Hace 6 años en la madrugada del 24 de diciembre me encontraron aquí tirada, inconsciente y completa mente sola a mi suerte sin recordar nada, no sabía cómo me llamaba, ni quien era, donde vivía, mi edad, de donde venía ni a donde iba, si quiera traía ropa para abrigarme de aquella cruda noche de invierno.
Por casualidades del destino, aquella noche helada mi padre Pietro Ricci, quien había perdido el control al no saber mi paradero, pues después de decidir pasar la navidad en la casa que teníamos en Roma me había desaparecido sin dejar rastro, papá se dejó caer en la desesperación y el alcohol, vago sin rumbo por toda la ciudad hasta que llego aquí y encontró a un fragmento de lo que una vez fue su dulce hija Emily Ricci Fiore de 15 años con la ropa rasgada, brutalmente golpeada de pies a cabeza y con una pronunciada herida en la cabeza.
Yo no recuerdo nada de eso solo tengo vagos recuerdos de un hombre caminando hacia mí con un fuerte aroma alcohol y las luces blancas del hospital donde desperté aterrada sin saber quién era ni como termine ahí.
Cuando abrí los ojos una enfermera me estaba suministrando medicamentos y llamo de inmediato al doctor quien me explico que mi padre me encontró herida en la calle y me trajo a este hospital, que me tranquilizara pues mi Nonna y mi padre se encontraban en la sala de espera y ellos me explicarían todo.
No comprendí nada estaba completamente adolorida mi mente estaba en blanco, una gran venda me cubría mi cabeza, no sentía nada de mi cuerpo. Mi padre, un hombre blanco cabello y ojos marrones, entro con un oficial de policía y le agradecía mientras le entregaba mis documentos, yo no podía ni hablar estaba muy cansada. Entró en la habitación junto a mi Nonna Catalina, no sabía quiénes eran, el doctor nos explicó que se debía al acto traumático por el que había pasado, que posiblemente con el tiempo recordaría todo lentamente, y aunque han pasado años no he podido recordar prácticamente nada.
Mi Nonna llorando me abrazo fuerte y cálida mente mientras intente huir de su abrazo, no sabía quién era y mi cuerpo estaba muy herido, pero me comencé a sentir en confianza y segura cuando comenzó a hablarme como a una pequeña niña asustada y mostrándome las fotos que el doctor le comento que sería una ayuda para no tenerles miedo a ellos.
Mi padre pidió a mi Nonna que nos dejara solos pues tenía que hablar conmigo seria mente, lo cual me dio más miedo al ver el rostro serio de mi padre, le pedía que no me dijera aquello que me diría pero él insistió y no le quedó más que aceptar recordando que avisaría a mi Nonno de mi estado, lo cual provoco que mi Padre cambiara a más serio su semblante.
Recuerdo clara mente ese amargo momento, siento aún ese miedo, me quede a solas con mi padre quien me explicó lo que me ocurrió, nunca olvidaré sus palabras…
Emily hija, lamento tener todo lo que ha ocurrido y comprendo tu confusión que es normal después de todo lo que había ocurrido- sollozo un poco antes de continuar - Que no nos reconozcas y no sepas quienes somos, pero tienes que saberlo te secuestraron unos caza fortunas buscando el dinero mío y en venganza de tu Nonno Alonzo, te arrojaron a las escaleras de la plaza España, donde te encontré, te golpearon brutal mente- no pude con toda esa información en mi cabeza, no recordaba nada. – Y lo peor es que…- continuó diciendo mi padre, ¿acaso pudiera haber algo más peor? guardo silencio respiro profundo y continuo diciendo – ¡Emily estabas embarazada!... – me quede completamente en shock, y recuerdo perfectamente el dolor que me causo escuchar con lo que finalizo - ¡Y por desgracia no pudieron salvar al bebe, debido a la gravedad de los golpes…! ¡Lo lamento mi amor!- terminó llorando abrazándome y llorando junto a mí.
Mi mundo se había destruido, un mundo que no recordaba estaba completamente roto, caí de la camilla tratando de salir corriendo pero mis piernas no me ayudaron a mantenerme de pie, me habían quebrado ambos pies y estaban cubiertos de yeso, llamo a las enfermeras quienes me levantaron y sedaron, despertando a la mañana siguiente deseando haber muerto ese día, viendo cómo todos intentaban animarme, pero solo me sentía ajena a todo y a todos.
A pesar de mi estado mental mi cuerpo sanaba rápida mente y salí del hospital el 29 de diciembre, llegamos a nuestra casa, instalándome en una habitación que no conocía, pero mi Padre me forzaba a realizar todo. Desde que estaba en el hospital me obligaba a comer o a intentar dar mis primeros pasos en muletas, mis piernas aún estaban muy lastimados así que volví en silla de ruedas.
Al llegar nos esperaban mi Nonna como siempre muy elegante y dulce y a su lado estaba un hombre alto, robusto, piel clara, ojos color marrón y canoso completamente elegante con su traje gris, fumando un puro, era mi Nonno quien me daba mucho miedo al principio pues además de que no lo conocía por ser todo hombre de negocios no pudo ir a verme al hospital.
- ¡Pero que desdicha ha sido tener que verte en estas condiciones…! ¡Lamento no haber ido a verte Emily!... Pero es más que seguro que esos tipos pagarán lo que te hicieron, y tú te vas a recuperar rápido, serás nuevamente la fuerte Emily Ricci, ¡Por algo el escudo de nuestra familia es un fénix! ¡Volverás a ser fuerte y sana de eso me encargo yo! -
Mi Nonno siempre ha Sido así de optimista, fuerte y firme, ha sido el mejor orador y eso le ha abierto demasiadas puertas con sus negocios de publicidad, canales de televisión y prensa.
En cuanto me recibió mi niñera Martha, una mujer sencilla, morena, un poco robusta de cabello castaño con unas pocas canas asomándose, con un uniforme diferente a las demás chicas de limpieza, con una voz dulce, no podía dejar de verme de una manera muy triste, no podía creer que me había pasado yo solo quería que todos se fueran y me dejarán. Apresar de estar insistiendo mi padre no permitió que mi Nonna se quedará con nosotros en la casa.
Llore por días y noches, por un bebe que no recordaba pero me dolía, mi padre me consolaba y consentía con todo lo que pedía, me llenaba de regalos. Mandó contratar a diversos psicólogos y terapeutas sin tener en cuenta las fechas de año nuevo que se aproximaban, el señor Pietro Ricci siempre ha sido así de exigente. Yo por mi parte no quería ni hablar con nadie, fueron contadas las palabras que emitía solo por cortesía y a su pesar todos a mi alrededor comprendían.
- Emily, sé que no va a ser fácil pero ¡déjame ayudarte!, celebraremos el año nuevo, pero no solo por el inicio de un nuevo año, ¡celebraremos que es el inicio de tu nueva vida!, ¡qué sigues viva y estás conmigo hija! ¡¿vamos a intentarlo por favor?!- mi papá me rogo hasta que accedí convencida por Martha.
Se llegó el 31 de diciembre y hasta ese día no había parado de nevar, papá me preparó una sorpresa que no podré olivar, preparo perfecta y elegante mente la entrada a la casa dejando ver directo al jardín donde colocó miles de luces y faroles, mandó instalar un hermoso candil dorado enorme lleno de cristales y luces victorianas en el techado que cubre la gran puerta de madera grabada y un mesa completamente llena de flores y junto a la vajilla de plata grabada con nuestro apellido y escudo. Las sillas de madera de gran tamaño con asientos y respaldos con cojines de terciopelo color azul oscuro acomodadas todas de un solo lado, la hermosa mesa con un mantel blanco con toques dorados que iban a juego con las servilletas doradas. Papá se quiso olvidar de las normas de etiqueta queriendo que me sintiera lo más cómoda posible, pero siguió sin perder el glamur de la cena.
Al llegar mis Nonnos parecían salidos de sueños mi Nonna portaba un hermoso vestido color verde escarlata que la hacía lucir completamente más joven de lo que era además de que iban a juego con sus ojos pequeños y tiernos, y mi Nonno por su parte al igual que mi padre lucían su smoking n***o con un moño sencillo, antes de bajar a la cena papá me pidió que cerrara los ojos y al abrirlos pude ver uno de los vestidos más hermosos que nunca en mi vida había visto, un hermoso vestido color champagne con cristales dorados, sutil mente bordado con caía al cuerpo de una tela fina.
No pude decir nada, papá comprendió y me esperó en la mesa. Martha me ayudo a ponerme el vestido cuando entro Nonna, entre ambas me quitaron por ese día la venda que portaba en mi cabeza dejando caer mi cabello rizado y de un intenso color rojo. Nonna me arreglo e intentó maquillarme puesto que tenía muchas marcas en mi rostro, parecía una princesa golpeada, y aun de eso mis golpes resaltaban con mi llamativo cabello y mis grandes ojos gises.
Nonna y Martha lloraron al verme con una sonrisa en su rostro, me dijeron que era idéntica a mi madre cuando era joven, hasta este día había estado adentrada en mi dolor físico y mental que no me percaté de que no veía a quien pudiera ser mi madre, un escalofrío recorrió mi espalda, cuando recordé que si estaba embarazada quien pudiera haber sido el padre de ese bebe. Casi no decía nada así que no hice preguntas, estaba muy débil, pero si noté que no había ninguna fotografía en toda la casa, únicamente estaban pinturas y cuadros victorianos de colección.
Bajamos al improvisado comedor, acoplaron un equipo de sonido que se escuchara por el gran jardín. Acomodaron mi silla de ruedas en medio de la mesa, cenamos y al terminar de cenar faltaban unos minutos antes de que terminará el año papá llenó de vino tinto las copas de todos e inclusive la mía a pesar de las prohibiciones de mi edad.
- Emily- carraspeo un poco – sé que no han sido fáciles estos días y tampoco serán los que siguen, pero prométeme y prométete a ti misma por favor, que saldremos delante de esta y de lo que venga – suspiro profundo intentando retrasar las lágrimas que querían salir - ¡ este día comienza nuevamente tu vida! ¡no volverás a mirar atrás a menos que sea solo para levantarte! Y que pronto lucirás ese hermoso vestido completamente sanada, caminando por estas dos grandes puestas y bailaras con tu Nonno y conmigo un vals como cuando eras niña! ¡Salud!- finalizó tomando mi rostro y borrando la lagrima que derrame.
Lo prometí por mí por ellos, se esforzaron tanto en que confiara nuevamente en ellos, en mi recuperación. Al terminar de brindar comenzaron a escucharse silbidos y un gran estruendo en el cielo, mi padre contrató fuegos artificiales para mí, eran tan hermosos que me comencé a sentir nuevamente que era verdad, que seguía viva, por el hijo que pude tener y por ellos me volvería a levantar, seguiría con mi vida y agradecería una nueva oportunidad y vería la manera de honrar a mi bebe.