Nuevos compañeros y enemigos

4749 Words
Iba corriendo hacia el edificio para buscar algunos panes dulces para compartir con Sophia y Kaori que me esperaban en la cancha de futbol. Llego a los casilleros que se encontraban en tercer piso de uno de los edificios que según recuerda es el “B” para contar los panes que traje. Sonrío al ver que si alcanzaba para compartirlo con ella —valió la pena hacer más de cuatro para el día de hoy— cerro el casillero. Mientras, iba jugando con la caja de panecillos, pasándola de mano en mano por los aires, coloco la caja de chocolates encima de la de panes jugando a equilibrarlos con una sola mano. Cosa que no debió porque perdió el equilibrio de la caja y termino cayendo al otro piso por la barandilla —¡Noo!¡mis panes, mis chocolates! ¡mis bebes! —se inclinó en la barandilla viendo como caían inevitablemente, noto que le cayó en la cabeza a alguien así que se apartó de la barandilla de inmediato. Pego una carrera rumbo a las escaleras sin ver a quien se llevaba por el medio —¡espero que no se hayan dañado! —No quería imaginar que alguien lo haya pisado —¡esto solo me pasa a mí!¡quien me mando a jugar con eso! ¡obvio de que se iban a caer! —ya había bajado as escaleras e iba llegando al pasillo. Pero sintió el piso resbaloso perdiendo el control de sus piernas patinando por el piso húmedo—¡Kyaaaaaaa! — grito. Sintió que el tiempo y el momento iba en cámara lenta, quizás era una premonición de algo. «¡hasta aquí llegue. adiós mundo cruel! “decía en su mente para mí misma mientras solo le quedaba cerrar los ojos y esperar el inevitable golpe. golpe que nunca llegó. sin que ella lo esperara sintió alrededor de ella unos brazos muy fuertes sujetándola. Abrí los ojos lentamente y se encontré con un ángel de ojos azules color oscuro bueno.... Quizás exagero» tenía unos ojos azules que me impactaron; era pelirrojo dando a anaranjado junto a una gorra que por cierto se le fue un poco para atrás con la caída «es realmente hermoso» se quedó sin palabras, sin expresión alguna, estaba asombrada. «ya reacciona tonta» se regañó a ella misma. Le dio una sonrisa de agradecimiento y teniéndolo tan cerca Lo abrazo fuerte —¡gracias, gracias, gracias! —repitió bastante sin atreverse todavía a verlo a la cara. El chico estaba un poco shockeado. Estaba sorprendido por la hermosa sonrisa de la chica y el abrazo repentino — tú eres la chica que dejo caer las cajas sobre mi cabeza—afirmo dudoso recogiendo las cajas del suelo, Pero las tuvo que volver a soltar cuando sujeto a la chica que aún se sostiene de él. La chica se encogió un poco separándose del chico apenada. No quería verlo a la cara. Tenía mucha vergüenza además de que las personas que pasaban por allí se les quedaron viendo y aún seguían allí con su mirada fija en ellos atentos a cualquier movimiento— enserio lo siento. No fue mi intención—Se inclinó a recoger las cajas Ni siquiera se molestaría en revisar su contenido. corrió con todas sus fuerzas como si no hubiera mañana fuera de la vista del chico. ¿era cobarde? sí. lo era. pero se lo permitiría por esta ocasión. El chico vio cómo se iba confundido. Vio al piso. Al parecer algunos dulces se habían salido—¡oye, espera! — la llamaba. Pero no vio para donde había ido. —cuando la vea le devolveré lo bombones —pensó con decisión, después todo no iba a poder olvidar su rostro y en cualquier momento tendrían que encontrársela. . . . . . . . . Natalia salió corriendo del lugar tan rápido como le dieron las piernas. ya considerando la distancia. Empezó a caminar más relajada cuando vio muy cerca la cancha de futbol. encontró a Sophia hablando animadamente y a una Kaori con la mirada perdida. Parecía que el tema no la tenía muy animada. —por fin—le grito la de pelo corto a Natalia a un metro de ella—esta chica quiere convencerme para que sea su —callo a ver la cara de esta—¿a ti Qué te paso? ¡Tienes las mejillas muy rojas! — —¿por qué tienes esa cara Natalia? ¡pareces tomate! — se burló la de trenzas— vienes corriendo ¿alguien te hizo algo? — La chica hincho sus mejillas para medir su temperatura. se tapó las mejillas nerviosas por lo caliente de estas —chicas ¡no saben lo que me paso! —tomo asiento junto a ellas en los asientos de la cancha de futbol. —¿Cuánto me tarde? —pregunto antes de continuar. —para lo cerca que queda el edifico, tardaste mucho. unos quince minutos más o menos —contesto la de pelo corto —¿no encontrabas lo que ibas a buscar? — —¡Los panes! —exclamo Natalia abriendo rápido la caja. Soltó un suspiro de alivio. Ninguno estaba en mal estado ni aplastado. Le entrego uno a cada una con una sonrisa —los hice yo. Son de esencia de limón. Pueden combinarlos con los bombones—abrió la caja de bombones para que ambas agarraran uno y se los comiera a su gusto. Ambas agarraron con confianza un pancito y un bombón para comerlo juntos. Ambas se vieron perplejas —esta delicioso—dijeron al mismo tiempo. —Me alegro mucho —saltaba de emoción en su asiento. —¿puedo comer este? —pregunto la de pelo corto. —está bien—le dio luz verde para que ella lo agarre cosa que hizo enseguida. —este lo guardare para el amigo de Sophia— dijo escuetamente Natalia. Haciendo la de trenzas se atragantará con el panecillo — que te paso. ¿estás bien Natalia? —le daba palmadas por la espalda. —Como pude olvidarlo. ¡qué mala amiga soy! ahorita vengo —se levantó apurando el paso lejos de la cancha. —genial, viene una y se va la otra—comento Kaori mientras masticaba con gusto su pan dulce. Examino a la de pelo ondulado —¿te duele aun la cabeza Natalia? — —tranquila. Ya se pasó— le sonrió para que no se preocupara —Kaori ¿te gusta mucho el futbol? — Sonrío ante la pregunta —sí. me gusta. estuve en un equipo femenino en mi antigua escuela —le conto con confianza— pienso anotarme en el club de fútbol. Claro, si es que hay uno— —Si quieres después de clases te digo en donde anotarte— —seria buenísimo—sonrió de oreja a oreja— ¿Me acompañas después de clases? — —con gusto Kaori—se ofreció Natalia. .. .. .. .. —¡Como pude hacerle eso a mi amigo debo encontrarlo! —no tuvo que caminar mucho porque lo vio salir de la biblioteca entregando un vaso. Ni idea del por qué —erick—lo llamo. El chico termino de dar las gracias por el vaso prestado. Se dio la vuelta para seguir su camino. Vio a la chica de trenzas — Sophia, embarcadora. Estaba a punto de irme de aquí— —lo siento. Te olvide— —me olvidaste? No soy un juguete Sophia—le dijo en broma. —jajaja no es lo que quise dar a entender erick—se disculpó sincera mientras lo agarraba del brazo dirigiéndolo hacia la cancha —pero no te preocupes. la Profesora no viene. mandara a un suplente tenemos unos minutos antes de entrar a la siguiente— —oye Sophia. ¿conoces a una chica Hermosa, de ojos grandes? —le pregunto de manera “casual” —¿de quién hablas erick? ¿chica hermosa de ojos grande? —se ríe viéndolo dudosa haciendo que el chico viera a otro lado por la descripción que acabo de dar, ni el mismo se quería escuchar— vente. te voy a presentar a dos amigas mía— —está bien vamos—la seguía sin oponerse. Mientras se acervan escuchaban la conversación de ambas chicas; una chica pelo corto y otra de pelo ondulado que les daba la espalda. — no crees que exageras con eso Natalia— —¡claro que no Kaori! —contradecía —en mi casa mi papa me prohíbe comerlos porque me dan mucha energía— Ambas voltearon a ver a la chica de trenzas que venía acompañada de alguien detrás de ella—que rápido fue eso Sophia—dijo Kaori. —les presento un amigo mío—lo suelta del brazo— él es Erick; es un amigo mío de infancia prácticamente crecimos juntos y entra a nuestra clase hoy— —hola Erick soy Kaori — lo saludo agitando su mano desde lejos. —mucho gusto Kaori—la saludo. —ella es Natalia—presento la de trenzas a la de pelo ondulado que les daba la espalda. la chica volteo encarando a ambos. ladeo la cabeza y abrió más los ojos al reconocer a ese chico pelirrojo de hace unos minutos que de hecho... huyo de el hace uno minutos. —¡Eres tú! —dijeron al mismo tiempo. —¿tú qué? no entiendo—hablo Kaori con una expresión confundida. La chica de trenzas los ve con la misma expresión que Kaori —¿ya se conocen? —ambos asintieron— Natalia él es Erick. vino hoy y es Nuevo al igual que ustedes. espero que se lleven bien— —Kaori, Sophia él es chico me salvo hace minutos—les informo con voz segura aun con la mirada fija en el. —¿Cómo que te salvo? —preguntaron extrañadas Kaori y Sophia a la vez. —ok. Creo que exagere un poco—se carcajeo avergonzada. —¿Por qué te fuiste corriendo? —pregunto el pelirrojo. —me daba pena—explico la chica aun un poco avergonzada—de nuevo gracias ¿no te dolió mucho cierto? —pregunto ante la atenta mirada de ambas chicas. —no. no me dolió— mintió creíblemente. sacó de sus bolsillos varios chocolates— se salieron estos chocolates de la caja que traías. —se los ofreció para que los tomara. —no importa quédatelos—los rechazo devolviéndoselo. —¿segura? —la chica asintió segura—abrió uno y se los comió con tranquilidad —¿te llamas Natalia? —pregunto. La de pelo ondulado asintió—sí. ¿Tú debes ser erick? —le pregunto la chica. Pero sonó más como afirmación — ¿cómo sabes mi nombre? —pregunto rascándose la cabeza. Sonrió un poco viendo a la chica de trenzas—Sophia me ha hablado de ti desde ayer— —ella es la chica que te dije que conocí erick—apoyo el comentario de Natalia Sophia. —no quiero interrumpirlos—los interrumpió la de pelo corto mientras agarraba la caja con el único pancito que quedaba y se lo daba al pelirrojo pasando por su lado — pero debemos irnos. la clase va a empezar dentro de pocos minutos— —¿tú crees? —pregunto la de pelo ondulado Siguiéndolos porque ya habían adelantado el paso y si se atontaban la dejaban. A erick le toco en la misma sección lo que implica que concordarían mucho en las materias en clase. Apenas entro al salón se robó las miradas de todos y algunas miradas intensas de algunas que no le quitaban los ojos de encima. Entro un profesor mayor pero no superando los cincuenta y fácil de reconocer por su pelo de canas que parecen mechas por tinte —buenos días, soy el Profesor Héctor— se presentó dejando su maletín en el escritorio. —estaré encargado de darle la materia de estadística y literatura. quizás me verán algunos días a la semana, pero antes de empezar con la clase de hoy le presentare a un nuevo alumno pase adelante joven Miller Preséntese ante la clase— —buenos días—se levantó del asiento poniéndose en frente de todos. se escucharon algunos suspiros— mi nombre es Erick Miller, tengo diecisiete años y espero pasar un buen momento aquí con todos—se presentó sencillo y rápido. —gracias. tome asiento y empecemos la clase— hablo el profesor. El chico tomo asiento. Giro la vista y vio a las tres chicas subir el pulgar. Las imito aprobando el gesto de ellas. . . . . . Después de clases . . —por fin terminamos—dijo en voz alta la de pelo corto. fueron dos horas de clases. le toco el hombro a la de pelo ondulado— Natalia. ¿Vas a acompañarme a buscar donde se reúnen los del equipo de futbol? —le recordó mientras guardaba sus cosas en su bolso. —menos mal que me recordaste— agradeció tocándose la frente con una mueca de olvido en su rostro—por poco y me voy. Sophia, erick. Nos vemos mañana—se despidió de ambos con la mano gesto que imito la de pelo corto. —nos vemos chicas—se despido igual La de trenzas. espero a que las dos chicas se alejaran lo suficiente para avanzar con erick fuera del edifico —Erick ¿cómo conociste a Natalia? —pregunto. El chico sonrió de repente —no se te escapa nada Sophia— —ya me conoces, empieza a hablar ahora—lo ve atentamente. Soltó un suspiro resignado. No podría evitarla. Cuando se empeña en algo le costara perder el interés —no es nada importante Sophia. estaba caminando. buscaba un filtro de agua —Sophia asentía indicándole que lo escuchaba e igualaba el mismo paso y ritmo al caminar—caminé por varias partes, pero para mí mala suerte todos estaban vacíos, encontré uno debajo de unas escaleras. en ese momento sentí un golpe en mi cabeza —cuenta escenificando el golpe—ella había dejado caer por accidente unas cajas— —te cayeron encima ¿cierto? —se adelantó Sophia. mueve la cabeza repetidas veces de un lado a otro con humor —Natalia es demasiada distraída. Continua — —después de eso vi que iba bajando las escaleras hasta que.. — quedo pensativo al recordar el encuentro que tuvo con la chica. La de trenza se le quedo viendo curiosa, hasta había dejado de caminar—ok prosigue — el chico se quedó pensativo y sin decir nada— prosigue erick, ¡ya, continua! ¿en qué tanto piensas? — —¿de qué hablas? —le pregunto haciéndose el desentendido. —¿porque estás sonrojado? —pregunto con toda la intención de que hablara. El pelirrojo soltó una carcajada nerviosa «¿cómo salgo de esta? “pensó. En ese momento llegó alguien acercándosele por detrás hasta igualarlos. El pelirrojo Se le quedo viendo al rostro. Se le hacía raramente conocido. —hola Sophia—lo alcanzaba un rubio de ojos azules ya casi en la salida de la escuela — quería saber si me prestas los apuntes de biología— —déjame buscarlos— hurgaba en su cartera sacando un libro de color azul con una mariposa den medio —aquí tienes— —me lo devuelve cuando nos veamos en esa clase— el rubio acepto el cuaderno guardándolo de inmediato. En lo que hace eso Observa con más detalle al pelirrojo— me resultas muy familiar —dijo poniendo su dedo índice en el cachete—¿te conozco? —pregunto al fin. — yo pienso lo mismo, también me pareces conocido —lo enfoco más de cerca— espera. ¿Andrés? ¿eres Andrés Marcano? —— — si. soy yo—cierra un poco los ojos también enfocándolo—Erick, Erick Miller ¿eres tú? — —si hermano— los dos se vieron boquiabiertos aun sin creérselo. se dieron un fuerte abrazo acompañado de un choque de mano— ¡vaya, has crecido bastante! — —no has cambiado nada—le comento el rubio. —paren el mundo—hablo la de trenzas metiéndose entre ambos —me acabo de perder ¿desde cuándo se conocen? — —lo conocí hace cuatro años Sophia. Cuando cumplí los trece años—le narraba el pelirrojo. —¿pero ¿cómo? ¿Cuándo? cuéntenme—los agarro a ambos por el brazo. —nos conocimos en Londres—continuaba el relato Andrés— mi papá y su papá estaba de acuerdo para unos negocios. y ya. Eso es todo— la chica frunció el ceño no muy convencida—ustedes los hombres siempre cuentan sus historias a medias—se quejó. —y ustedes las mujeres dramatizan todo—contraataco el rubio. —se tenía que decir y se dijo Sophia—concordó el peligro apoyando a Andrés. —¿qué quieren decir con eso? —dijo acercándose a Erick con cara de pocos amigos. —nada. nada — se retractaba Andrés. Se acercó a erick— cuando se molesta puede llegar a dar mucho miedo —le susurró al oído. El asintió con la cabeza — estoy de acuerdo contigo— —casi lo olvido—Sophia abrió su cartera y saco un paquete mediano de galletas caseras— mi abuela hizo galletas de mantequilla y de limón— mostro la bolsa llena de puras galletas ligadas. —¡Galletas de mantequilla y limon!— dijo emocionado— dame acá — con eso de un salto se acercó a Las galletas y se las empezó a devorar todas. —erick. No te las comas todas—le decía intentando quitárselas, pero la altura de este le llevaba ventajas —¡no seas egoísta! — —tenía tiempo sin probar las galletas de la abuela—se las comía sin remordimiento—tú has estado con la abuela más tiempo que yo, seguro has comido un montón— —anda erick—intervino el rubio— Deja que yo pruebe las galletas de la abuela también—y en momentos acompañó a su amigo en la gran batalla por las galletas con sophia. la chica levanto ambas cejas perplejas por cómo estos dos peleaban o más bien jugaban por ver quien se quitaba la bolsa de las galletas «a veces me pregunto cómo pudo gustarme este chico» razonaba para ella misma «soy tan bipolar» se rio mientras los veía devorar esas galletas. Menos mal que se guardó varias galletas para ella antes de darle el paquete. la abuela había acertado. Apenas vio las galletas las devoro con ganas. Con Natalia y Kaori Ellas se dirigieron al edifico "c" donde se suponía que estaban los de futbol, pidieron indicaciones y la mayoría les dijeron que quedaba detrás del edifico “C” dando hacia la cancha, pero un lado menos conocido. “sí que supieron darles información. Y hasta de más” las agarro por sorpresa saber que el año pasado cambiaron de ubicación y se reúnen en un aula cerca de la cancha de futbol tratándose de un viejo deposito que les dieron permiso de usar. —¿seguro de que es aquí Kaori? — le pregunto Natalia. —claro que si —aseguro adelantándose —eso me dijo el profesor de educación física— a unos metros vieron una pequeña puerta —este debe ser. vamos a tocar —toco la puerta en repetidas ocasiones. A la tercera salió un muchacho de tez blanca ojos de color grises pelo marrón con un peinado puntiagudo—hola, buenas tardes—saludo la de pelo ondulado. —hola. ¿qué quieren? —pregunto directo. La de pelo ondulado se encogió un poco de hombros. el chico ya le parecía un poco grosero por el tono de voz. La de pelo corto tomo la palabra al notar que Natalia no prosiguió—soy Kaori y ella es Natalia ¿tú eres? —pregunto por simple cortesía. —Soy Santiago ¿buscas a alguien? —le pregunto. — ¿aquí está el equipo de futbol? —pregunto la de pelo ondulado de una. — si. Aquí nos reunimos el equipo de fútbol ¿Para qué? — —quiero inscribirme en equipo de fútbol, algún problema— dijo lo último intimidante e irritada por la aspereza del chico. —no ninguno—negó rápido— solo que ninguna chica había estado interesada en esto desde...—se calló rápido. lo que iba a decir no venía al tema — olvídalo. síganme— el muchacho las dirigió a un salón. donde estaba un chico de piel un poco pálida cabello rapado a los lados y el cabello de arriba atado a una coleta, estaba rodeado de varios chicos. Al parecer estaban en una reunión de equipo pues había una pizarra con estrategias de juego y posiciones. «¿aquí es?» pensó Natalia asqueada, «parece que no fueran hecho limpieza aquí en un buen tiempo» Estornudo un poco. Si. en definitiva, se nota que no han limpiado. Ambas enfocaron al chico que estaba frente al pizarrón. Ya lo habían visto antes. El primer día. El chico de pelo recogido de ojos verdes se giró para verlas —¿y ustedes a quienes han venido buscar? —pregunto— ¿Cuál de ellas es tu novia Santiago? —pregunto divertido —¡Que! —ambas lo vieron escéptica. —no ¿cómo crees? —se ganó la mirada incrédula de ambas. — ella viene a inscribirse en el equipo de futbol—señala a Kaori —¡que! —pronuncio seco e incrédulo. sintió algo extraño en su estómago. Se dirigió hacia las chicas —Lo siento. en el equipo no permito que entren mujeres —señalo el edificio c—que tal si te apuntas al de peluquería o cualquier otro. Hay muchas actividades allí—sugirió de buena manera. La chica de pelo corto sintió que le entraba aire caliente por los pies subiendo por todo el cuerpo. Parece que la situación se va poner complicada —¡como de que no aceptas mujeres aquí! —lo enfrento un poco. —¿tienes algo en contra? ¿eres machista? —zarandeo de preguntas un poco alterada. Escucho varios murmullos alrededor de ellas ya que la rodeaban catorce chicos. «¡qué determinada!» «¡la de pelo corto es sexy»! ¡hey, la de pelo ondulado, tienes numero! Se escuchaban que pronunciaban. —¡no! — grito la de pelo ondulado al oír el comentario sobre ella. Acompaño a Kaori frente al chico —¿vas a dejar entrar al equipo a Kaori? —pregunto un poco cansada del agotador día de clases. No quería que haya una pelea innecesaria. —¿Por qué debería? —contrarresto el chico —váyanse. estábamos ocupados antes de que llegaran —les dio la espalda para volver al pizarrón. —ok—dijo Kaori. arrastro una silla para sentarse. No tenía intenciones de irse hasta recibir una respuesta positiva —no me moveré de aquí — se escucharon varios murmullos. —¿y ahora que vas hacer Jackson? —decían entre risa los del equipo —vamos. Déjela entrar. Y que fuera la primera vez que una chica estuvo en este equipo capitán —murmuro uno muy bajo pero que fue escuchado por el de ojos verdes. Que al parecer no le cayó muy bien el comentario fuera de lugar y lo vio con una mirada fulminante que lo hizo bajar la cabeza. —Que inmadura eres —voltio los ojos molestos el de ojos verdes—¿tan difícil es buscar otra manera de entretenerse niña? —vio a la chica de pelo ondulado—oye tu ¿puedes hablar con tú amiga para que se retire? Me están estorbando aquí—le dijo sin medir su voz irritada. La de pelo ondulado subió una ceja incrédula. soltó una carcajada muda por la actitud de este también —estás loco, no hare eso. yo también me quedo aquí con ella—arrastro una silla sentándose al lado de la chica de pelo corto; ambas chocaron los cinco —¿Qué harás ahora machista? —lo vio directamente a los ojos teniendo ojos verdes contra ojos verdes y un sentimiento de soberbia en ambos. «esto no puede estar pasando» pensó incrédulo —tienes cinco segundos para irse. Uno, dos, tres, cuatro….cinco —termino de contar, pero ellas seguían allí viéndolo con desafío. Suspiro —con que así quieren las cosas. Está bien, hasta aquí llego mi paciencia. Santiago—llamo al chico que aún seguía viendo lo que pasaba divertido también —Santiago, ayúdame aquí— — ¿Qué pasa? Que quieres que haga yo. No soy amigo de ellas. es más. Es primera vez que las veo—pregunto acercándose el chico peinado puntiagudo que las recibió. — sí. ¿qué nos vas a hacer? —se contuvo de reírse la de pelo corto — ¿cargarnos? — dijo en un tono burlesco La de pelo ondulado. —tenía otra cosa en mente, pero me lo facilitaste pelo de resorte— hablo subiendo las cejas junto a una ancha sonrisa.se gano una mirada de reproche de parte de la mencionada—no eres tan burra como aparentas— —¡que intentas decir pan de leche! ¡tú tampoco aparente ser muy listo para que me digas burra! —chillo molesta Natalia insultándolo. —No podrías cargarnos—lo decía con voz divertida Kaori— No podrían levantar ni una pelota medi...— no pudo terminar la oración ya que Jackson la tenía cargada sobre sus hombros como si fuera un saco de papas — ¡Oye, ¡Bájame, Bájame ahora! — da golpes en su espalda. Se rio por lo ligera que se sentía —No pesas nada bonita—se burla de ella sujetándoles las piernas unos centímetros debajo de su trasero para que no le patalee el pecho Kaori Desorbitó los ojos con sorpresa al sentir las manos del hombre cerca de su retaguardia —¡Cuidado con poner tus manos en lugares que no debes imbécil! —no paraba de darle golpes. Pero lamentablemente este le superaba mucho en fuerza. La estaba alejando del salón así que incremento sus golpes aún más desesperada. Natalia ve un poco asustada como se llevaban a su amiga. No sabe por qué, pero el miedo la paralizo y no reacciono cuando ese chico se la llevo en contra de su voluntad. vio al chico de ojos grises y cabello puntiagudo dirigirse hacia donde estaba ella —Santiago o como te llames ¿¡qué vas hacer?!— se aferraba más a la silla como si su vida dependiera de eso —¿No hay alguna manera de que negociemos? —intentaba conversar con él. —¿te iras de aquí? — —¡que! No traicionare a Kaori ¡no me moveré! —ve la sonrisa malvada del chico. Traga pesado —p-pero. Se hacer panes muy ricos. Me queda uno en mi bolso. Si me dejas es tuyo — El chico la ve incrédulo. Que chica más rara— entonces creo que no hay trato— la sujeta de la cintura para alzarla sobre sus hombros, aunque tuvo que pedir ayuda por no quería dejar la silla. Finalmente empieza a caminar con ella fuera del depósito —si fueras cerrado tu boca quizás no estuvieras aquí. Debiste de haberte ido con tu amiga— —¡Suéltame, suéltame! —empezó a patalear encima de él haciendo que alguno de sus gritos le llegaran cerca de su oído aturdiéndolo. —¡si eres chillona! —se quejaba de su estruendosa voz. — ¡No. No. no! ¡Bájame! — pataleaba y cerraba su puño golpeando su espalda. — ¡deja de moverte mocosa! — alzo la voz un poco fuerte, pero aún no conseguía que se callara y que le perjudicara el oído. maldijo en voz baja mientras la lleva también alejada de donde se encontraban siguiendo un poco de lejos a Jackson que viéndolo como batalla con la chica de pelo ve que la tiene más difícil que él.
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