**ALONDRA** Ella con su radar de detectar mentiras, movía la cabeza negativamente sonriendo, así que le dije: —La vida es linda, hay que vivirla —confesé, girando sobre mí misma en una improvisada pasarela de pura felicidad, con los brazos extendidos como si fuera a volar. El mundo era mi escenario y yo era la protagonista de mi propia película romántica. Biby me miró con esos ojos que lo saben todo sin que uno diga nada, esos ojos de mejor amiga que pueden leer entre líneas y detectar secretos a kilómetros de distancia. —Ay, no, mi amor. Esa no es cara de “la vida es linda”. Esa es cara de “alguien que me tiene toda babosa” —dijo, señalándome con un dedo acusatorio, pero lleno de amor—. Pásame tu energía, amiga, que yo vengo arrastrando las patas desde que suena el despertador. Se

