Tres días pasaron sin tener señales de la vida de Elle. ¿Estaba sorprendido? No mucho, puede que no me volviese a contactar y es que ese encuentro salió peor de lo que esperaba. Pero ¿qué era lo que esperaba? ¿Qué me dijese que sí al disparate que le solté de que la amaba, que podría embarazarla y le rogaba que me diera otra oportunidad? Escalofriante, hubiese sido que me hubiese dicho que sí. Aun así, me esperaba otra cosa, en mi ingenuidad, mi mundo ideal, esperaba que aunque fuese esa camarería que solíamos tener antes de ser pareja resurgiera. Que pudiésemos hablar con normalidad, y que aceptase mis disculpas. Yo había cambiado gracias a ella, Elle me había sacado de las sombras, hundido en ellas y me hizo darme cuenta de que mi vida no podía depender de alguien más, sino de mí mism

