28. El optimismo del cabo Rex. El trabajo del día ha terminado y ahora Rex deja atrás la gendarmería, y se dirige al maxi kiosco que queda cerca, esperando encontrarla abierta. Tiene toda la buena intención de cumplir con sus planes de tener una cena romántica con Joao, es optimista y seguro que se olvidará de todo con respecto al trabajo cuando estén juntos y disfrutando a su lado, tomados de la mano, pero se siente tan agotado que por una vez se estaciona en la puerta del maxi kiosco reservado para embarazadas y clientes de movilidad reducida, pero a esa hora de la noche, y el frío reinante, no hay nadie más que él en la calle. Al cruzar la puerta de vidrio el encargado alza la cabeza para ver quién entra. —Buenas —le saluda desde su rincón. El encargado también se ve cansado, y siend

