Salvada por un ángel y cosas caídas de repentes

4707 Words
Se apresuró a Colocar los útiles que utilizaría el día de clases sobre el escritorio y volvió al mismo lugar para meter los libros en su mochila para después colgársela de un hombro. Paso por el espejo para una revisión rápida. Vestía unos pantalones azul oscuro y una camiseta negra con una calavera blanca. Saco de su gaveta algún accesorio para el pelo; encontró dos ganchos pequeños de color plateado. se los colocó a un lado sujetando los mechones de pelo corto para que cayera limpiamente su flequillo de lado para mantener el corte tipo pixie que lleva desde los catorce en el pelo, es decir hace tres años —adiós familia. nos vemos en la tarde— se despidió ya en la puerta de su casa. —adiós Kaori. no te metas en problemas—le grito su padre desde el sofá mientras lee el periódico en su Tablet junto a una taza de café. —¿Cuándo lo he hecho? —le pregunto Levantando la ceja devolviéndole la pregunta divertida. El hombre se carcajeo sin despegar la mirada del aparato imitándola intuitivamente subiendo también una ceja no creyendo lo que le estaba preguntando —papa. ¿Qué significo ese gesto? La idea era que me respondieras afirmativamente no que te burlaras — —te estas escuchando hermanita— se escuchó desde la cocina una voz infantil metiéndose en la conversación — la pregunta es innecesaria— —tú no te metas Iván—le grito la chica de pelo corto. bufo por las risas del pequeño volviendo a poner la mirada en su padre —¿enserio papa? Me he portado bien desde hace tiempo, desde hace un año... no… no—se rasco el cuello indecisa tratando de echar memoria—me he portado bien Desde hace seis meses. No tampoco... bueno la cosa… —hacia memoria la chica. —no importa Kaori— la interrumpió su padre con tono cómico por la situación —lo importante es que tienes una promesa conmigo hija— la ve por primera vez desde que ella está en la sala. Sus mejillas se alzaron en una sonrisa orgulloso de lo hermosa que es su hija. una belleza que heredó de su madre. Lástima que saco el temperamento de su abuela... no todo en la vida puede ser perfecto —Papa. ¡Papa! —alzo la voz sacándolo de sus pensamientos—¿en qué estás pensando? — —nada hija, No es nada. Ten cuidado y se juiciosa con tus actividades—le dijo dirigiéndole la mirada breve volvió la vista a su lectura. —está bien. Si tú lo dice—lo ve no creyéndole —Nos vemos. Hoy me toca clase hasta las cuatro. Nos vemos más tarde— cerro la puerta bajando las escaleras pasando las rejas de la propiedad. Apenas se alejó unas cuantas calles paso a sacar unos audífonos grandes de color negros y a conectarlo a sus oídos para hacer más ameno su caminar hacia su primera clase. busco en su playlist una lista música en orden especifico que ella programo y organizo para estos momentos. No pudo evitar pensar en que realmente le había prometido a su padre no meterse en problemas este año —¡cualquiera diría que soy una problemática rebelde! —murmuro pateando una pequeña piedra en su camino. Torció un poco sus labios. Tenía que buscar un pasatiempo. Quizás podría meterse en el equipo de soccer. Había pertenecido al equipo femenino desde los doce años hasta los quince años en otra ciudad—¿por qué no... intentarlo de nuevo? —se dijo a sí misma. Divagando en pensamientos sin prestarle atención en lo absoluto a su lista de música Se le paso el tiempo volando y ya había llegado al instituto. Se colocó los audífonos en el cuello mientras le daba una ojeada a su teléfono para ver la hora. «llegue diez minutos antes, ¿ahora qué?» pensó. Camino derecho a la cancha de futbol. Se asombró al ver lo grande que era. Vio que unos niños de no más nueve años jugaban con una pelota. Mataría los diez minutos viendo a esos niños jugar. Guardo sus auriculares y se sentó en el césped observándolos en silencio.                                                                                    .                                                                                    . — Gracias por las galletas abuelita — la abrazo efusivamente. —No dejes que Erick vea la caja o se la comerá todas, cuídate—se despidió la tierna señora esta vez acompañándola hasta el jardín de la vivienda. La chica de trenzas Estaba dando pequeños saltos hacia la parada de autobús. Estaba muy ansiosa y emocionada. por el día de hoy no tendría a su chofer para que la llevara hasta el instituto, el insistió en acompañarla hasta la cafetería en donde se dirige, pero lo vio innecesario porque caminando llega dentro veinte minutos y si toma el autobús llegaría en diez minutos: claro eso implicaría que quizás la llame para buscarla. El carro hizo la primera parada se levantó y apenas piso el suelo acelero el paso hasta llegar a una cafetería muy conocida por los turistas con el famoso logotipo de Starbucks y El ambiente era cálido por la diversidad de los clientes que salen del aeropuerto que queda a cuarenta minutos de carretera del lugar y en proceso de turistear el país o llenar su estómago con urgencia pasen por este lugar. Las puertas del establecimiento se abrieron solas en cuanto piso la alfombra acorchada —buenos días señora— saludo a las empleadas que estaba en la barra de la cafetería —por favor deme dos lattes con espuma —una de las muchachas de barra asintió dirigiéndose a la máquina de café no sin antes indicarle que le harían llegar el café a su mesa — la de trenzas ubica con la mirada una buena mesa cerca del lado de la cafetería que tiene una pared recubierta de vidrio con vista hacia otros locales . saco su teléfono para jugar un juego de formar palabra parecido a un crucigrama, era entretenido como para que fácilmente pudieran pasar quince minutos sumergido en él. —tome señorita—llego la mesera con sus dos cafés. —muchas gracias—agarro las servilletas que le deje en el plato para sujetar el vaso sin quemarse las manos sosteniéndolo. Le dio una probada al suyo. ¡Grave error — Ayy! ¡Me queme mi lengua! — se abanica la lengua con prisa. Sintió unas manos en sus ojos —¿Quién es? —pregunto. — ¿Aun te quemas con el café? —soltó una risa una voz masculina detrás de ella tapándole los ojos — Que novata— —¿Erick? —se quita las manos del sujeto de su vista. Pego un grito asombrada al ver su rostro —¡Erick! — lo abrazo fuertemente —¡cuánto tiempo hermano! —apretó un poco más el abrazó y él le correspondió haciendo lo mismo con una sonrisa — ¿cómo estás? ¿Cómo está mi tío en Estados Unidos? —pregunto reincorporándome y quedado frente a frente. —Sophia, estoy bien —respondió indicándole que tomara asiento nuevamente tenían muchas miradas sobre ellos —¡new york es increíble! me fue muy bien. pero no tanto como a ti— agarro su mano y la atrajo hacia el para darle una vuelta —¡como haz crecido! ¡estas Hermosa! —la alago sincero devolviéndola s su asiento. —Muchas gracias —se tapó la cara avergonzada ya sentada — y tú no te quedas atrás ¿cuántas novias tienes? —le pregunto curiosa en son de broma. —que dices—se rio de lo que dijo la chica de trenzas— ha habido muchas, pero ya sabes. Todas las chicas de ese ambiente son puro físico y si te soy sincero nuca he tenido un noviazgo que haya durado más de dos meses— —dímelo a mí —concordó con el —¡aunque hay que admitir que las modelos de allá son bellísimas! —le comento colocando su mano en su mejilla— y entonces ¿Aún no hay nadie especial para ti entonces? —pregunto curiosa. Se acomodó la gorra un poco más en su apretó la mano ganándose una risa de la chica —te extrañe mucho por allá ya sabes, nada como hablar su idioma materno con tranquilidad — — a mí también se me hizo difícil. ¡te extrañe un montón!, pero ya sabes—le tendió el café que esta tibio sobre la mesa —era necesario y viéndolo del lado bueno ¡ahora tiene un nivel de inglés muy bueno! — El chico bajo la cabeza un poco triste y pensar que por poco y los dos fueran pasado esos años juntos por allá. En realidad, fuera regresado si no fuera por qué... — y bueno.… ¿y a ti Sophia? —cambio el tema de conversación para salir de sus pensamientos —¿ya encontraste a alguien especial? —la vio sonrojarse. Sonrió al ver que acertó —vaya, así que hay alguien— puso una mano en su barbilla para verla cómplice mientras sube una ceja con intriga. Se hizo más notorio su ligero tono rojizo en sus mejillas —que rápido fuiste en intuirlo erick —agarro su café nuevamente para dar un sorbo ocultando su pequeña sonrisa — hay alguien— —ok. prosigue— —P-pero solo me atrae. Somos muy buenos amigos y quisiera conocerlo u poco mejor—se rio por la manera en la se apresuró a aclararlo — por cierto. También te tengo que presentar una amiga que hice ayer — — ¿una amiga? ¿quién? dime— sorbió de su café recostándose en silla para más comodidad —interesante ¿puedes confiar en ella? — —creo que sí: Me da la impresión de que es una buena persona—le comento sincera —es una chica sencilla y muy pero muy distraída. encajamos muy bien en clases que hasta yo me sorprendí— —me la presentas cuando estemos allí—lanzo el pote del café en el bote de basura como si de una cesta de básquet se tratara — tengo que ir a presentar mis papeles en físico para que mi transferencia este completa— La de trenzas vio la hora en reloj de mano de su amigo—ya vámonos; son las ocho y treinta. Tengo clase a las nueve —se terminó el poco café que quedaba en su vaso y se colgó el bolso de lado— ven conmigo. Así vas a dar tus papeles en físico y conoces como es el lugar, y quien sabe. podrías quedarte a la primera clase— El chico pelirrojo arruga las cejas no muy convencido — anda erick. solo tenemos dos materias y hoy saldremos súper temprano— lo jala del brazo sacándolo de la cafetería. —está bien. De acuerdo Sophia—metió la mano en su bolsillo para sacar su teléfono y teclear un mensaje, lo guardo nuevamente—le dije al chofer que llevé mi carro y mi equipaje a la casa de la abuela—la chica asintió de acuerdo guiándolo a la parada de bus. desde que salieran la chica de trenzas se ha estado riendo provocando que le chico pelirrojo la vea irritado— ¿tú de que te estas riendo Sophia? ¿tengo algo en la cara? — —jajaja ¡mi carro! —lo imito divertida —quien te viera Erick—siguió riéndose contagiando al mismo.                                                                                       .                                                                                       .                                                                                       .                                                                                       .                                                                                       .                                                              EN EL SALÓN DE CLASES Movió la cabeza hacia adelante; se enderezo volviendo a su posición inicial que solo duro unos minutos por que cabeceo hacia delante de nuevo obligándola a abrir sus ojos fijando la mirada en cualquier lugar para no quedarse dormida en el acto. Hoy la clase empezaba a las nueve de la mañana. Lo cual es un alivio para la chica de pelo castaño; siempre se le ha dificultado madrugar. Dio un bostezo recostándose en el abrazo recostado en el pupitre. Aun así, tenía sueño. «no debí haberme acostado viendo tantas series» se dijo. Faltaban quince minutos para que empiece la clase y está de más decir que meditaba dar media vuelta y devolverse. «Sophia. ¿Dónde estás?» se preguntó. no conocía a nadie en el lugar como para entablar una conversación decente. Claro, después de todos es su segundo día. sin darse cuenta se durmió como unos cinco minutos hasta que sintió que una persona la movía suavemente. —hola Natalia—la de trenzas la sacudía tranquilamente.se sentó al lado de ella mientras colocaba su bolso en su escritorio para colocar su cabeza allí observándolo en la misma posición de descanso de Natalia. —ya era hora tardona—giro su cabeza para verla a ella aun en la misma posición de descanso — faltan dos minutos para que entre la profesora — La de trenzas la ve extrañada —¿de qué hablas? —se reincorporo en su pupitre sentándose derecha —vine a buscarte porque de mi camino para acá me dijeron que no íbamos tener clase en las primeras dos horas— —¡Que! —exclamo rápidamente se enderezo en su lugar observando a su alrededor.es cierto. Cuando llegue hace treinta minutos el salón estaba lleno. Ahora solo había alrededor de ellas siete personas y la mayoría estaban conversando, leyendo e incluso en sus teléfonos —¿Qué haremos en estas dos horas Sophia? —No iba devolverse a su casa a echar un ojo. aunque la tentadora idea rondaba por su mente —no se Sophia. Tengo mucho sueño— —Ni pienses en quedarte aquí Natalia —La regaña haciendo que la de pelo ondulado juntara los labios en un puchero de queja —tú vas a acompañarme a buscar a mi amigo —la jala del brazo sacándola del aula. —te refieres al chico del que me hablabas ayer—pregunto siendo arrastrada por la chica por varias partes de la escuela. Se le escapo un bostezo. —sí, es el. Lo deje en el edifico "B" para que se inscribiera antes irme al salón—echo la mirada hacia las oficinas directivas de la escuela buscándolo con la mirada—no está allí ¿será que se habrá ido? — Natalia estaba a punto de dar un último bostezo hasta que siente que tira de ella de nuevo haciendo que camine contra de su voluntad, pero aun siendo jalada por la chica de trenzas —no Sophia estoy muerta de sueño ¿A dónde vamos ahora? —pregunto sin fuerzas en su cuerpo. —a la cancha de futbol, quizás este allí— —¿el estudio aquí? — Le pregunto aun con sueño. Sophia sonrió—no. Pero conoce el lugar. Y conociéndolo de seguro que está caminando explorando el lugar y las zonas verdes—le conto arrastrándola hacia unos bancos que formaban parte de la cancha, pero un poco retirados de la —sentémonos allí Natalia— No pudo dar ni el primer paso ya que al momento de acercarse al asiento se estrelló contra su cabeza un balón de fútbol. esta cayó al suelo sentada un poco atontada por el golpe —¡auch! —se quejó fuerte. Se sobo el lado izquierdo de su cabeza. eso sí que le quito el sueño de golpe. —¡Natalia! —se levantó atrapando la pelota en el aire que reboto contra cabeza de la chica directo a sus manos— ¿te duele mucho? —dejo el balón en el asiento inclinándose a socorrerla. —veo estrellitas —alucinaba mareada apoyándose en los brazos de Sophia levantándose —estoy bien. solo ayúdame a sentarme, ¡Ay mi cabeza! — se quejó de nuevo ahora sentada en el asiento sujetando su cabeza. —creo que tengo un mentol aquí que te aliviara un poco el dolor—abrió su pequeña cartera con un potecito de color verde. vio como la chica cerro los ojos al sentir el contacto con la refrescante pomada —ya vas a ver que te vas a sentir mejor —hizo que se recostara en sus piernas. — disculpa—interrumpió una chica de pelo corto corriendo hacia ellas junto a unos niños detrás de ellas que las seguían — ¿han visto una pelota de futbol? — Natalia al oír la palabra pelota se sentó de golpe —¿habrás de este? — le enseño el balón a un lado ellas en el asiento. La chica asintió con la cabeza reconociéndolo — ¡ese es, muchas gracias! — comento recibiendo el balón con gusto. —¿sabes dónde cayó el balón? —le pregunto la de trenzas interrogante. —no se—negó. Cambio su expresión relajada a una preocupada—no me digas ¡¿cayo en la basura?! — puso una cara de desagrado dejando caer la pelota al piso. —¡Cayo en mi cabeza! — grite Natalia. Volvió a tocar su cabeza nuevamente un poco adolorida por alzar la voz. —mira. discúlpame, lo lamento mucho — un poco apena dio una reverencia con la cabeza levemente por auto reflejo Que sorprendió a ambas chicas. —¿eres nueva no? —pregunta la de trenzas recordándola. —sí. soy Kaori Yamamoto— se presentó —de hecho, Ayer estuvimos en la misma clase — «¡ella es la chica japonesa» pensaron Natalia y Sophia. —soy Sophia y mi amiga es Natalia —se presentó ella y a la chica de pelo ondulado que tenía los ojos cerrados masajeando su cabeza. —mucho gusto—le sonrió, dirigió su mirada a Natalia—¿te duele mucho? — la chica negó. —lo lamento mucho. no debí patear tan fuerte— «¿tú crees que con una disculpa se acomoda todo? claro que no. ¡aún me duele la cabeza! “pensó. Pero termino riéndose mentalmente de su pensamiento. Ella no es así —no te preocupes. ya se me está pasando—le dijo tranquilizándola. —¿te gusta el chocolate? —le pregunto directa. —¡¿Chocolate?! —pregunto confirmando la pregunta de ella por la emoción que presento en decir la palabra. De repente se le fue el dolor de cabeza. —Me acorde de tu presentación ayer, donde decía que te gustaba mucho—la de corte pixie vio como ella bajaba la cabeza apenada recordando su presentación lo que le saco una sonrisa de ternura— tranquila. Espera un momento. Niños, sigan jugando—Los niños inflaron sus cachetes en protesta de lo que le dijo la chica. Se estaban divirtiendo desde que ellas empezaron a jugar con ellos —dentro de poco tengo clase así que lo mejor es que sigan jugando. Vamos a la cancha —se fue con ellos a la cancha dejando a las dos chicas solas por varios minutos en los que regreso con su mochila. —miren lo que tengo conmigo—abrió su mochila sacando una pequeña cajita de diez bombones. Se los extendió a la chica de pelo ondulado—te los regalo; tengo mucho de esos en mi casa. Mi padre tiene un hermano que trabaja en una fábrica de chocolate así que siempre tenemos paquetes de dulces —le explico la chica de pelo corto. —¡Muchas Gracias! —grito animada olvidando su pesado dolor de cabeza de hace unos minutos —¡Claro que te perdono! —la abrazo efusivamente. Kaori abrió los ojos sorprendía, pero aun así correspondió el abrazo. Enseguida destapo un chocolate probándolo; dio un pequeño grito por el sabor —¿quieres Sophia? —no espero a que respondiera y le dio uno. también le extendió una también Kaori. La de pelo corto y la de trenzas se vieron entre sí; Se rieron por lo cómico de la escena —parece que literalmente olvido su dolor de cabeza. nos llevaremos muy bien —comento Sophia a Kaori que asintió de acuerdo. vio que la de pelo ondulado se levantaba del asiento— ¿adónde vas Natalia? —pregunto aun masticando el dulce. —espérenme aquí—dijo eufórica—tengo unos pancitos dulces en el casillero que podemos comer. ¿quieren? —ambas asintieron— no me tardo—se fue tarareando una melodía. —No había he visto una persona que cambiara de ánimo tan rápido como lo hizo — comento Kaori atónita observando a Natalia a lo lejos aun tarareando con buen ánimo —¿ella siempre ha sido así? —pregunto divertida Kaori. Sophia negó con la cabeza—Natalia es muy alegre. No tengo mucho de conocerla, pero creo que es muy graciosa. Me sorprende como reacciono— —¿ustedes se conocen desde cuándo? —le pregunto la de pelo corto. —no mucho, la conocí ayer—le dijo escuetamente—oye Kaori. ¿Cuánto mides tú? —le pregunto casual cambiando de tema. —¿ehh? —eludió extrañada por la pregunta, pero aun contestándola— La última vez que me medí media uno con setenta ¿Por qué? — —¿enserio? —la vio asombrada —¡es perfecto! Tú eres a quien necesito ¿te gustaría ser mi modelo? — La cara de Kaori era todo un poema en este momento. No la entendía del todo—¿a qué te refieres? ¡tú que…!—pregunto intranquila.                                                                                  .                                                                                  .                                                                                  .                                                                                  .                                                                                  .                                                                                  . Un chico de pelo rojo está saliendo de la oficina de control de estudio, se mantuvo allí para formalizar su traslado cosa que dura treinta minutos. giraba su cabeza y su torso mirando a los alrededores inquieto. Saca su teléfono escribiendo un mensaje. “y ahora qué? me dijiste que vendrías a buscarme hace cuarenta minutos Sophia» texteo. Cuando se alejé de Sophia fue para estar con sus padres en viaje de negocios. Ellos no confiaban en dejarle con nadie así que continúo mis estudios en estados unidos. Después de la escuela tenía que hacer varios cursos que sus padres le hicieron tomar así que el tiempo para distracciones era totalmente escaso y añoraba un “tiempo” para relajarse de las responsabilidades. «y eso que aun No le dicho a Sophia lo mucho que tuve que estudiar para que mis padres me dejen venir aquí. ¡y por supuesto, también que los padres de Sophia hablaran con mis padres!» se dijo a si mismo mientras caminaba con las manos en los bolsillos caminado todo el lugar, quizás con algo de suerte se la encontraba. Mientras más avanzaba más se entretenía explorando las instalaciones; no se comparaban con olas de estados unidos, pero para ser España quedo impresionado en cómo estaban las instalaciones y jardines —cómo ha cambiado este lugar— accidentalmente choco con alguien que estaba de espaldas frente al baño de hombres— disculpa, no lo vi— —¡fíjate por dónde vas! —le grito de mal humor un chico pálido de pelo recogido rapado a los lados. No sin antes empujarlo con el hombro. —oye te dije que lo sentía—le alzo la voz devolviéndole el empujón. —¡¿quieres pelea rojito?! —lo enfrento quedando casi juntando sus frentes retándolo —¿eres nuevo o qué? creo que no me conoces— —no. ni me entereza ¡¿Cuál es tu problema?! —le alzo la voz con una expresión irritada. “qué haces? esto no vale la pena» Respiro un poco para calmarse. No quería hacer un escándalo. —escucha. No quiero tener enemigos ok. es mi primer día aquí. así que dejemos esto así. —se dio la vuelta para irse. —te diré una cosa—lo enfrento de nuevo—Sera tu primer día. ¡y tendrás un ojo morado como bienvenida! —lo agarró por la camisa dispuesto a darle un golpe, pero pasó la directora por allí, y lo soltó rápidamente. La mujer mayor lo vio mientras se acomodaba los lentes dudosa de la situación —¿pasa algo Gómez? — —no. como cree directora— negó fingiendo una sonrisa — solo le doy la bienvenida al nuevo estudiante— —ah usted debe ser Erick Miller —lo reconoció enseguida —espero que se ponga al día con el horario de clases y las instalaciones y que cumpla todas las reglas. Pasen buen día— siguió de largo su caminó. los dos jóvenes esperaban que desapareciera de su vista. —¡qué esperas! —lo reto el pelirrojo—¿todavía quieres pelear conmigo? —le dirige una mirada de odio y burla. Ya había perdido ya el sentido común con este tipo. Aceptaría lo que proponga. El de ojos verdes soltó una risa simplona—me encantaría hacerlo ahora mismo rojito —sementó con odio devolviéndole la misma mirada llena de rabia que el — pero ahora no quiero ganarme una expulsión— —no te costara tenerla —le provoco un poco. —no juegues con mi paciencia imbécil. Agradece que no pueda ahora…—dicho esto se fue dándole la espalda. Empezó a caminar para quitarse las ganas de entrar en una pelea. «menudo tipo» arranco una hoja de palmera seca tirándola al mismo jardín en un intento por calmar su rabia hasta que sintió su garganta seca—tengo sed—murmuro. Buscaba con la mirada algún filtro de agua. Camino ambos edificios en busca del filtro de agua algunos están vacíos así que los dirigieron al otro edifico. Lo había encontrado justo a unos metros de una escalera. acelero sus pasos. se llevó la decepción cuando nota que no tenía un vaso para tomar el preciado líquido que le pide su garganta. —no jueguen conmigo—dio un leve golpe al filtro moviéndolo un poco de lugar. ¡Por poco y lo tumba al piso! —este no es mi mejor día—se quejó en voz alta recargándose de la pared. «ojalá algo bueno me cayera del cielo» se dijo aun junto al filtro. Rio amargamente por su tonto pensamiento. «si. Como en las películas. Donde cae “la chica perfecta o dinero del cielo”» se rio en su mente por su pensamiento. No dio ni un paso cuando sintió algo que impactaba contra su cabeza. Soltó un alarido de dolor —¡Auch! ¡que cayó en mi cabeza! — —¡Noo! ¡mis panes, mis chocolates! ¡Mis bebes! —grito una chica desde el primer piso del edificio. la chica Bajo las escaleras rápido sin prestar atención a lo que tenía en frente de su camino —¡espero que no se hayan dañado! —bajo las escaleras súper rápido sin poner atención al letrero que dice “precaución, piso mojado. No pasar” la chica se resbalo de inmediato. —¡eso dolió! —El chico ve hacia arriba adolorido buscando a la persona que dejo caer la caja sobre él, miro hacia el suelo y recogió las cajas «¿esto qué tendrá?» escucho un grito cerca de el: por auto reflejo volteo a esa dirección. en ese instante vio que se estaba resbalando una chica cerca de las escaleras. Fue tanta la velocidad con la que resbalo que se cayó recto por una parte e las escaleras sin protección que debía ser acomodada a dos metros del suelo —¡por Dios! —exclamo. lo primero que hizo fue moverse a atajarla o sostenerla. La jalo fuerte que hizo que cayera sentado, pero aun sujetado a la a la chica en su pecho. Por alguna razón la chica aun cerraba los ojos. supongo que del miedo y la sorpresa. Se veía asustada. “que hermosa es” pensó. tenía un buen cuerpo. era una chica de pelo ondulado castaño oscuro y mejillas rosadas. empezó abrir sus ojos. se quede perplejo al tenerla viéndolo a los ojos muy cerca de su rostro y sorprendido por los expresivos y grandes ojos que poseía. sin darse cuenta le devuelve la sonrisa enternecido.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD