Capítulo 20. Una coincidencia imposible, el inicio de una nueva vida. Me acerqué un poco más, y mientras lo hacía mi corazón se aceleraba... este hombre era tan... perfecto. Me había imaginado miles de veces como sería el padre de mis hijos, y al verlo allí, con ellos en sus brazos esa imagen comenzó a tener sentido. -- Disculpé – atiné a decir con voz entrecortada. -- Ellos son mis hijos – señalé a mis niños que no dejaban de abrazar a ese hombre. Él asintió despacio, con una sonrisa nerviosa. -- Lo sé... tu debes ser... – de pronto desde atrás escuché la voz de papá. -- Mark muchacho que sorpresa nos acabas de dar – giré para ver a mi padre llegar a nuestro lado, Adrien venia un poco más atrás. Y Miriam ella había colocado todas las maletas en el carrito y esperaba algún desenlac

