.

—Yo firmaré el acuerdo de separación, no Parker, él está… —dijo Kane, y ella lo vio sacudir la cabeza—. Descontento con las cosas en este momento.

Bella no dijo nada. ¿Qué podría decir? Kane le hizo un gesto para que entrara en la Oficina del Alfa. Él se acercó y le sostuvo la puerta, y ella pasó junto a él, y escuchó la puerta cerrarse detrás de ellos, y luego él caminó a través de la habitación con ella, —Por favor, siéntate.

Él le indicó que se sentara en el asiento real del Alfa, no en un lugar donde ella hubiera estado nunca. Ese no era su lugar, a pesar de que tenía sangre de Alfa. Cuando no fue y se sentó, él la guio suavemente alrededor del escritorio y en la silla real de Parker, antes de sacar una silla junto a ella.

Así, él pudo acceder a la computadora de Parker, e imprimir dos copias de ese acuerdo de separación, antes de recuperar la copia de Parker de su alianza de emparejamiento. Que colocó en el escritorio junto a la que ella le había dado antes; su copia. Ambas copias sabía que debían ser nulas y canceladas.

Sin embargo, no entendía por qué Parker no estaba allí para hacerlo él mismo, Bella pensó que estaría aquí feliz de verla irse de él, o al menos no le importaría hacerlo en absoluto.

Ella entregó su tarjeta de la manada y firmó y fechó el lugar en el acuerdo que indicaba que lo había hecho, al igual que Kane. Quien luego fotografió la tarjeta, imprimió eso, y ambos lo firmaron también. Bella sacó su teléfono de manada y se lo mostró, y él lo revisó. Había algunos juegos que jugaba en él, pero nada más. Ella lo observó fruncir el ceño hacia ella ahora.

—¿Qué? —preguntó ella.

—No hay fotos personales aquí. Es extraño. Son todas fotos relacionadas con la manada del hospital. O Deberes de Luna.

—Eso no es extraño, es un teléfono de manada —Dijo simplemente.

—Bella, eso es muy extraño. La gente fotografía sus vidas, para recuerdos. Es extraño que no tengas nada así aquí —él seguía frunciendo el ceño hacia ella.

—¿Por qué? No tendría a nadie a quien enviárselas de todos modos, así que no hay necesidad de eso.

—¿Tu padre? ¿Abuela? —preguntó instantáneamente.

Bella suspiró pesadamente ahora, mientras lo miraba, ¿por qué no lo entendía? No lo comprendía, pero se lo explicó, no debería tener que explicárselo, él había estado allí ese día.

—El padre me vendió a Parker. La Luna me dijo que nunca regresara, y el padre rompió su vínculo de parentesco conmigo una semana después. Mi abuela murió hace unos años. Sentí que se rompía de mí. Solo soy yo ahora, ya que mi madre murió en el parto.

Tenía fotos de su abuela en su maleta empacada, en marcos, ella era la única persona en toda su vida que la había amado, y ahora también se había ido de este mundo. Solo era Bella ahora, no tenía a nadie.

Era una huérfana sin familia, no es que alguna vez hubiera considerado a su padre o a sus hermanastros como familia. Nunca había sido parte de esa casa. Ni siquiera le sorprendió que lo hubiera hecho, sino que le había tomado tanto tiempo hacerlo. Lo había estado anticipando toda su vida. Parpadeó al sentir que de repente se había esfumado, luego suspiró una vez y siguió con su vida.

—Bella —jadeó, sonando sorprendido—, ¿por qué no le dijiste nada a nadie? —la mano de él tocó suavemente su brazo, un gesto reconfortante, supuso ella.

Ella se encogió de hombros, creyendo que eso también debería ser obvio para él.

—Bella, si quieres quedarte aquí, a Parker le gustaría que te quedaras —murmuró Kane.

Sus ojos se encontraron con los de Kane ahora, y ella levantó una ceja hacia él, eso no era lo que había recibido de Parker en absoluto hoy.

—¿Y cómo crees que se sentirá su nueva Luna al respecto? — preguntó de vuelta—. No es apropiado en absoluto —Bella afirmó simplemente—. Eso tampoco se alinea con la alianza de emparejamiento que claramente establece que debo dejar esta manada dentro de las 24 horas posteriores a que se acepte ese rechazo.

—Creo que Parker haría una excepción a esa regla por ti, Bella —suspiró Kane.

—No necesita hacerlo, Kane, y tampoco debería. Fui elegida, solamente para ser rechazada. Eso ya ha sucedido, y no puede reclamar a su compañera regalo de la diosa hasta que me haya ido. Aunque le di mi permiso para hacerlo —Ella lo miró con curiosidad—, ¿por qué no ha ido a hacerlo? Debería estar ansioso por llevar a esa chica a su cama —Y sabía que tenía que estarlo. Le gustaba mucho el sexo, y apenas podía pasar dos días sin tenerlo. Ya habían pasado cuatro.

—Por respeto a que todavía estés aquí. Parker no marcará ni se emparejará con Carina mientras tú sigas aquí dentro de su manada. Es incorrecto hacerlo, según él. Solo después de que tú lo dejes oficialmente, lo hará.

Ella sacudió la cabeza en ese momento, —Le di mi permiso. Debería simplemente ir a hacerlo. Probablemente lo detendría de mirarme como lo hizo justo ahora, con ira.

Nuevamente, Kane fruncía el ceño hacia ella.