"Presente... Seis años después..."
Ha comenzado el invierno nuevamente, otra vez ha pasado otro año y como ha sido estos últimos 5 años he vuelto a caminar por esta plaza un 24 de diciembre, creo que siempre seré esta masoquista. Nunca entenderé como fue que llegue a este punto de regresar a Roma cada navidad y específicamente aquí a la plaza España.
El cielo se comienza a oscurecer, las nubes anuncian que caerá una tormenta, todo me recuerda a ese día, me acerco lentamente donde acaban de encender sus luces de la fuente, los copos de nieve comienzan a caer, tengo que resguardarme me pongo mi abrigo n***o que cargaba en mi brazo que hace juego con mis mallas y vestido n***o, esto realmente hace resaltar mi llamativo color rojo rubí así como mi piel blanca, mi cuerpo pequeño y delgado.
Recorro las escaleras y comienza a escuchar una hermosa melodía.
- Esa canción…- suspiro sin poder decir nada y sigo bajando las escaleras
Sigue sonando esa hermosa melodía, conforme me acerco a la fuente puedo visualizar a un hombre joven alto y pecho ancho con un fino y elegante traje n***o, su cabello oscuro a juego que le cubre el rostro solo dejando ver sus blancas manos que tocan un hermoso violín azul zafiro, toda la escena parece salida de una película, es imposible no dejarme guiar hipnotizada por la música.
Me acerco lentamente y logro visualizar al hombre que toca pero muchas imágenes comienzan a llegar a mi mente.
- ¡Margot ven! ¡Tienes que seguir bailando, nunca debes de rendirte! …- decía la voz de un muchacho
- ¡Me da pena que me vean!... -¿Qué? ¿Soy yo? ¿Por qué me llama Margot? ¿bailando? ¡pero si odio bailar!, en especial por mi dura recuperación mis pies no son los mismos ¿Quién es ese chico? No puedo ver bien su rostro.
- ¡Anda es hora que salgas a tu audición!- me anima el joven
- ¡Pero espera!- me resisto, el me empuja hacia el escenario.
- ¡No te preocupes Margot… Eres la mejor bailarina del mundo, solo mírate estas hermosa!...-
Me miro frente al espejo tras del telón y veo a mi yo de 10 años con un bello vestuario de valet blanco y un tutú ligeramente dorado, salgo al escenario un teatro lujosamente elegante. ¡¿Qué es esto?! ¡Nunca estuve aquí! ¡Nunca he aprendido ballet!. Aunque después de mis heridas nunca habría podido hacerlo aún con alguna cirugía.
No entiendo nada de esto, ¿Por qué no me puedo detener? Sin querer termine aquí frente al hombre quien al verme dejo de tocar, quito de su rostro el mechón de cabello que le cubría el rostro, me mira perplejo con unos hermosos ojos negros que comienzan a sollozar e intentan decir algo.
- ¡Margot…! – pronuncia ese nombre.
- ¿Disculpe?- Contesto confundida.
- ¡Margot…! ¡Eres tú! ¡¿Cómo es esto posible?!- grita con voz cortada dejando caer su violín.
¡Esa voz…!
- Perdón yo no…- no me dejo terminar de hablar y me abraza llorando con una sonrisa en su rostro, se siente tan bien sus brazos cálidos, ¿Dónde escuche esa voz?
– lo siento pero… ¿Pero quién eres?...- salgo de mi trance e intento soltarme de los brazos de joven quien no voy a negar he sentido algo extraño y el chico es demasiado guapo.
- ¿Qué dices Margot?- me dice sin entender…- ¡Soy yo… Soy Stefano!...- me dice muy confundido.
- Disculpa pero creo que me estas confundiendo… No soy Margot- Sus ojos me miran perplejos
- ¿Pero de que hablas?, ¡Eres tú! ¡Eres mi Margot!¡Por favor ya no puedo más!- me grita tomándome de los brazos.
- ¡Oye suéltame! ¡¿Qué no escuchaste?! ¡Mi nombre no es Margot! ¡Yo soy…! – ¿Quién soy? Ni siquiera yo lo sé... y estoy tratando de explicarle a un desconocido que soy alguien...