Su pecho se agitaba y el sonido húmedo del agua entre sus piernas casi ahogaba cualquier inhibición mientras su gruesa lengua adolescente se abría paso en su interior. "Tony", gruñó Louise entre caricias, "Necesito... oh Dios, joder, lo necesito". "¿Necesitar qué?" Hizo una pausa mientras la comía. Podía imaginar su sonrisa pícara. Louise negó con la cabeza lo mejor que pudo y gimió. "Dios... por favor". "Continuaré si me lo dices. ¿Qué necesitas?" Los sentidos de Louise estaban desbordados. Su lengua larga deslizándose sobre su sensible m*****o femenino era absolutamente increíble, y tenía la costumbre de llevarla al límite, solo para frenar, detenerse y obligarla a suplicar, lo que siempre terminaba con ella explotando más fuerte que nunca antes. —Dime, Louise —ordenó. —Uhhgh, jod

