Capítulo 2- en la iglesia

2022 Words
Mientras nuestra pareja recorría Nueva York, en la iglesia las personas estaban cada vez más confundidos al darse cuenta que no había rastro de la novia. El primero en darse cuenta fue el tío Cullimore, un señor mayor, viudo hace un par de años, sin hijos, solo con una sobrina quien había criado como su hija, que en este momento debía llevarla al altar. El hombre no sabía qué hacer, al ver que su sobrina no llegaba, se atrevió a ir por ella, tocó a su puerta por unos minutos, pero ella no respondía, se asustó, pensando que algo le había pasado abre la puerta a la fuerza, para llevarse la sorpresa que no había rastro de ella, se había ido. No sabía a quién decirle, sería vergonzoso entrar y exclamar que la novia se había fugado, aquello era una ofensa para la familia del joven que la esperaba en el altar y una humillación para la suya.  Para su fortuna, la dama de honor salió en busca de la novia, encontró a su tío sentado en la silla de afuera de la iglesia, tratando de respirar, un hombre de su edad no estaba para recibir estos sustos. -Señor Cullimore ¿se encuentra bien? - pregunta Becka, la mejor amiga de Mae. - se ha ido, Mae se ha ido- por muy raro que parezca, no era algo que lo extrañara, el la conocía bien, sabía que un día su espíritu libre la dominaría.  - ¡se escapó! – gritó de sorpresa, esto era algo inesperado para ella, Mae no era el tipo de chicas que tuvieran indicio de querer escaparse de un gran día, y menos de uno con el que había soñado desde que tenía memoria, eso era lo que había presentido su amiga de la infancia- ¿qué tal si le pasó algo? - su puerta estaba cerrada, dudo que esfumarse fuera un accidente- no tenía duda que se había fugado.  - debemos ir por ella- la pobre Becka tenía la esperanza de poder encontrarla, sin saber que en este momento la chica estaba llegando a su departamento para huir a otro estado- présteme su celular, la llamaré. - ¿cómo me pudo hacer esto? - el Tío Cullimore estaba enojado, frustrado, la razón primordial de esta unión no solo era para celebrar la unión de dos jóvenes, sino la unión de dos familias de mucho dinero, su sobrina había arruinado aquello. - creo que al querer escapar debe ser por algo, tal vez no se sienta bien, la conocemos, ella ama a William, no lo dejaría plantado…- no pudo terminar su frase cuando una presencia detrás de ellos apareció. El joven William estaba de pie frente al camerino, dándose cuenta que no estaba su novia, la chica había desaparecido, el chico era inteligente, no necesito explicación para saber lo que pasaba, su novia había huido. -William- el Tío Cullimore se levanto, necesitaba solucionar esto- debió tener un ataque de ansiedad, sabes que mucha tensión hace que las personas hagan actos de locuras. - ella me ha dejado, ¿no es claro?... le diré a todos que se vayan- William tampoco lo tomó por sorpresa.  Con aquel pesar el joven volvió a la iglesia, las personas al escuchar que alguien venía, volvieron a ponerse de pie, la música empezó a sonar, esperando a la novia, pero el novio con el corazón destrozado, estaba conteniendo sus lágrimas, aquello era demasiado vergonzoso, sus padres lo observaban fríamente, sospechando lo que había pasado. -¡Parad la música!- los músicos no escucharon, y la música seguía sonando- ¡DIJE QUE PAREN!- el joven gritó molesto, un incómodo silencio se apoderó del lugar- ¡LA BODA SE CANCELA! Gracias por venir- luego de esto se marchó. Los murmullos reinaron rápidamente el lugar, no podían creerlo, Mae Cullimore había dejado plantado a William McDaniels, la boda del siglo se acaba de convertir en el chisme del siglo. -Señor y Señora McDaniels, esto es algo decepcionante, pero se puede solucionar- el Tío Cullimore se acercó a los padres de William, buscando la manera de solucionar su desafortunado evento. - dinos Geoffrey, ¿Qué solución tienes? Buscar a la novia fugitiva, traerla y que se case con mi hijo, sin nadie presente- contestó el señor McDaniels, el hombre estaba ofendido y avergonzado por aquel suceso. - debió tener un ataque de ansiedad, la conoce, Mae es incapaz de hacer esto, ella sabe lo importante de la unión. - no parece que sea así, de hacerlo ¡estaría allí casándose con mi hijo! - no lo soportó más, y tomó por el cuello al señor Cullimore, quien a su lado parecía un pequeño hombre- mas te vale que soluciones esto, o te irá muy mal. Teníamos un trato.  - lo haré, ella se casará con el joven William El tío Cullimore salió de la iglesia hacia el departamento de su sobrina, tenía la mínima esperanza de encontrarla allí, tal vez llorando por el abrumador paso que iba a dar, pero fue frustrante no ver rastro de ella en el lugar, solo una carta. “Una estúpida carta” se dijo a sí mismo. Con molestia la abrió, confiando que encontraría un indicio de su paradero. Hola Tío, sé que no será el más grato saludo, pero quiero explicarte que esto no es una decisión apresurada, es algo que he pesado por meses, pensé que para esta fecha podría convencerme de que William es el hombre para mi, pero no me pude engañar, lo apreció, es decir lo conozco desde que éramos unos niños, mi amor hacia él es del mismo calibre que para un hermano, no puedo hacerle esto. No soy grata en la ciudad, así que volveré a casa. Espero poder comunicarme pronto. Te quiere Mae. La nota estaba escrita de manera desordenada, como si lo hubiese hecho de prisa, la chica le urgía salir de aquella ciudad lo antes posible.  En otras circunstancias aquella carta habría sido grata, tierna, incluso le haría feliz, pero en este momento, aquello lo enfureció, solo pensaba que su sobrina había actuado de forma egoísta e insensata, necesitaba aclararle las cosas, no dejaría el asunto allí, iría detrás de ella. La novia Fugitiva se encontraba a kilómetros de este escenario, rumbo a Luisiana, al parecer tenía un plan. Hubo un silencio incomodo la primera media hora, ninguno de los dos decía algo, aunque para ser justos, ambos tenían mucho que pensar, la novia necesitaba afinar los detalles de su plan, sabía que debía llegar a Luisiana, de allí tomaría un barco hacia Inglaterra, volvería a casa, sabía que estar en otro país limitaría a las personas que estarían buscándola. Por otra parte, el conductor estaba pensando en lo que acababa de aceptar, estaba llevando a una total desconocida a un destino lejano, iría a un lugar donde nunca había estado, era mucho que asimilar para un pueblerino, que de no necesitar el dinero, estaría en casa relajado, pero necesitaba el dinero, eso lo tenía muy claro. -¿Cree que debamos detenernos?- preguntó Mae, estaba nerviosa, había empezado a creer que el hombre podría ser un demente.  - sí, pienso que debemos comprar algo para comer. Ha un kilómetro hay un lugar donde podremos comprar.  - esta bien- Harvey aún tenía intriga, quería saber que la había llevado a salir corriendo de su boda.  -  debió ser una mala opción para salir huyendo- dijo refiriéndose al novio que había dejado en el altar, Mae no lo miró, no estaba en condiciones para hablar al respecto, pensaba que al ignorarlo, el hombre entenderá la indirecta, pero como suele pasar con muchos hombres, no lo entendió- nunca he pensado en casarme, pero creo que el día que suceda debo estar seguro...- aquello la molestó, no permitiría que un desconocido la juzgara sin saber qué era lo que había pasado.  - como dijiste, no haz pensado en casarte, no puedes juzgar.  - no estoy juzgando.  - ¿ah no? tu último comentario  tiene mucha vibra de ese estilo.  - no estés a la defensiva, solo busco una manera de conocerte, te llevaré a miles de kilómetros, sin saber nada de ti, puedes ser una criminal... Rayos, estoy siendo cómplice de una criminal. - Harvey era chistoso, aunque la mayoría del tiempo pareciera ser un cascarrabias.  - no soy una criminal.  - eso mismo diría una criminal.  - no necesitas saber mucho de mi, por ejemplo, yo también estoy en un viaje con un total desconocido, y no exijo saber algo sobre ti.  - eso es obvio, una chica como tu no le interesaría saber nada de un chico como yo, ni que dependiera su vida de eso.  - ¿una chica como yo? ¿a qué te refieres? - ya sabes, niña rica, extranjera, que escapa de una boda con un buen hombre, pero ella quiere ser libre como el viento- esta última frase la dijo con tono de chica, sonaba gracioso, pero Mae no le agradó, había crecido rodeada de comentarios como este, estaba siendo juzgada por alguien que no la conocía, como todas las demás personas.  - parece que tienes una buena información sobre mi, espero que sea suficiente- Harvey se dio cuenta que su chiste la había ofendido, estaba olvidando que no todo lo que brilla es oro, desde que salió de su pueblo se había encontrado con la realidad de la vida, sabía que no todo es como parecía, y que en este momento él estaba siendo un cretino.  - lo siento, creo que debes tener una razón sólida para salir corriendo de tu boda.  - la tengo... pero eso no quiere decir que te la diré- Mae volvió a cruzar los brazos, al estilo de una niña al hacer su berrinche.  Poco después se detuvieron a hacer compras en el comercio de paso. Mae aprovecho para comprar comida y suministros de aseo, apenas había salido con ropa de tu casa.  Harvey aprovechó el momento para hablar con la única persona que podría preocuparse por él, su abuela, una señora mayor, que solía llamar a su único nieto, cada sábado, hoy era sábado, el se adelantó a llamarla.  - hola Abu, ¿cómo ha sido su semana?  - hola Harvey, ¿ocurrió algo?  - no abu, ¿por qué lo dice?  - nunca llamas, siempre esperas a que yo te llame.  - no, todo está bien, de hecho conseguí un empleo, llevaré- pensó en disfrazar su trabajo, sabía que si le contaba que hacía podría preocuparse, no quería agregar una preocupación más a su lista- ¿recuerdas el empleo en el museo?- ella asintió del otro lado del teléfono- lo tomé, me pagaran una buena cantidad por llevar un monumento a otro estado, quería decirte que tal vez las llamaré más seguido para saber mas de ustedes.  - ¿es peligroso? - es seguro... ¿Luna esta bien?  - ayer fue su día de tratamiento, aun esta algo débil, pero luego se repondrá- el joven asintió, algo angustiado, odiaba escuchar que su pequeña hermana, cada vez estaba peor, pero tenía esperanza que saldría de esta, la novia fugitiva salió del local, lo que indicaba que era hora de volver al camino.  - me alegra, te llamaré mañana, salúdala por mi- su abuela se despidió y él colgó.  Mae lo observo un momento, luego sonrió.  - acabo de darme cuenta que ni siquiera pregunté si tenías familia- comentó en especie de pregunta, al mismo tiempo que entraba al auto, él la siguió.  - tengo familia, es decir, todos tenemos, excepto los huérfanos- aquello desapareció la sonrisa que Mae traía, lo que le indico que había vuelto a decir algo que no debía.  - ¿esposa, hijos?  - no, soy un hombre libre, creo que al estar comprometido con familia no podría hacer este trabajo.  - tienes razón- su entusiasmo se había vuelto a esfumar.  - lo siento ¿dije algo fuera de lugar?  - no, descuida... creo que es hora de volver al camino, si nos quedamos aquí no llegaremos Luisiana.  - tienes toda la razón. Pronto volvieron al camino, y el silencio volvió a reinar el vehículo. 
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