CAPÍTULO 8: Camaras y acción

1129 Words
ISABEL Cuando entro en su despacho, su voz gotea sarcasmo: —Parece ser que un ratoncita ha roto una cámara valorada en diez mil dólares… No digo nada. Puedo notar cómo su mandíbula se tensa mientras espera una respuesta que no llega. Golpea la mesa con la palma abierta, el sonido seco me hace dar un respingo. —¡Di algo, maldita sea! —escupe, con un brillo peligroso en la mirada. Trago saliva. —No sé tu nombre… ¿Cómo quieres que hable contigo si ni siquiera sé a quién dirigirme…? Por un segundo, su expresión malhumorada cambia. Los músculos de su rostro, que estaban tensos, se aflojan, y sus ojos adoptan una expresión confusa. Parece darse cuenta, casi con molestia, de que es su culpa no haber ganado esa discusión. —Duke. —responde al fin, casi entre dientes, como si admitirlo le costara más que cualquier reproche. No puedo evitar fijarme en que lleva desabrochada la parte superior de la camisa, dejando entrever parte de su pecho tatuado. Me obligo a mantener la actitud segura que intento proyectar, aunque por dentro mi compostura se tambalee un poco. —Bueno, Duke. —repito su nombre despacio. Él alza una ceja, irritado, pero yo sigo hablando como si su mirada fulminante no me quemara la piel.—No me gusta la idea de tener cámaras en mi dormitorio. Es privado. Su mandíbula se contrae. Un músculo en su cuello tiembla. —Para mí, no hay ningún lugar privado en esta casa.¿Entiendes? —espeta, y la forma en que lo dice me recorre la columna como un escalofrío. Deja caer la amenaza con una calma que hiela la sangre:— Si vuelves a romper otra cámara, tomaré medidas que no te van a gustar. Por un momento, mi respiración se vuelve torpe. Su actitud no es ninguna broma. Me remuevo, incómoda. Luego recuerdo por qué estamos discutiendo, y una punzada de rabia me hace apretar los puños. Al fin y al cabo, tener una maldita cámara apuntándome mientras duermo no es algo que debería aceptar tan fácilmente. —¿Y si quiero masturbarme? —las palabras se me escapan sin filtro. Silencio. ‘¿Que-he-dicho?’ Su cara de hielo se quiebra por una milésima de segundo. Pestañea, como si le costara procesarlo, y su mandíbula se tensa de tal forma que casi parece que vaya a partirse. El silencio se vuelve tan denso que casi puedo escucharlo. Empiezo a abrir la boca para arreglarlo, pero él me corta de golpe y dice: —Quiero que te quede algo bien claro: ni siquiera tu c*** es algo privado para mí. Ahora lárgate. No sé qué responder a eso. Me doy media vuelta de inmediato y me voy, sintiendo cómo su mirada me taladra la espalda. Cuando dejo su despacho, me agarro los pelos, los revuelvo con rabia y dejo escapar un grito ahogado. Ni idea de por qué solté eso. Supongo que fue lo primero que se me cruzó por la cabeza para excusarme por haber roto la cámara. Qué ridículo. Me entra la risa. Tengo que admitir, que pasar vergüenza valió la pena solo por ver la cara que puso. Ese hombre, que siempre anda tan serio —o al menos en las pocas veces que lo he visto— se quedó completamente desencajado. Aunque me la devolviera, eso fue glorioso. Pero...tengo que bloquear de mi mente la forma en que su réplica a mi comentario hizo reaccionar a mi cuerpo… Al regresar a la cocina, me detengo en seco al ver que hay un hombre mayor esperándome en el salón. Su porte impone, incluso sentado. Sebas, con gesto serio, me hace una seña para que me siente. Obedezco, aunque una ligera incomodidad se instala en mi pecho. Al sentarme, el desconocido me escanea con la mirada de arriba abajo, como si estuviera evaluándome. Luego, con voz firme pero calmada, se presenta. —Soy Angelo, el Don de la Mafia Italiana. Eso significa que es alguien importante dentro de la organización. ¿Pero por qué ha venido a hablar conmigo? Reconozco su voz. Él estuvo allí aquella noche, cuando me tomaron como rehén. Lo observo con atención y, para ser sincera, no siento que este hombre despierte en mí ninguna alarma. ¿Será porque es mayor? —Soy Isabel. —Ya sé quién eres muchacha, eres la mujer que cuida de mi nieto… ¿Su nieto? ¿Duke es su hijo…? O quizás es el padre de su madre… Nadie me ha hablado de la madre de Enzo, ni siquiera se ha hecho una mención de ella. —Esa soy yo… —Quisiera advertirte de que no intentes aprovecharte de la situación de cuidar a mi nieto… Me quedo sin palabras. Yo estoy aquí por obligación. —Señor, usted ya lo sabrá… Estoy aquí porque soy una rehén. No elegí esto. Ni siquiera entiendo por qué me están obligando a hacerlo… —mi voz tiembla, pero no aparto la mirada. El hombre guarda silencio durante unos segundos. Me observa con el ceño levemente fruncido, como si midiera cada palabra que está a punto de soltar. —El niño quería...necesitaba una madre...—el hombre me mira directamente—Me han dicho que al niño le gustas... ¿Qué le gusto? Apenas he hablado con él. Me he pasado casi una semana encerrada en mi dormitorio, llorando. No me ha dado tiempo de estar con él. —He venido a advertirte —continúa con voz grave—: no voy a permitir que uses a mi nieto para ningún tipo de propósito. Su tono no es el de una amenaza vacía, sino el de alguien que ya ha visto demasiado. Como si esa situación no fuera nueva. Como si otras mujeres lo hubieran intentado antes. —Señor… yo solo soy una mujer normal. —Eso no importa —responde enseguida—. Al estar aquí, las cosas pueden cambiar. Solo quiero dejarte claro algo: estás de paso. Haz lo que te diga Duke y, con suerte, te marcharás sin que ocurra una desgracia… —hace una pausa— para ti. Un escalofrío me recorre la espalda. Me quedo petrificada, sin entender por qué este hombre me habla con tanta desconfianza. Su rostro intenta mostrarse implacable, pero hay algo en su mirada, en preocupación. Está intentando ocultarlo bajo una actitud amenazante. —Limítate a cuidarlo y nada más. Empiezo a comprender. No es que desconfíe de mí por lo que he hecho. Le asusta que Enzo se encariñe… —Señor, no pretendo ocupar el lugar de su hija… Él no responde. Y dejándome con la palabra en la boca, se levanta y se marcha del salón con pasos lentos pero decididos. Creo que he dado en el clavo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD