La revuelta por parte de los enmascarados terminó en una retirada estratégica que los guardias aprovecharon para tratar a los heridos y enviar un grupo de expedición que revisaría incansable las rutas del enemigo en cuestión, al mismo tiempo los líderes mantendrían reuniones en el gran salón para discutir los planes próximos para reforzar la seguridad del castillo.
— ¡Es impensable creer que en una década de seguridad próspera, el castillo haya caído en cuestión de minutos! —reclamó amarillo mientras tiraba los informes sobre la mesa—.
— No solo eso —indicó naranja frente a todos en la mesa— los herederos terminaron en cuidados médicos por las heridas causadas.
— Me temo, Rojo; que tienes un grave problema en manos —insinuó provocativo el líder rosado mientras disfrutaba la irritación de este—.
— Tú no eres quien para juzgar después de que se supo lo de tu heredero —respondió amenazante a sus provocaciones—.
— ¡Suficiente, todos en este salón somos responsables de Hope! —advirtió Naranja mientras golpeaba la mesa con ambas manos—.
— Tiene razón, de nada sirve cuestionar al culpable —retractó cansada Amarillo mientras volvía a su asiento—
— ¡Yo te diré quien es el culpable, son esos mocosos llegados de Astra lo que ocasionaron esto! —continuó impulsivo el líder rojo—.
— Rojo, detén de una vez tus críticas a los muchachos —intentó apaciguar el líder rosado— te recuerdo que uno de ellos es la rosa azul.
— Dime que tú también sospechaste de ellos, no te hagas el inocente, Rosado —pausó mientras miraba desafiante para luego cambiar su visión a los ojos de amarillo—desde que ellos están aquí comenzaron las secuencias de ataques y Amarillo también lo supuso.
— ¿Eso es cierto, Amarillo? —interrogó Naranja con gran irritación— Más vale que respondas con la verdad.
— Naranja, hay que ser francos en esto —respondió nerviosa— la chica cayó en coma al primer ataque serio y que supone —pausó por segundos— es posible que el corregidor haya capturado al heredero como cubierta, no sabemos nada de él después de todo.
— ¿Supones que el corregidor lo delató para ganar nuestra confianza? —preguntó Rosado—.
— ¿Acaso cuestionan las decisiones del supremo? —habló Naranja lentamente como si cada palabra fuese una letal advertencia— Porque les recuerdo, que ellos tuvieron la aprobación del mismo y negar eso sería algo que no pienso dejar pasar.
— En el nombre de Dios cumpliré mi misión cuando él lo necesite —respondieron asustadizos los tres líderes ante Naranja—.
— Ambos chicos, tienen el propósito de atrapar al culpable —continuó Naranja— negar eso sería un grave error después de los sacrificios que han hecho para continuar sus investigaciones, sea o no por nuestro hogar no importa mientras atrapen al autor.
— ¿Dónde están ahora? —pregunto Amarillo—.
— Haciendo su trabajo —mostró una sonrisa ante todos— ambos fueron a ver a los prisioneros.
El heredero rosado despertaba luego de su largo sueño adolorido e inmovilizado en una silla, al darse cuenta de su estado intentó liberarse forzando las cuerdas a lastimar sus muñecas entre los jalones que emitía sin obtener resultados al mismo tiempo que intentaba liberar la mordaza que atravesaba su mandíbula con gran presión, luego de fallidos intentos se fijó en la prisionera que tenía frente a él; era la supuesta sirvienta que llena de golpes, magulladuras y heridas notables también recobraba la consciencia lentamente mientras lograba distinguir con terror a su cómplice.
De pronto en aquella celda fría ingresaron Víctor acompañado de Sky, quien se apoyaba en él para poder caminar. Ambos jóvenes llenos de vendajes se acercaron a la sirvienta en silencio entre los quejidos de su cómplice mientras uno de los guardias colocaba junto a la sirvienta varias cuchillas finas y recién afiladas. Al ver aquellos instrumentos, la sirvienta sonrió sínicamente mientras anunciaba su tolerancia a todo tipo de torturas, sin embargo, esta risa se vio interrumpida con la apuñalada sorpresiva que atacó en su pierna por parte de Sky, la sangre comenzó a escurrir por la pierna de la mujer que extrañamente no dejaba de sentir un horrible dolor; era como si miles de cuchillas hubieran atravesado su cuerpo, un quejido lleno de rabia se dejó escapar por los labios de la sirvienta mientras la joven rosa solo soltaba una loca risilla.
El corregidor mientras tanto, únicamente pudo soltar un suspiro mientras acomodaba sus anteojos y regresaba a ver a los guardias sorprendidos por los métodos de su compañera para conseguir semejante lamento en la prisionera.
— Te equivocas completamente si crees que vine a sacarte información, al contrario, quiero AGRADECERTE por el gran descanso que me diste —anunció la rosa azul mientras tomaba otro puñal y lo clavaba en la otra pierna de la sirvienta—.
— ¡Está loca! ¡Si me matan, no tienen nada! ¿Me oíste, corregidor? Si no detienes a tu compañera ¡no hay nada! – gritó la sirvienta entre sus quejidos de dolor—.
— De acuerdo, dinos que es lo que tienes —comentó amenazante la rosa azul—pero descuida, incluso si te mato —lanzó una mirada espontánea al otro prisionero—tengo a tu amiguito de lado.
— ¡Te equivocas! Él es solo una herramienta más —gritó desesperada— ¡yo planeé la infiltración desde el principio! ¿Entiendes? No me mates —suplicó mientras observaba como la rosa azul acercaba otro puñal a su cuerpo malherido—.
— Bueno, bueno, veamos que tiene que decir tu colega —se dirigió al heredero rosado— al parecer verte sufrir le quitó el habla.
Víctor mantenía silencio frente a la situación mientras observaba el peculiar interrogatorio de su compañera, efectivamente comprobaba lo que en libros anteriores había descubierto, la rosa azul podía ejercer todo tipo de acción siempre que beneficie sus objetivos, aunque en este momento no sabía diferenciar cuáles movían a la mujer con el puñal en manos; en realidad pareciera disfrutarlo o eso era lo que daba a entender con su mirada aguda y la sonrisa maniaca que dibujaba su rostro.
El miedo que ocasionaba la joven no solo intimidaba a sus enemigos, sino también empezó a generar terror a los guardias que custodiaban el calabozo y no paraba de oír gritos desenfrenados provenientes de la más sangrienta escena que se desarrollaba, al mismo tiempo los líderes y herederos que habían bajado a ver al que traicionó a sus camaradas quedaron paralizados de miedo mientras algunos trataban de soportar el asco que provocaba el espectáculo de sangre, al notar los rostros horrorizados de todos los espectadores, el corregidor decidió respirar profundo y comenzar a tomar apuntes de la información que brindaba su compañera como resultado de constantes ataques.
Era curioso ver como a diferencia de los guardias en visitas anteriores, la joven de veinte años conseguía semejante reacción de los prisioneros que supuestamente decían soportar el dolor, en cambio, Sky solo podía florecer sus recuerdos mientras apuñalaba ferozmente a sus víctimas, las imágenes de su maestro indicando los nervios principales de una persona eran entremezclados por los cortes que ella en ese instante provocaba y que efectivamente confirmaba las enseñanzas de su maestro.
— Muy bien, es turno del heredero rosado —comentó burlonamente rosa azul limpiándose ligeramente el rostro manchado en sangre— pero ¡muchacho! ¿No te dije claramente? Las leyes son muy claras entre los líderes, y hago valer esas leyes —dijo con una mirada asesina mientras introducía lenta y firmemente el puñal en el brazo del traidor—.
— ¡Pierdes tu tiempo conmigo! Ya te lo dijo la sirvienta ¡yo no sé nada! —gritaba el heredero mientras trataba de soportar el dolor en su hombro—.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro? Generalmente cuando me dicen eso, es porque saben algo ¿Por qué no probamos esa teoría? – preguntó la joven rosa mientras tomaba unas pinzas y descubría los pies del heredero.
— ¿Qué estás haciendo? ¡suéltame! Estoy diciendo la verdad ¡no sé nada! – gruñó el heredero, mientras intentaba zafar su pie inútilmente de las manos de la rosa azul—.
— De acuerdo, cuéntame más ¿Cuál es tu verdadero objetivo? —exigió Sky arrancando en el acto una de las uñas de los pies del heredero—.
Tal acción terminó provocando un aullido de dolor insoportable en todo el calabozo que solo parecía complacer aún más a la mujer que continuaba acercando la pinza en otro de los dedos, del mismo modo, los guardias luego de ver ese momento dejaron escapar ligeras arcadas producto del asco que sentían al igual que las miradas horrorizadas de todos los espectadores comenzaba a florecer un cambio serio en la opinión de los líderes quienes solo podían experimentar arrepentimiento al dudar de las habilidades de la muchacha y se admiraban por la serenidad que mostraba el corregidor mientras concentrado parecía escribir en su libreta apuntes que eran desconocidos para los demás, como podría estar apuntando información si ninguno de los dos soltaba una pista, relato o incluso algún secreto que ocultasen; solo quejidos de dolor, llanto y súplicas absurdas que en un momento dejaron de tener sentido alguno.
No paso mucho tiempo hasta que los gritos de los sospechosos finalmente cesaron y las respuestas salieron a la luz inmediatamente, ambos sospechosos desesperadamente daban pistas al corregidor sobre su objetivo principal, el cual era destruir al supremo y todos los herederos por venganza de su líder del cual desconocían su identidad; ellos trabajaban bajo las órdenes de un intermediario que siempre enviaba una carta a través de un mensajero, inmediatamente peleaban uno con el otro delatando las acciones que había cometido su camarada esperando salvaguardar un poco de tiempo a su favor y evitar de nuevo el castigo de tener que tratar con la rosa azul, los secretos se esclarecían como el de la sirvienta de pintar las paredes para luego colocar la cabeza del primogénito y como tras recibir la orden del intermediario, el heredero debía asesinar a la rosa azul para luego culpar al corregidor, todo esto para evitar que alguien más intentase entrometerse.
El joven Líes tomaba apunte de todo lo que les decía mientras esperaba a que su compañera se limpiara la sangre salpicada en sus manos y rostro, finalmente Víctor notó como le daban pistas ya innecesarias o incluso intentaban culparse entre sí para salvar su vida; cerró su libreta instintivamente en lo que miraba a su compañera para indicarle que ya no había más información por obtener de ambos sujetos, sin embargo, los sospechosos comenzaron a suplicar al corregidor para que intercediera ante su compañera, rogaban como si un milagro fuese capaz de eliminar su destino ya escrito, pero sabiendo que incluso después morirían por la gravedad de sus heridas.
— ¡Ayúdeme señor Líes! Por favor ¡se lo suplico, no me mate! —imploró la sirvienta envuelta en lágrimas y con la voz reseca de tanto gritar—.
— ¡No! Ayúdeme a mí, yo ¡puedo guiarlos hasta su escondite! Por favor, puedo llevarlos —pronunció el heredero adolorido por sus miembros cercenados—.
— ¡No es cierto, yo si conozco el verdadero escondite, en Centuria! Por favor; él solo conoce el escondite en este lugar, yo puedo guiarlos a ambos —rogó la mujer con las pocas fuerzas que le restaban—.
— No es cierto ¡es mentira! Yo puedo ayudarlos, incluso puedo decirles sobre… ¡la libreta de Right! Sí, puedo ayudarlos en todo —insinuó el joven heredero, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de dolor y angustia ante su inminente destino—.
— ¡Alto! Espera, yo tengo algo más, puedo decirte de tu hermana, se lo que le pasó ¡por favor, por favor! Piénsalo, se dónde está ella ¿sí?
Al escuchar ese último desesperado intento de pronto la habitación quedó en completo silencio atrapando a todos en miradas curiosas sobre lo que había dicho, Víctor dudó por un momento y de nuevo sus pensamientos volvieron a la posibilidad de que su hermana fuera en realidad su compañera, desvió su mirar ligeramente al suelo tratando de controlar sus deseos por saber si sus sospechas eran reales, y luego dirigió la mirada a la joven que parecía tener un aspecto sorprendido a la vez lleno de furia por tal dato; era sospechoso que su reacción se formara de ese modo haciendo que el corregidor aumentara su desconfianza en su compañera, sin embargo, la joven rosa azul cometió el acto despiadado de retorcer una de las cuchillas insertadas en la pierna de la sirvienta para luego sacarlo sin vacilación.
— ¿Sabes? A diferencia de mi compañero, yo no tengo un pasado al cual aferrarme, pero si se, que no es nada agradable que ¡jueguen con esa clase de cosas! —pronunció mientras apuñalaba a la sirvienta en el pecho, dejándola sin vida al poco tiempo—.
— ¿Qué hiciste? ¿Por qué? – preguntó el corregidor en voz baja mientras difícilmente ocultaba su expresión de terror ante tal acto.
— Es mi deber Víctor —dijo Sky con una mirada un tanto triste dirigida hacia su compañero, quien en ese momento no entendió sus razones— ¡Las leyes son claras para todo líder o heredero que incumpla! El castigo a la traición es la muerte, que únicamente la rosa azul deberá cobrar. Que esto sirva de ejemplo —anunció la joven rosa para seguidamente insertar el puñal en el cuello del heredero y cortar hasta dejar el cuerpo sin vida desangrarse en el lugar—.
Al ver espantoso episodio, la rosa amarilla retrocedió unos pasos para luego intentar escapar del lugar a los ojos de todos, pero fue interceptada por el corregidor, quien la inmovilizó enseguida para luego llevarla junto con Sky, misma que al verla lanzó una sonrisa diabólica indicando las habilidades de su compañero, Víctor había descubierto que estaba implicada solo con ver la reacción al ver torturar a la sirvienta, sosteniendo su cuello se fijó bien en el cuerpo de la líder dando cuenta a todos que era la única que tenía heridas similares; producto de su enfrentamiento con la rosa azul y revelando que era ella la enmascarada a quien se enfrentó la otra noche, al mismo tiempo obtuvo la confirmación de ello mientras rozaba un cuchillo en el rostro de la Líder y ante la mirada atónita de los demás líderes.
— ¡Es imposible! Ella es líder desde hace más de 10 años —mencionó el líder rojo al ver a su camarada en tal situación—.
— Líder Rojo, sabe muy bien porqué lleva el título de Rosa amarilla —justificó Víctor— lo leí en la biblioteca, de entre todos los antiguos asesinos, era la única asesina que envenenaba a sus víctimas, la única que conoce sobre todo tipo de venenos, sustancias y extractos de todo tipo, pero sobre todo una de las más cercanas al supremo — sujetaba con fuerza a la rosa para que no se escapara—.
Al enterarse de tales hechos; y tras ver la sonrisa satisfactoria de la rosa amarilla, el líder naranja se abalanzó lleno de rabia para tumbar a la chica junto con el corregidor, una vez en el suelo el mensajero del supremo se dispuso a asfixiar a la que creía su camarada frente a todos, por su parte Sky ayudaba a levantar a su compañero quien le susurraba cuestionando la actitud que tomaba Naranja.
— ¿Vas a dejar que la ahogue? Podría tener información útil.
— Descuida, solo yo puedo matarla, además pienso que solo quiere desahogar su ira.
— ¿Estás segura de querer continuar? No creo que estés mentalmente en condiciones de matar a alguien más.
— Puedo soportar una hora más, claro si naranja suelta a la prisionera ahora.
El corregidor y su compañera continuaron con los interrogatorios hasta obtener un dato interesante, entre tantos gritos de auxilio y dolor, la Líder había mencionado un virus muy poderoso con el que estaban experimentando en el escondite de Centuria y la ubicación del escondite de Hope, sin embargo, la información se limitaba una vez más en indicar que no sabía quién era su jefe, pero insinuando que el verdadero Supremo tendría que pagar por las injusticias de sus antepasados, los resultados volvieron a repetirse con la muerte del líder amarillo a la cual todos los demás líderes y herederos estuvieron de acuerdo entre quejas llenas de ira.
Unos días más tarde se realizó un funeral en todo el continente, para luego tomar la decisión de darle el cargo a la heredera amarillo como nueva líder interina hasta la ceremonia de cambio de líder, mientras todo se desarrollaba Víctor se encontraba recuperándose en sus habitaciones y revisaban los datos del interrogatorio, estaba tomando notas en su libreta hasta que vio ingresar a su compañera a su habitación.
— Buen día, compañero ¿Cómo va tu recuperación?
— Por favor no exageres, mis heridas no eran tan profundas como las tuyas ¿Qué te trae por aquí? – pregunto Víctor mientras se quitaba los anteojos—.
— Te traje un regalo, por tu ayuda antes, durante y después del interrogatorio. – respondió Sky mientras se acercaba a darle una bolsa de papel—.
— Esto es ¿la libreta de Right? Creí que el guardia la había quemado ¿Cómo la conseguiste? – volvió a preguntar el corregidor mientras sacaba la libreta de a bolsa y abría para ver su contenido—.
— La antigua líder amarillo confiscó la libreta al guardia, la encontré entre sus cosas mientras revisaba las habitaciones de todos los sospechosos, luego del entrenamiento con los herederos. Pensé que te gustaría leer esa libreta para comprender ciertas cosas sobre Hope.
— ¿Cómo están los herederos después de todo lo que sucedió? Consideré que se desanimarían por tomar el liderazgo dentro de unas semanas.
— Sabían perfectamente los riesgos, además, supongo que actualmente les preocupa la prueba final. Los líderes, en cambio están discutiendo qué medidas tomar con la ausencia de amarillo y el heredero rosado.
— Supongo que no pueden decir a los pobladores por qué motivo están muertos, comprendo que ahora quieran mantener mayor discreción. Ahora que lo mencionas, nunca me dijiste sobre esa prueba ¿de qué trata?
— Creí que habías leído sobre las costumbres de Hope, aunque tienes razón, te debo ese detalle, la prueba final consiste en una evaluación de los herederos por mi persona, si consiguen acertar un golpe pasan, así de simple —respondió Sky mientras tomaba asiento cerca de la ventana de la habitación y entrelazaba los dedos de sus manos—.
De pronto la mirada del corregidor se oscureció y algo molesto tiró la libreta en el escritorio mientras frívolo observaba a su compañera quien solo alcanzó a preguntar qué le ocurría y recibiendo al mismo tiempo una mirada fulminante junto con reclamos de su compañero esperando explicaciones que hasta el momento se ahogaban en mares inmensos de mentiras, la joven trataba de calmarlo vanamente sin comprender sus reclamos o lo que estaba por suceder.
— De acuerdo ¿Cuál es el truco Sky? —reaccionó Víctor sorpresivamente mientras se levantaba de su asiento y se acercaba a su compañera— soy tu compañero y creo que hemos pasado juntos lo suficiente como para que confíes en mí un poco más. Hasta ahora he mantenido silencio esperando que fueras más sincera conmigo, pero todos estos hechos y tú no me dejan opción
— ¿De qué estás hablando? Víctor ya lo hablamos no puedo decirte.
— ¡Han estado intentando asesinarte a ti y al supremo! Ningún otro líder ha sido herido y los herederos aún están con vida ¡no lo niegues!
— No sé de qué estás hablando
— Hasta hace unos días hubiera juzgado que era casualidad o porque nos estábamos acercando a algo importante, pero no puedo seguir con esto, necesito que me digas la verdad, ¿Quién eres realmente? Y ¿Qué tan crucial eres aquí? – interrogó el corregidor mientras tomaba asiento junto a su compañera, que se encontraba impactada por aquella reacción de su compañero—.
— Víctor, sé que no he sido muy honesta contigo dada la situación, pero, no sé por dónde empezar, hay demasiados secretos sobre Hope, y no puedo evitar sentir que tu vida corre peligro.
— Mi vida ya está en peligro desde que acepté este caso, pero estamos juntos en esto ahora, si no puedo confiar en mi compañera entonces ¿de qué me sirve? Necesito saber que puedo contar contigo de ahora en adelante, así como tú puedes contar conmigo.
— De acuerdo, en adelante trataré de decirte todo lo que pueda, pero aquí no, te lo diré en Centuria.
— ¿En dónde estaba el escondite? Espera Centuria está deshabitado ¿verdad?
— Centuria es un continente nexo a Hope, funciona como campo militar y de entrenamiento para los herederos, pero solo pueden ir si es con mi autorización, y solo si es para cumplir con la última prueba. Por eso mañana iremos allí y de paso aprovecharemos para investigar sobre el supuesto escondite que nos dijo amarillo.
La mente del corregidor se calmó por un momento; era una inmensa cantidad de secretos que el hombre no podía soportar más, la ansiedad de no saber nada y tener que adaptarse a ello le causaba irritación por los acontecimientos que se daban uno tras otro, las mentiras que caían sin cesar eran de algún modo las causantes de que Víctor poco a poco perdiera la paciencia, aun así, decidió exhalar profundamente y con un tono más calmando intentó bajar su nerviosismo.
— Ya veo — pausó serio y cambió de tema rápidamente— por cierto, en el calabozo, cuando dijiste que no tenías un pasado al cual aferrarte ¿a qué te referías?
— Fue lo que me enseñó mi maestro —contestó con un tono melancólico— sabes, Alexander era bebedor, sarcástico, molestoso y en algunas ocasiones un tanto pervertido —extendió su mirada por el firmamento mientras pensativa continuaba— pero a pesar de eso se encargó de mí y su misión como rosa azul en todo momento, cuando murió él me dijo que, sin importar, el pasado jamás debe ser una debilidad, sino una fortaleza.
— Cuando la sirvienta dijo que sabía dónde estaba —comentó esperando corresponder la sinceridad de la joven— no pude evitar dudar, si no hubieras actuado, estoy seguro de que me habría convencido.
— Sé que puedo confiar en ti si necesito tu ayuda —sostuvo mientras sonreía tranquila— Además, solo mírame, puedo cuidarme sola. Puedo resistir incluso una gran cantidad de venenos, tal vez incluso una plaga de enfermedades.
— ¿Qué fue lo que dijiste? ¡Sí! estoy seguro de que leí eso en alguna parte —dijo Víctor mientras volvía a revisar la libreta de Right—.
— ¿De qué hablas? ¿Encontraste algo en la libreta?