Capitulo 4

1434 Words
"Lo siento, lo siento. Es que... sí, un poco sorprendido, eso es todo. Vaya. Seguro que se pasó con una cerveza." "Sí, bueno, estas cosas pasan, pero es terrible. Estos jóvenes se creen dueños del mundo o algo así. Increíble. Le dije que no, pero quería exponerse. Quería hacerlo. Esto es una locura", suspiró Louise. "¿Estás bien? ¿Pasó algo malo?", pregunté. —Sí, todo bien, pero Tony está loco. Y además hablaba de forma muy perversa. Intentaba llevarme a algún sitio. Hablaba de lo apretada que me veía y de lo mucho que quería verme desnuda y esas cosas. ¡Qué niña tan desagradable! —Louise negó con la cabeza, más molesta que enfadada. "Casi parece como si estuvieras entusiasmada con ello", bromeé, sabiendo muy bien que ella lo odiaba. "No es gracioso, Johnny, no es gracioso", reiteró Louise, pero cuando me miró, me di cuenta de que le gustaba que yo aceptara lo que había sucedido. "Mira, es un niño tonto, ya no tienes que preocuparte por él", dije, tomando las manos de mi esposa. No estaba seguro de si debía presionarlo ahora mismo. Pero era humano. No pude resistirme. Necesitaba provocarla. "¿Entonces lo viste?" Louise me dio una palmada en el hombro juguetonamente, mirándome con una expresión tímida. ¡Johnny! Quiso sacarlo, pero le dije que no y me fui. Tú viste lo que pasó. Yo, claro, no lo vi. —Aun así, ¿quieres verlo? —insistí. "¿Qué?", balbuceó Louise, abriendo la boca. "¿Por qué querría ver su... su cosa?" "No lo sé. Parecías bastante curiosa antes, cuando te lo propuso. Te pusiste nerviosa", me encogí de hombros. "Quizás una pequeña parte de ti esté interesada". —Dios, sabes que no me interesa ningún pene más que el tuyo —se sonrojó Louise—. No soy una zorra que se acuesta con cualquiera, y mucho menos con tipos como él. "Lo sé, cariño", le aseguré, tomándole la mano. "Solo bromeaba. Un poco. Me emociona pensar en la pequeña emoción que tuviste". "Bueno, quizá sí sentí un pequeño cosquilleo. Estaba bastante nerviosa", admitió Louise, para mi sorpresa. ¿Será por eso que se enojó tanto? "Pero nada más. Y que me sintiera así no significa que tenga ganas de follar con él ni nada, solo significa que soy humana", se rió. "O sea, has estado hablando de esa fantasía últimamente y mientras él me hablaba no pude evitar recordarla". "Está bien emocionarse un poco a veces, no pasa nada", le guiñé un ojo. "Pero lo menos que podrías hacer es echarle una mano", solté sin darme cuenta de lo que decía. "¿Qué? ¿Quieres que le haga una paja? ¡Dios mío! ¿Te has vuelto loco o qué?", replicó Louise. Me mordí la lengua mientras una sonrisa pícara se dibujaba en mi rostro. Al cabo de un segundo, Louise se dio cuenta de lo que decía, antes de darme una bofetada furiosa en el brazo y taparse la boca con las manos. "No puedo creer que lo hayas sugerido", resopló Louise. "Mis manos son tuyas, ¿y quieres que se las dé a otra persona? ¿Qué demonios?" No lo podía creer, pero me di cuenta de que intentaba averiguar si hablaba en serio. No sabía si estaba molesto o solo estaba jugando. Cuando mi sonrisa se amplió, continuó: "¿Qué quieres que le haga exactamente? ¿Que le haga una paja? ¿Que le haga una garganta profunda? ¿Que me folle por todos lados? ¿Qué demonios está pasando?" —No. Quiero que le eches un vistazo a su pene —dije con tono serio—. ¿Y quizás ayudarlo un poco? ¿Es demasiado? Entiendo que sea demasiado, pero vamos, ¿no te excita un poco? —Para nada. Solo lo consideré antes porque te excita. Lo haría por ti, ¿sabes? Dije que nunca lo aceptaría, pero si tanto lo deseas... supongo que podría —murmuró. "¡Guau! ¿En serio lo considerarías?" Me quedé atónito con su admisión. "No tienes que ponerte así de cornudo para excitarme. Solo oírte entretenerme me excita muchísimo". "Bueno, si tuviera el valor, creo que lo haría... ¿pero tocarlo? Uf, es asqueroso. ¿Y compartir algo así con un tipo así?" Louise sonrió. "Nos estamos adelantando un poco. Fue el chico quien lo sugirió, no yo. Y por algo lo rechacé, Johnny", ronroneó, abrazándome. —Bueno, puede ser, pero me alegra oírte decir esas cosas —respondí, mientras nos abrazábamos por un segundo. Nuestros cuerpos se apretaron, y empecé a imaginar a mi esposa con el punk. Una situación real, en carne y hueso. Todo ante mis ojos, sin importar hasta dónde llegara. Ella besándolo, siendo manoseada, abriéndose de piernas para poseerlo... ¡Madre mía! Estaba entrando en terreno realmente peligroso. "¿Entonces lo vas a encontrar?" pregunté, como si ya estuviera decidido. "¿Qué? ¿Tocarlo? ¿Estás loco? Johnny, no te esperas..." Louise dejó de hablar y esperó a que pasara un vecino mayor. La tensión era intensa, y la pareja que pasaba probablemente no tenía ni idea de lo que estábamos hablando. No pude evitar reprimir una risa. —Eso no tiene gracia, Johnny. No es ninguna broma. Que tu mujer se excite un poco y diga cosas excitantes no significa nada. Claro que tienes una erección, y eso está bien, pero eso no cambia nada. "Solo era una pregunta", expliqué, aunque sentía que el momento de que mi fantasía se hiciera realidad se me escapaba. Aunque soy un c*****o excitado, era mucho más allá de pedirle a Louise que le hiciera una paja al chico. Era demasiado, una intrusión excesiva. Rompería nuestra privacidad y cambiaría la dinámica de nuestra relación. Quizás era demasiado... No tuve que pensar mucho, porque Louise debió notar que mis ojos estaban nublados y distantes, mi cabeza nadaba en alguna fantasía, mientras ella continuaba hablando en voz baja y solemne. Es posible. Si yo pudiera hacerlo. En un lugar apartado y... y seguro. Eso es todo lo que digo. "¿En serio?", pregunté. Me estaba dando las llaves y me pidió que arrancara el motor. Mira, fuiste tú quien pidió esto. Y hablo en serio. Digo que lo haría, por ti y por nosotros, como equipo, como pareja. Ahora te toca a ti, Johnny. ¿Quieres que le haga una paja a Tony? Di que sí y lo haremos. ¿Y qué será? Estaba tan en shock que tardé unos segundos en darme cuenta de que realmente podría pasar. Era el momento. ¿Cómo responder a una pregunta así? ¿Cómo demonios iba a consentir que mi amada esposa le frotara la polla a un niño de mierda? ¿Qué me dices? Mi polla palpitaba en mis vaqueros. Algo se me había metido, algo anormal, y se sentía bien. Miré los hermosos y encantadores ojos de Louise. —Sí. Quiero... quiero que lo hagas. —En ese momento, mi voz era apenas un jadeo. El rostro de Louise rebosaba de emociones encontradas. Nunca la había visto tan insegura, pero asintió y noté que se le aceleraba el pulso. "Lo pediste, cariño." Dicho esto, Louise se levantó y fue a buscar a Tony. Solo podía imaginar la cara de Tony cuando Louise intentara conquistarlo. Me preguntaba cómo terminaría eso... ¿Le pediría directamente que le mostrara su pene? ¿Coquetearía y se le acercaría? Me quedé detrás y los vigilé de cerca, viendo cómo el bonito trasero de mi esposa se mecía y se balanceaba al caminar. Cuando Louise encontró a la adolescente en el jardín, me acerqué un poco más, ocultándome detrás de un árbol y un gran cubo de basura. Tony parecía preocupado, pero al acercarse mi esposa, él centró su atención en ella. Era obvio que no estaba del todo segura de cómo abordar el tema sin que resultara demasiado incómodo, y parecía que no quería involucrar a nadie cerca. Tony la observaba con aire de suficiencia y arrogancia, observando los muslos y las tetas de mi esposa lo mejor que podía. Louise le decía algo a Tony y él sonreía aún más y respondía, pero ninguno parecía alarmado ni incómodo. Incluso vi a Louise reírse torpemente un par de veces. Apenas podía creer lo que estaba sucediendo frente a mí. Tony la rodeó con el brazo y se dirigieron a la entrada de la casa. Mierda. Sabía que este era el punto sin retorno. Era el fin. "Mierda", murmuré, mientras Louise miraba hacia atrás para sonreírme, sin que Tony lo supiera.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD