4

1660 Words
-¿Que pasó? ¿estás bien? -¡Vamos más rápido!. - Respondí nerviosa. -Pero ¿por qué? -¡Solo sígueme! Aceleramos el paso, voltee para ver si el extraño sujeto raramente parecido al amigo de mi padre aún seguía en el mismo lugar, pero ya no estaba, me preguntaba si se había ido o si nos seguiría. -¡Cuidado Joycee! En el instante en el que iba a mirar hacia el frente, me sorprendió el impacto de la bicicleta con un niño en una patineta. -¡Ash, maldición! Perdón pequeñin, ¿estás bien?. - Pregunté nerviosa. -¡Fíjate por donde andas niña mocosa!. - Exclamó el niño enojado levantándose con raspones en las rodillas. -¡El que se tiene que fijar por donde patina eres tú enano mocoso! tú te atravesaste en mi camino. -¡Niña grosera, esa no es la manera de hablar!. -¡Yo hablo como me da la gana mocoso!. David gozaba riendo mientras nos veía discutir. -¡Ya Joyce, deja de discutir con el pequeñín! Que nos vamos a meter en problemas con sus padres... Ven conmigo pequeño. El niño comenzó a llorar por lo que Charlie lo tuvo que cargar en sus brazos y llevarlo a una tienda cercana para comprar alcohol y unas venditas. En eso me quedé sentada unos minutos con David en el muro de la esquina de una casa, él miraba su teléfono y yo solo veía la nada; hasta que saqué un pequeño espejo y polvo de mi bolso. -Ni siquiera el polvo puede ocultar estas asquerosas ojeras. - Hablé en voz baja. -Eres perfecta tal cual. Me sobresalté por el susto no podía ser la voz de David era muy grave para ser él, levanté la mirada e inesperadamente era Evans que estaba en frente de mi. -Idiota, me diste un susto, te salvas de que estaba concentrada porque si no te fuera golpeado por instinto. Me abrazó al momento que terminé de hablar y soltó una pequeña risa. -¿Y ahora qué te causa gracia?. - Exclamé irritada. - Te extrañé mucho pequeña leona. -Si yo igual, pero ya suéltame. Se alejo y se echó a reír. -¿Pero tu que tienes hoy? Andas tan risueño, en realidad siempre, pero hoy lo estás más. -Enserio me extrañaste, estoy feliz. -Idiota.- Reí.- Oye, pero no me respondiste la pregunta. -Cierto, pasaba por aquí porque ando buscando a mi primo, debo llevarlo a su casa. De casualidad ¿no lo has visto? Es un niño como del tamaño de ese que está a tu lado, que andaba en una patineta algo parecido a mí pero yo soy mas atractivo por supuesto. -Amo tu ego.- Solté una pequeña risa.- Ya se de quien hablas, ese niño me cayó muy mal, allá viene junto con Charlie. En lo que ví a Charlie, el mismo sospechoso sujeto de hace un tiempo estaba en la otra tienda de ropa y al darse cuenta que lo miré, él volteó y se adentró como si no me fuera visto. -¿Charlie?. El niño se soltó de la mano de Charlie y corrió hacia Evans. -¿Que haces con esta mocosa? Ella fue quien me atropelló con su estúpida bicicleta, mira mis rodillas, todo es gracias a ella. -Sé respetuoso Jack... ¿Cómo ocurrió esto?. - Preguntó Evans. - Fué un accidente.- Respondimos ambas al mismo tiempo. -¡Charlie, hermana!. -¡Hermano! Tanto tiempo, ¿como has estado?. -Todo bien, ha pasado mucho tiempo pero aún sigues siendo la misma. -Claro que cambié hermano, antes era pequeña. -Creciste pero no mucho. - Responde en forma de burla. - No te burles malvado. -¡Evans tenemos que irnos!. - Replica el niño con el ceño fruncido. -Si, aguarda un segundo. -Por cierto, ¿en qué país estabas?. - Pregunta Charlie curiosa. -Estoy viviendo en Canadá, pedí un permiso en el instituto en el que estoy estudiando para venir a ver a mi abuela que está enferma, estaré aquí un tiempo y luego me iré para resolver unos asuntos. -Es decir ¿sólo vienes a ver a tu abuela y luego de eso te vas?. - Pregunté apartando mi mirada de la suya. -Efectivamente, pero en cuanto vuelva tengo que arreglar unos asuntos luego de ese proceso me regreso para acá para Florida. -¡Charlie quiero ese Iron Man de juguete!. - Interrumpe David. -¡Ash! ¡Ya empezó David!.- Susurró Charlie molesta. - Esperen un momento. Charlie tuvo que ir a la misma tienda en la que estaba el misterioso señor para comprar el juguete a David; por mi parte los nervios me carcomían y sólo fingía estar bien para que Evans no lo notara. -¿Que tienes Joyce? ¿Te encuentras bien? Estás pálida. - Preguntó notablemente preocupado colocando su mano en mi frente, para luego colocar ambas en mis mejillas. -Estoy bien no tengo nada. -¿Segura?. -Ay ya, ¡estoy bien!. - Repliqué alejándolo de mí. -No te enojes, solo me preocupo por ti. -¡Ey chicos, volví!. Aquí está tu Iron Man David. -Volviste rápido hermana. -¡Gracias esclava!. -Te odio David.- Manifiesta Charlie sin expresión alguna en su rostro. -Yo más. - Responde sonriendo descaradamente por lo que Charlie lo pellizcó. Al ver esa escena reímos viendo a los primos darse amor a su manera. -¡Vayámonos Evans!. - Insiste el niño de la patineta. -Bueno chicas fue agradable verlas de nuevo después de tanto tiempo. Tenemos que planificar una salida juntos, ya me tengo que ir. -¡Por supuesto hermano!. - Responde Charlie. -Anoten sus números.- Extendió su brazo para darnos su teléfono y asentimos. -¡Nos vemos luego! -¡Hasta luego!. - Respondimos al unísono. -¡Hemos perdido una hora de diversión! No puede ser. -No te preocupes Charlie, igual me he divertido, y aún nos queda una hora completa. -Me alegra que te estés divirtiendo, hoy ha sido un día muy acontecido ¿no crees?. - Dice con cara picarona. -¡Ya Charlie! Es mi amigo, hasta cuando te lo voy a repetir, si sigues me voy a casa. -Estoy aburrido ¡Charlie cómprame un helado!. - Manifiesta David. -¡Calma! Solo bromeo, no te lo tomes tan a pecho rizitos. En fin no perdamos mas tiempo vamos a la heladería ya David está desesperado, si no hago lo que dice me va a meter en problemas. -Realmente tu primo es una verdadera molestia, no imaginé que fuera así. -Por eso soy feliz cuando se queda con mi tía... Nos encaminamos hasta la heladería que estaba cerca de la tienda donde Charlie había comprado las vendas para el primo de Evans. Mientras Charlie pedía los helados con David, me quedé sentada esperando, había una chica grabando un vídeo desde su teléfono delante de mí por lo que me reflejaba en el vídeo, al percatarme me inquieté, las piernas comenzaron a moverse solas, y unos mareos tormentosos se apoderaron de mí, me decía a mi misma en la mente:  >  Me lo repetía una y otra vez, pero los mareos se intensificaban, no quería arruinar el momento, tomé el alcohol que Charlie había comprado para Jack el primo de Evans y lo empecé a oler; de pronto sentí las miradas pesadas de las personas hecho que me provocaron más nervios, por lo que al no poder aguantar salí de prisa de la heladería. -¡Maldición! Por eso no me gusta salir cuando hay muchas personas, ya estoy harta, y para completar ese extraño señor... - Exclamé sollozando mientras me sentaba en un pedazo de tronco. -¡Joyce!. - Sale Charlie preocupada con los helados en las manos.- ¿Que tienes Joyce? Me preocupas, ¿quieres irte a casa? Come helado para que subas el azúcar y los ánimos. -Me dio ansiedad social y ataque de nervios al ver un cámara que me reflejaba. - Respondí cabizbaja. -¿Estás mareada aún? - Ya se me está pasando, gracias por el helado, luego de comerlo nos vamos a casa. -Pero ¿segura que no te pasa algo más?. -Pregunta sospechando. -No Charlie, es lo mismo de siempre, ya no te preocupes mas. -Bueno esta bien, si te quieres ir lo entiendo. -Pero de verdad lograste que fuera un día algo diferente, gracias Charlie. -No tienes que agradecer para eso somos amigas. - Ambas sonreímos y nos dispusimos a comer los helados. - Realmente me sorprendió ver a Evans después de tantos años y que apareciera así de la nada. -Había olvidado decirte que me había reencontrado con él en el límite del puente de las urbanizaciones, la noche antes de que me dejaran inconsciente. -Es decir, ¿ayer?. - Pregunta sorprendida. - Y no me habías dicho. -Con todo lo que me ha sucedido lo había olvidado perdón. -Entiendo, bueno ya vamos a casa. -Vamos. Luego de comer los helados, nos montamos en la bicicleta para irnos a casa, ya estaba cansada y me dolía un poco el chichón del golpe, solo quería descansar pero tenía que llegar a casa a hacer mis deberes. Ese extraño sujeto de temprano realmente me perturbó, esperaba que no le dijera a mí padre que estaba con Evans. Estaba echa un mar de nervios, no podía pensar en otra cosa si no solo eso. Como Charlie se quedaba antes, me despedí de ella, y se adelantó con David. En lo que entraron a su casa seguí rumbo a la mía, pero mientras más me acercaba, más me atemorizaba. Observé la hora desde mi teléfono y aún era temprano, me sentí algo aliviada, pero esa sensación de alivio se desvaneció por completo al ver un carro extra de color n***o en el frente de mi casa. - ¡Maldición!... No puede ser es-se...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD