**ALEXANDER** Ya no había pasado, ni futuro, solo este momento, esta conexión intensa y prohibida. El mundo exterior se desvaneció, dejando solo a nosotros dos, atrapados en una danza de deseo y rendición. Me aferré a ella con fuerza, como si temiera que se desvaneciera en el aire si la soltaba, y seguí besándola con una pasión que me sorprendía a mí mismo. No sabía dónde terminaría esto, pero en este momento, no me importaba. Solo quería sentirla, tenerla, perder la cabeza en el torbellino de emociones que me embargaba. El beso se intensificó, nuestras lenguas danzando en un torbellino de lujuria. Sentí sus dedos entrelazándose en mi cabello, tirando suavemente mientras me acercaba aún más. Un gemido escapó de sus labios, un sonido que encendió aún más mi deseo. La levanté en mis brazos

