30

1962 Words
Bajé la cámara para mirar aquel misterioso sujeto, pero éste en cuanto captó mis intenciones se subió presuroso a un auto n***o, me parecía aparentemente familiar, aunque todo fue tan rápido que no pude distinguirlo bien, así que ignorando todo seguí mi camino; iba despacio mientras admiraba el cielo, quería disfrutar el fascinante ambiente mientras estaba sola, pasé cerca de una licorería lo cual me incomodó ya que había una pareja besándose en frente de aquel lugar y un señor ebrio me estaba adulando, por lo que aceleré el paso irritada hasta finalmente llegar a casa de Charlie. Toqué el timbre dos veces ya cansada de la caminata e inmediatamente salió Charlie para abrirme la puerta principal de entrada. -¡Rizitos! Te estábamos esperando. - Añadió Charlie sonriente abrazándome. -Bueno aquí estoy... ¿Y a que se debe tanta felicidad? Ah ya sé. -Mis prioridades están hoy conmigo, ¡ven entra!. Entré al porche y esperé a que cerrara la puerta. -Charlie no estoy de muchos ánimos, solo vine porque no quiero estar en casa. -Ay rizitos lo entiendo, con razón esa carita tan larga, pero tranquila nos vamos a divertir y te sentirás mejor. No respondí nada solamente entré a la casa con expresiones neutras para sentarme en una silla poltrona, allí mismo estaba sentado George en el sofá mientras tomaba una copa de vino, ninguno de los dos dijo ni una palabra hasta que llegó Charlie. -¿Por qué tanto silencio?. - Comentó colocando música desde un equipo. -Yo te dije que no estoy de ánimos Charlie. Sentía la pesada mirada de George pero en cuanto volteaba a verlo, él rápidamente apartaba su mirada. Estaba extrañamente silencioso y quieto, suponía que estaba molesto porque había sido cortante con él, aunque no estaba completamente segura de que esa haya sido la razón, sin embargo tampoco me atravía a preguntar. -Bueno ya que todos estamos aquí comamos. -Yo traje pizza. - Añadió George. -Ya traigo la gaseosa. Charlie se encaminó presurosa a la cocina y regresó con la gaseosa en las manos. -Charlie, ¿por qué no me avisaste antes? Fuera traído algo. - Comenté apenada. -Esto fue algo imprevisto así de repentino, igual no te preocupes, no necesitamos más nada que tu agradable presencia. -¡Ash! Para la próxima me avisas anticipadamente. -De acuerdo rizitos, no te preocupes. Voltee a ver a George y se estaba riendo disimuladamente hecho que me irritó. -¿Y tú de qué te ríes?. -¿Cual es el problema? ¿no puedo reírme de un meme que acabo de ver?. > -Joyce estás como tensa, relájate. - Manifestó Charlie. -Eso intento. -Con esto te relajarás más rápido. - Añadió ofreciéndome la caja donde estaba el sushi. -Aaww la gloria, gracias dulcito. - Asentí tomando la caja sonriente. -Cómo cambia su estado de ánimo en segundos. - Agregó George. -Es la debilidad de Joyce. Me senté en la mesa comedor y los demás al verme hicieron lo mismo, repartieron la pizza entre ellos dejándome una pieza y sirvieron la gaseosa para todos, luego de eso comenzamos a comer, nadie decía una palabra hasta acabar de comer. - Quedé llena. - Dijo Charlie rompiendo el silencio. -Yo también. - Añadí. -Yo quedé bien. -Bueno, ahora que ya comimos hagamos un kareoke ¿sí? Anímense. -Ok, pero les advierto que canto horrible. -Los escucharé. - Recalqué. -Joyce pero si tú eres la de la voz angelical, tú también cantarás con nosotros. - Dijo Charlie tratando de convencerme. > -De acuerdo, pero sólo una canción. -¡Sí!. Charlie entusiasmada conectó el micrófono al equipo a la vez encendiendo las luces que éste traía, apagó la luz de la sala para dar el efecto de disco, colocó la pista de All Of Me de John Legend y comenzó a cantar mientras George y yo escuchábamos riendo de su voz temblorosa, luego de que ella cantara lo hizo George pero el decidió rapear y ésta vez era Charlie y yo que reíamos de su rap improvisado sin sentido; y por último me tocó cantar a mí, no quería hacerlo porque estaba George presente y me avergonzaba cantar frente a personas a las que no les tengo confianza, pero tanto insistieron que me convencieron y decidí cantar Nightingale de Demi Lovato, ellos quedaron maravillados con mi voz, que al terminar de cantar miré a Charlie y tenía las pupilas inundadas así que reí de ella y la abracé. -Bueno mucho amor empalaga. - Añadió George al vernos abrazadas. -¿Cual es tu envidia?. - Dije en tono sarcástico. -No sufro de eso. -Ya pues, bueno mucho kareoke por hoy... ¿Quieren jugar algo?. -¿Algo como qué?. - Preguntó George con pocos ánimos. -Juguemos a hacer retos. -¡Ay no, no quiero!, mejor otra cosa. - Respondí con desacuerdo. -Yo si quiero. - Añadió George. > -Bueno somos dos contra uno, así que jugaremos a los retos... Empiezo retando a Joyce. - Anexó Charlie. -¡Ash, bueno rétame!. -Aguarden un segundo voy al baño. - Dijo Charlie levantándose del sofá. Una vez que Charlie fue al baño, George se me acercó. -No sabía que cantas tan bien Joyce, tienes una voz preciosa. -Emm gracias. -Tan hermosa como la dueña de dicha voz. > -¿Estás bien George?. - Pregunté ante su halago inesperado. -Sí ¿por qué?. -Estás raro. -Para nada. -¡Volví chicos! ¡ahora sí empecemos! Me tocaba retar a Joyce. - Manifestó Charlie sentándose nuevamente en el sofá. -Tengo sed, y sí te toca retarme. - Añadí. > -Ya que tienes sed, te haré un favor, beberás todo el litro y medio de agua que está en la botella. -¡Charlie! No me ames tanto. - Dije sarcásticamente. -Tienes sed, anda y sacíala. -¡Uy esto está bueno!. - Manifestó George. Me levanté del mueble dirigiéndome hacia la mesa en donde estaba la botella de agua y tomándola comencé a beber despacio sin respirar por tiempos para beberla más rápido; escuchaba a George y a Charlie darme ánimos, eso me causaba gracia pero intentaba ignorarlos para no reír y terminar ahogándome, seguí bebiendo agua como una foca, pero ya empezaba a sudar abrumándome la llenura de agua, ya me quedaba solo un poco así que tragué rápido para beber de sopetón el poquito que quedaba en la botella. -¡Tú puedes rizitos! ¡Todo por mi hermano!. Terminaba de beber lo poco que quedaba pero al escuchar eso me reí y terminé ahogándome por lo que Charlie preocupada corrió hacia mí para darme palmadas en la espalda hasta que recuperara el oxígeno. Solo escuchaba a George reír a carcajadas por haberme ahogado. -Mala gente, casi muero por tu culpa, y tú George deja de reírte. -Disculpa Joyce, pero esto fue gracioso. - Respondió Charlie riendo y contagiándome a la vez. -Me las van a pagar. -Y ahora te toca retar a ti Joyce. -Bien... George te reto. -Con misericordia por favor. - Dijo juntando sus manos en modo de súplica. -¿Cuantas personas tienes agregadas a tus contactos?. -Ciento cincuenta pero quiero eliminar. -Ok, te reto a que le confieses "tu amor" a tu contacto de teléfono número cuarenta sin excepciones. -¡Joder! Espero que sea chica. -Cruza los dedos. - Reí. Estuvo un rato buscando hasta llegar al número cuarenta. -¡Maldita sea es Jacob!. Charlie y yo reímos a carcajadas al ver su reacción. -Ahora debes cumplir el reto. -¿Y si no quiero?. -Te colocaremos una penitencia, y créeme que será mucho más vergonzosa que el reto. - Añadí mirando fijamente a Charlie ya ella sabía la clase de penitencia. -Dime la penitencia. -Estoy segura que no querrás saber. - Añadí poniendo cara intimidante. -¡Ash se pasan de estafadoras!. Bueno pero después de esto diré que fué un reto. -Pero después de media hora se lo dirás, no al instante porque no sería divertido. -Esta no te la perdono Joyce. George comenzó a llamar a Jacob y lo colocó en voz alta. -¿George? ¿qué ocurre hermano? ¿soy bueno en algo?. -Bueno en enamorar, me gustas Jacob. - Respondió George. -¡Ay vale! ¿que te pasa hermano? Desconozco esa parte tuya. - Comentó riendo. George avergonzado cortó la llamada sin responder más nada, por otro lado Charlie y yo gozábamos riendo de aquella épica escena. -¡Ya! ¡¿contenta?! Esta me la vas a pagar Joyce. - Manifestó enojado. -¡No es para tanto! es un simple reto idiota. -Joyce tiene razón, calma George, después de la media hora dices la verdad. -De acuerdo, solo espero que antes de esa media hora Jacob no vaya a decirselo a todo el instituto. Volvimos a reír por su comentario y él se levantó del sofá enojado dirigiendose hacia el porche. -¡George calma!. - Lo persiguió Charlie. - No te molestes, estamos jugando nada más, te toca retarme, ven. -¡Ya no quiero!. -Ven por favor. - Le suplicó con puchero en su rostro. Me levanté irritada del mueble y salí al porche. -Creo que es mejor que yo me vaya, gracias por todo. -No te vayas rizitos. -¡No es justo! Yo cumplí tu reto y ahora huyes, ¡te toca cumplir mi reto!. - Reclamó George. > -Ábre la puerta para irme Charlie. -Pero Joyce... -Te escribo al llegar a casa, adiós. - Le dije. Estaba firme en mi decisión así que Charlie abrió la puerta para que saliera. -¡Te reto a que confieses en el grupo de estudiantes del Instituto que yo soy tu crush!. - Gritó George obstinado. Escuché eso luego de haber salido y me causó gracia su reto absurdo. > Tomé mi teléfono para mirar la hora, eran las 9:30 pm, me pareció relativamente temprano, como no quería llegar a casa aún por lo que seguí caminando hacia el lugar al que habitualmente solía ir de noche, es decir, al puente de límite entre urbanizaciones, al llegar allí no había nadie, me sentía más tranquila, al estar presente nada más que la naturaleza y yo, me afinqué de las barandas del puente a meditar en todas las cosas que me han sucedido y dentro de esos pensamientos recordé las palabras de aquel menesteroso. "Pero la existencia de cada ser humano es con un propósito, vives realmente cuando estás con quienes amas y realizas lo que te apaciona hacer." -Realizar lo que apasiona. - Repetí en mi soliloquio. De pronto se me inundaron las pupilas al recordar lo que amaba hacer, bailar ballet, saqué mi teléfono y coloqué música clásica para comenzar a bailar recordando aquellos tiempos melancólica, donde mi sueño frustrado era convertirme en bailarina profesional, aunque ese sueño aún no había muerto, algo dentro de mí me decía que aún no era demasiado tarde. Mis movimientos no eran tan perfectos como solían serlos debido a la falta de práctica, pero aún no había olvidado por completo los pasos, mantuve mis ojos cerrados y mi mente despejada de pensamientos negativos, solo enfocándome en mí y mi cuerpo, pudiendo lograr acabar completamente la música en un paso especial, el cual concluí con el final de la música acompañado de unos repentinos aplausos que me sobresaltaron, abrí mis ojos volteando presurosa y justamente era él...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD