CON MI NOVIO
--Apretá un poco más Kate cariño, el bebé ya casi está fuera, - me dijo mi ginecólogo, el doctor
Grant
.
Yo seguía apretando, pero ya me dolía todo el cuerpo después de estar diez horas de parto, ya lo
Lo único que deseaba era tener a mi hijo en brazos y que acabaran los dolores tan fuertes que tenía.
--Es un niño precioso.-escuché a una de las enfermeras.
Di un grito al mismo tiempo que empujaba sintiéndome aliviada cuando pocos segundos después
escuche el llanto de mi pequeño y el médico me lo puso en el pecho haciéndome llorar por la
emoción mientras el Doctor Grant me daba un beso en la frente y acariciaba mi pelo mirándome.
--Lo has hecho muy bien, enhorabuena mamá.-me dijo-
Teniendo ya a mi hijo en mis brazos lo besé y lo abrace todo lo que pude dando gracias porque ya
estaba en este mundo, un mundo en el que me juré que intentaría que su padre no estuviera nunca
con nosotros, ya que desapareció de mi vida sin decirme nada poco antes de enterarme de que
estaba embarazada.
David el padre de mi hijo y yo nos conocimos en la Universidad, él tenía los ojos más azules y
profundos que nunca había visto, sus labios eran gruesos pero muy bien perfilados, tanto que
cuando rozaban mi piel me hacían perder mi cordura, su cuerpo qué decir de él me volvía fuera de
mi era perfecto, bien musculado, demasiado diría yo y sus pectorales me volvían loca y más cuando
se los besaba y los acariciaba con las manos. Cuando me pidió formalmente que fuera su novia sin
pensármelo dos veces le dije que si muy feliz y muy ilusionada, nos besamos en los labios con toda
nuestra pasión pues estamos o eso creía yo que estábamos muy enamorados. Con su primer beso
moje mis bragas al sentir su lengua dentro de mi boca buscando mi lengua jugando con ella, yo
amaba a David y desde que lo conocí ya lo deseaba, pero espere, no quise que se pensara que era
presa fácil para los chicos. La primera vez que David y yo hicimos el amor fue en la playa, esa
noche yo estaba muy nerviosa porque iba a entregar mi virginidad al hombre que amaba a mi gran
amor, al hombre que esa noche me iba a hacer suya por completo y él sabia que yo era virgen.
Pusimos las toallas en la arena y entre besos y caricias nos fuimos desnudando lentamente, nos
tumbamos en ellas después mientras él recorría despacio con su lengua y su mano cada centímetro
de mi cuerpo haciéndome estallar en un precioso orgasmo, se metió en la boca uno de mis duros
pezones haciéndome arquear el cuerpo gimiendo por el placer que me estaba dando, deslice mis
manos desde sus cabellos hasta sus hombros, acaricie sus pectorales besándolos dándole pequeños
mordiscos en cada uno de sus pezones, se arrodillo enfrente mía y con suavidad me abrió las
piernas haciéndome sentirme avergonzada, se inclinó sobre mi besándome desde mis pechos hasta
llegar a mi clítoris deslizando un dedo dentro de mi v****a haciéndome despertar en mi cuerpo una
increíble pasión.
-Te quiero dentro de mi ya David.-le rogué.
-Tranquila, ahora mismo me tendrás cariño.-contestó.
Apretó sus labios con los míos suavemente mientras me metía un segundo dedo dentro de mi
rotandolos mientras nos mirábamos a los ojos.
-Que hermosa eres.-me dijo.
Mordió, lamió y succionó cada uno de mis pezones llevándome al séptimo cielo con mi segundo
orgasmo, siguió moviendo sus dedos dentro de mi ser poniendo después su lengua en mi clítoris
lamiendo en círculos haciéndome chillar de placer mientras yo decía su nombre, puso su otra mano
en mi pezón apretándolo y pellizcandolo haciéndome chillar aún más fuerte haciéndome perder casi
el sentido.
.-David por favor, quiero sentirte dentro de mí.-conseguí decirle.
-¿Estás preparada cariño? Puede ser que te duela un poco al principio.-me contestó.
-Si amor mio estoy preparada, te deseo dentro de mi ya David, te amo.-contesté.
Mientras nos besábamos con pasión él me pellizcaba el pezón, entonces empecé a notar su duro
pene en la entrada de mi v****a haciéndome sentir una extraña presión, rodeé sus caderas con mis
piernas pero él se retiró de mí mirándome.
-Puedo soportarlo, te amo y deseo que me hagas tuya.-le dije.
-Relajate y si te duele mucho dímelo amor mio.-contestó.
Nos quedamos mirándonos a los ojos mientras él deslizaba su pene poco a poco por mi vagina
haciendo pequeñas pausas mientras mis latidos se aceleraban cada vez más . David mordisqueaba y
lamia mis pezones hasta que su duro pene quedó totalmente dentro de mi ser, sus labios buscaron
los míos besándonos los dos con deseo y frenesí mientras me penetraba con deseo y sus
movimientos eran cada vez más fuertes.
-Correte para mi Kate, te amo cariño.-me decía.
Le clavé mis uñas en su espalda mientras yo gritaba por aquel placer tan intenso que sentía cuando
tuve mi orgasmo sintiendo poco después como su pene palpitaba dentro de mi adueñándose su
caliente semen de mi v****a.
-Eres increíble preciosa, te quiero cariño.-me dijo.
-Yo también te amo David.-contesté.
Nos quedamos un buen rato acostados en la misma posición hasta que su duro pene se le puso
flácido, ese tiempo me hizo sentirme la mujer más feliz del mundo, le había entregado a David todo
lo mejor que podía y que había en mi , mi virginidad, me sentí totalmente suya es más, ya
pertenecía y era de David
Después de aquella maravillosa noche, estuve casi un mes sin saber nada de David, no lo vi por el
Campus ni por las clases cosa que me extraño mucho pues me declaro su amor y no creí que se
hubiera reído de mi, él no era de esos chicos o por lo menos yo no lo pensaba de él aunque sí que
llegue a pensar que se había burlado de mi, me sentía muy mal y muy idiota por creer que el amor
verdadero existía.