Dos

1064 Words
Mi semana transcurría normal, yo era una de las alumnas más destacadas de internado, todos decían que era porque me daban un trato especial y diferente, por el simple hecho de que se me permitía tener a mentitas, en todo lo demás era exactamente igual para mí, debía cumplir las reglas, acostarme a la hora establecida, cumplir con los deberes, todo era igual para mí como para ellas, porque por alguna razón solo habíamos chicas en el internado y es por supuesto es obra de Dominick. Me había costado hacer amigas aquí, eran jóvenes sumamente superficiales, adineradas desde niñas, que en muchas ocasiones llegaron a hacer comentarios fuera de lugar sobre mi, la verdad es que las ignoraba porque sé que no valdría la pena discutir con personas que no son pensantes si no más bien irracionales.   Hace un tiempo que iba a terapia, el psicólogo afirmaba que a este punto ya me encontraba bien, luego de haber estado muy deprimida y ansiosa, hoy me tocaba cita con él, así que me arregle y me dispuse a ir a la consulta. Llego cinco minutos antes de la hora pautada, saludo cordialmente a la secretaria y ella me indica que ya puedo entrar.   - Buenos días doctor.   - Buenos días señorita Stella. Tome asiento en el mismo lugar de siempre por favor.   - Está bien.   Hago lo que me dice y me siento tranquilamente justo al frente de él.   - Excelente, empecemos nuestra sesión de hoy. Como bien conocemos los árboles frondosos que dan frutos tienen una raíz bien hidratada y fortalecida, lo mismo pasa con nuestras emociones, provienen de una raíz que la alimentamos a través de nuestros pensamientos, acciones o las mismas situaciones de la vida, mientras más cosas negativas haya en la raíz, más podrido serán los frutos. Y quizá surga en ti la pregunta, ¿Cuál es la raíz de mis problemas? ¿Desde cuándo empezó todo? Hoy trabajaremos sobre esa raíz, quiero que imagines ese panorama, la razón que hizo que tus emociones fueran hoy negativas.   Me concentraba, pero a mi mente solo venía la idea de que Dominick me había sacado del orfanato y lo único que me había hecho era daño, ¿La raíz de mis problemas era Dom? No, el no podía ser, debía centrarme más y poder canalizar.   - Quizá la raíz de tus frutos es algo que quieres pero que hace daño, no debes excusar las cosas, si el color verde es verde así será ante cualquier situación.   - Creo que la raíz de mis problemas es mi ex novio.   - Bien, ¿Por qué sería el la razón de que actualmente sufras de episodios de depresión y ansiedad?   - El me hizo mucho daño, pero cambió y ambos nos amamos mucho. La razón de mis episodios es que el me dejó con la excusa que debía estudiar.   - Uno de los principales problemas que suele ocurrir de sufrir cuando te dejan es no centrarnos en nosotros mismos. Muchas veces, cuando estamos en pareja, nos acostumbramos a estar con alguien y podemos sufrir cierto grado de dependencia emocional. Dependes de esa persona a tal punto que tiene poder sobre tus emociones, lo excusas, le das el crédito de la bondad por encima de señalar todas las cosas malas que te hizo, ese "amor" que dices que sentían ambos, es apego muchas veces puede convertirse en obsesión y manipulación hacía la otra persona.   - ¿Cómo sabré si es realmente la raíz de mis problemas?   - Bien, antes de lo que determinaste que era tu raíz, ¿llorabas todo el tiempo?   - No.   - ¿Antes de él tenías amigos y después de el eres una persona solitaria?   - Si.   - ¿Te sientes libre y que tienes domino de ti misma, luego de haber roto?   - Si.   - Bien querida, quizá si sea la raíz de tus problemas, y para terminar con aquello que afecta los frutos debes sacar desde la raíz, lo más profundo de ti, todo aquello que no te permite reverdecer.   - ¿Y cómo lo hago?   - Amate por encima, trabaja el amor propio y podrás ver qué si tú eres tú propia raíz no te harás daño a ti misma y querrás dar frutos lindos.   - ¿Qué son los frutos?   - Buena salud física, mental y sentimental. Felicidad, ganas de socializar, lograr metas personales, proponerte nuevos proyectos y ejecutarlos.   - ¿Qué pasa si amo a la raíz fea?   - No te amas a ti misma entonces, por eso es que debemos trabajar el amor propio.   - Doctor, ¿Usted alguna vez ha estado enamorado?   - Llevo muchos años enamorado de la misma mujer que es mi esposa.   - ¿Qué se siente el amor?   - El amor es algo sublime pequeña, muchas veces pensamos jamás volveré a amar a alguien igual, con esa persona se acabó el amor, pero no es cierto, siempre llega algo que te completamente, que te llene y por sobre todo que no te haga daño.   - Doctor, yo realmente estoy muy confundida, no sé si he estado enamorada, obsesionada u otra cosa.   - ¿Qué pasó con ustedes? ¿Cómo se conocieron?   Dudé por un momento en contarle las cosas al doctor, pero debía hacerlo, si quería su ayuda debía expresar todas mis emociones, todo lo que sentía y todo lo que me atormentaba. Así que pausadamente le conté todo, con lujos de detalles, jamás mencioné el nombre de Dom por su seguridad, mientras hablaba las lágrimas salían por si solas, no podía contenerme al recordar todo lo que había pasado, las veces que estuve en el hospital, que me vida estuve en peligro, que Dom abusó de mí, físicamente y psicológicamente, al remover esos recuerdos mi alma quemaba y dolía.   - Drena todo lo que llevas por dentro. Hace mucho tiempo que no veía manifestado este síndrome, nada de lo que te ocurrió es tu culpa, nada está mal contigo, eres una maravillosa y dulce persona Stella, vales mucho, no te culpes, todo eso que te pasó es lo que te hace ser la gran mujer que eres hoy.   - ¿Estoy enferma doctor? ¿Por querer a la persona que me hizo tanto daño?   - Has desarrollado síndrome de Estocolmo, es muy común ver este tipo de patología en personas que conviven con su secuestrador o perpetradores.   - ¡¿Qué?!   
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